El conjunto arqueológico de las Cuevas de Facaracas en el municipio de Gáldar (Gran Canaria), se encuentra en un estado deplorable de conservación por el abandono institucional que sufre desde hace años.
La basura y los trastos abandonados se han apropiado de esta zona declarada en 1993 Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica, y que fue considerada en ese momento por el Gobierno canario yacimiento de extraordinario interés, dado que nunca había sido excavado y por tanto presentaban muchas de sus cuevas una gran potencia arqueológica.
El Cabildo grancanario tiene planificada la creación de un centro de interpretación en el conjunto de las Cuevas de Facaracas, pero como en la política de conservación del Patrimonio Histórico de la Institución insular en este mandato ha primado la dejadez absoluta, este proyecto no se ha materializado.
Desde la consejería de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo, que dirige la consejera Luz Caballero, se ha optado por la desidia generalizada en lo que a la conservación del patrimonio arqueológico y cultural norteño se refiere, y prueba de ello es que al mal estado de conservación de las Cuevas de Facaracas se suma la deficitaria gestión del Parque Arqueológico de la Cueva Pintada, que lleva meses con uno de los cierres laterales destrozados, sin que desde la citada consejería se hayan adoptado las medidas necesarias para solucionar esta problemática, que incide gravemente en potenciar una imagen tercermundista de uno de los principales recintos arqueológicos del Archipiélago. De otro lado, la Casa Museo Antonio Padrón sigue con un horario que en nada beneficia las visitas, ya que el mismo sigue manteniendo un horario de mañana y de lunes a viernes, solamente, aduciendo para ello la ya manida crisis económica.
Desidia absoluta es la que ha primado también en la conservación de la Necrópolis de La Guancha, para la que se anunció una intervención millonaria, que se ha quedado en la instalación de unas planchas de hierro que son un atentado en toda regla para este recinto arqueológico; que, además, con el paso del tiempo, han ido depositando la herrumbre en el propio yacimiento. Nada que decir del yacimiento de Mugaretes del Clavo o el que se encuentra en la costa de Botija, que duermen el sueño de la dejadez más absoluta.
La consejería de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo, bajo la dirección de la consejera Luz Caballero, ha hecho caso omiso de su responsabilidad con nuestro patrimonio, ya que la consejera ni está ni se la espera a la hora de poner en marcha las actuaciones que desde hace años necesita el patrimonio arqueológico de la Comarca Norte de la isla, y cuyas promesas de rehabilitación han quedado en auténtico humo.
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