Sonia asegura que llegaron a El Aaiún para protagonizar una acción pacífica reivindicando los derechos del pueblo saharaui. Ella no pudo estar con los catorce activistas canarios que protagonizaron la acción, pero sí lo vivió en primera persona ya que, nada más llegar, junto con otros compañeros fue interceptada y se le impidió estar en el acto de protesta.
Su único objetivo fue el de hacer escuchar la voz del pueblo saharui en El Aaiún, esa voz secuestrada, que apenas se oye.
Esta mujer canaria, trabajadora, comprometida con la causa saharaui desde hace años, asegura que se trató de una acción pacífica, pero en el lado contrario se encontraron con la dura represión de las autoridades marroquíes, que es la que viven a diario muchos ciudadanos saharauis, que están en prisión o que tienen secuestrada su libertad.