El Pleno del Cabildo de El Hierro, reunido con carácter extraordinario, ha decidido concederle la distinción honorífica Medalla Garoé de Oro de la isla de El Hierro a la Sociedad Recreativa y Cultural Casino de Valverde, “ya que existen causas más que suficientes y acreditadas en el expediente para la concesión, por su amplia aportación cultural durante 150 años en la isla de El Hierro”.
El presidente del Cabildo y los portavoces de los grupos políticos con representación en la Institución formularon la propuesta para otorgar esta distinción a la Sociedad Recreativa y Cultural Casino de Valverde a raíz de un escrito presentado por Paulino Cejas Fuentes en este sentido.
La Comisión Especial encargada de la instrucción del Expediente de Honores y Distinciones ha estado compuesta en esta ocasión por el propio presidente del Cabildo, Tomás Padrón, el consejero José Miguel León en representación de la Agrupación Herreña Independiente; la consejera María Antonia Arteaga por el Partido Socialista; Maria del Carmen Morales por el Partido Popular y como miembros asesores el propio Paulino Cejas-Fuentes, Juan Ramón Padrón y Juan Antonio Padrón, actuando de secretario Francisco Morales.
En 1860, por iniciativa de Ramón Súnico y Tejeda, su primer presidente, se funda en Valverde la Sociedad Cultural y Recreativa “Teatro”. Ese mismo desaparece esta denominación y, con la misma finalidad y socios, aparece “La Amistad”, cuyo primer presidente fue Benigno Domínguez y Méndez.
Las complicaciones políticas de la época estuvieron a punto de provocar la desaparición de la nueva sociedad. Bajo la presidencia de Juan Ayala, cambia su nombre por “El Porvenir”. De esta y “La Amistad”, conservando sus estatutos y su esencia, nace la Asociación Cultural y Recreativa Casino de Valverde.
El acta fundacional de El Casino lleva fecha de 16 de enero de 1916, siendo su primer presidente José Gost y secretario Francisco Ramos. En la actualidad la preside Feliciano Padrón, que lleva casi 20 años desempeñando el cargo.
La historia del siglo XX no se puede entender en El Hierro sin la presencia de esta sociedad que vino a enriquecer social y culturalmente a sus habitantes.
El Casino -recoge el expediente- no sólo proporcionó a sus socios un domicilio que les sirviera como centro de reuniones, de lugar para las distracciones y para la audición de conferencias culturales, recitales de música y poesía, proyecciones cinematográficas, representaciones teatrales sino se convirtió en revulsivo para una sociedad que demandaba información, formación, foros de encuentro, para el intercambio de conocimientos, para expresar sus inquietudes artísticas, entre otros.