Revista n.º 1074 / ISSN 1885-6039

Agrupaciones de Lo Divino o Los Divinos.

Sábado, 25 de diciembre de 2010
Julio Torres Santos
Publicado en el n.º 345

Cuando sonaba el acorde final, con estruendo rotundo de panderos y prolongado repiquetear de chácaras y hueseras, las puertas de la casa se abrían para ofrecer a Los Divinos o Lo Divino bandejas de rosquetes y truchas, y botellas de vino nuevo y claro.

Grupo de Lo Divino en la Navidad de El Sauzal (Tenerife) de 2010.

 

 

Son agrupaciones compuestas de diversos instrumentos, en las que no faltan guitarras, bandurrias, timples, panderetas, triángulos y castañuelas1 que, tradicionalmente, recorren las calles cantando villancicos, como anuncio de que ya es Navidad. Actualmente son agrupaciones mixtas, pero en sus inicios las integraban sólo hombres de campo -entre cuyas rudas voces se entremezclaban las agudas notas de alguna voz infantil-, que tras la faena de la jornada se reunían para entonar sus canciones gentiles e ingenuas, entre las que no faltaba la despedida en la que se hacía la petición franca y cordial de aguinaldo:

 

 

 

Dame una limosna

si la quieres dar,

que la noche es larga

y hay mucho que andar.

 

 

Si bien esta estrofa solicita un aguinaldo voluntario, existen otras que denotan la presión de una denotada extorsión, siempre con la intención de dañar, que se efectuaba cuando la primera despedida, más sutil, no surtía efecto o el donativo era considerado insufuciente. Carlos García2 recoge un ejemplo patente de esta práctica:

 

 

Sabes que tu padre

está en la otra vida

"pa " mi gusto está

en las llamas vivas.

 

 

En ocasiones no se trataba de una segunda despedida, sino de reprobar a los moradores que no recibieran a la parranda.

 

En El Sauzal, a finales del s. XVIII y principios del s. XIX aparecen las agrupaciones conocidas como Lo Divino. Empezaban a salir desde finales de noviembre, cantando en numerosas casas de todos los barrios. Allí los estaban esperando y recibían, a cambio de sus canciones, los más diversos aguinaldos: unas veces nos daban dinero, otras castañas, nueces... La recaudación pecuniaria se repartía de forma que una parte fuera para la iglesia y otra para sufragar los gastos de una cena o almuerzo del grupo.

 

Cuando en el silencio de la noche su música comenzaba a oírse a lo lejos, todo el mundo acudía a las cristaleras de los balcones o ventanas. Llegaban en riguroso silencio, dándose las órdenes precisas en voz baja, avanzando, como si de una tropa de fantasmas se tratara. De pronto, en la quietud de la noche, hacían vibrar las voces y resonar los instrumentos a un tiempo, en bulliciosa algarabía. Cuando sonaba el acorde final, con estruendo rotundo de panderos y prolongado repiquetear de chácaras y hueseras, las puertas de la casa se abrían para ofrecer a Los Divinos o Lo Divino bandejas de rosquetes y truchas, y botellas de vino nuevo y claro.

 

Luego echaban la despedida, para reiniciar su deambular por calles, caminos y veredas y entonar en otra casa sus villancicos, isas, folías y malagueñas. Y así hasta que, al filo de las once, dos horas después del toque de ánimas, se retiraban. No en vano, en la tarjeta de presentación de Los Divinos, el poeta anónimo decía:

 

 

Como trovadores de historia sentida

hoy vamos cantando de hogar en hogar...

 

 

Emparentados con los Ranchos de Ánimas y derivados de los Ranchos de Pascuas, la denominación de Los Divinos ha generado alguna que otra controversia. Rafael Hardisson -que firmaba como Amaro Lefranc- sostuvo que debían denominarse Lo Divino, pues sus integrantes no son divinos, sino que es divino lo que cantan, en recuerdo y evocación del divino Nacimiento. Sin embargo, Antonio Marti discrepó de tales criterios, estimando que tanto si se trataba de cantos divinos, como de señalar a quienes los cantan con aquella designación que vulgarmente se da a los que acudían al Portal de Belén llamándolos divinos pastores, Partitura de Lo Divino de Cedrés.al buscar la contracción del nombre en una sola palabra, ésta debía ser los divinos. Una postura intermedia defendió el músico Tomás Montes de Oca, quien, en sus propias palabras, prefería la voz popular de Los Divinos a la, indiscutiblemente, más correcta de Lo Divino.

 

Así los diversos pueblos de Tenerife se han decantado por una u otra denominación. Por ejemplo, mientras que en El Sauzal esas agrupaciones se conocen con el nombre de Lo Divino, en Tejina se las denomina Los Divinos.

 

En El Sauzal, las agrupaciones de Lo Divino, si bien se les solicitaba que interpretaran piezas del folclore canario, cantaban sobre todo villancicos, entre los que no podía faltar el ya clásico Lo Divino, del compositor teguestero Fermín Cedrés Hernández.

 

Sin duda alguna, Lo Divino es el villancico más entrañable y popular para todos los canarios, a pesar de que cuenta sólo con unos setenta años de existencia. La letra de este villancico, que nació con fines benéficos -instituciones como el Hospital de Niños requerían urgente financiación- pertenece a varias figuras de nuestra poesía, comenzando por Ramón Gil Roldán. Él escribió la estrofa:

 

 

Anuncia nuestro cantar

que ha nacido el Redentor.

La tierra, el cielo y el mar

palpitan llenos de amor.

 

 

A continuación tomó el testigo el cantante de ópera Néstor de la Torre, que incorpora la parte que nos habla de los clarines, las tamboras y el timbal. Ya en la segunda parte entra Santiago Beyró, con los versos:

 

 

Madre del alma

cese tu pena,

calma tu angustia

por Dios, no llores.

Ella bendice

la Nochebuena

los Reyes Magos

y los pastores.

Lucen los valles

blancos corderos

hay regocijo

en las cabañas.

Y los tomillos

y los romeros

llenas de aromas

nuestras montañas.

 

 

Pero fue Fermín Cedrés quien plasmó sobre el pentagrama las notas que incorporan el sonido del triángulo, el acompasado toque del bombo y el trino de los pájaros.

 

Durante el proceso de composición Diego Crosa, el reconocido poeta y dibujante, creó unos versos que finalmente fueron omitidos, por razones que desconocemos: Baña el sol con tintes de oro/ el azul del firmamento/ perlas derrama la aurora/ nace la ñor en su centro4.

 

Como veremos más adelante, las agrupaciones de Lo Divino de El Sauzal también cantaban en la Misa del Gallo, en el Ofertorio y en la Comunión. Y, terminada esta celebración religiosa, seguían cantando de casa en casa, hasta El Calvario.

 

Aunque la costumbre no tiene en la actualidad la misma fuerza de antaño, también hoy como ayer las parrandas son recibidas en cualquier casa con las puertas abiertas. Como cuenta Elfidio Alonso, en el artículo "Las Navidades de ¿antes?" de Marti (1985): cuando llegaban a una casa, aunque no fuera conocida, se hacía entrar a los del rancho y se les brindaba con lo que hubiera, que siempre había alguito que comer y que beber. Nadie descuidaba en aquellos días tener una mesa servida para quien pudiera llegar a casa.

 

Los Divinos o Lo Divino -controversias al margen sobre su denominación- no cabe duda de que forman parte de nuestro acervo popular, trovadores de una época, generaron una tradición que afortunadamente empieza a recuperarse.

 

 

 

Notas

 

1. GARCÍA, C. (1996). LA CIUDAD. Relatos históricos y tradicionales de La Laguna. CCPC.

2. GARCÍA, C. (1996). Op. Cit.

3. TORRES SANTOS J. (1998/99). Los Divinos. La Laguna, 30 Días, 16, 53-54.

4. REDACCIÓN (1998/99). Los Villancicos. La Laguna, 30 Días, 16, 78-82.

 

 

Capítulo extraído del libro El Sauzal, tradiciones Navideñas de la Cumbre al Mar, de Julio Torres Santos. Editado por el Ayuntamiento de El Sauzal. Tenerife. 1999.

 

 

Debes indicar un comentario.
Debes indicar un nombre o nick
La dirección de mail no es valida

Utilizamos cookies, tanto propias como de terceros, para garantizar el buen funcionamiento de nuestra página web.

Al pulsar en "ACEPTAR TODAS" consiente la instalación de estas cookies. Al pulsar "RECHAZAR TODAS" sólo se instalarán las cookies estrictamente necesarias. Para obtener más información puede leer nuestra Política de cookies.