Dos Mundos, iniciativa de Rider Producciones con el patrocinio de Gobierno de Canarias y la colaboración de Cabildo Insular de La Gomera, nace este año como un Festival para destacar el papel que la isla de La Gomera ha desarrollado desde la llegada de los auropeos a América en las relaciones sociales, culturales y económicas con el Nuevo Continente.

Viaje Sonoro.

El jueves 18 de noviembre tuvo lugar, en el Salón de Plenos del Cabildo Insular de La Gomera, el espectáculo para voz, piano y laúd, Invitación a un Viaje Sonoro con poemas de Rafael Alberti. Es precisamente su hija Aitana, nacida en Buenos Aires al inicio del largo exilio de sus padres por la dictadura española, quien dio voz a los textos, acompañada por el Dúo Amanecer, compuesto por los músicos cubanos Efraín Amador y Dolores Oropesa que, este 2010, cumple cuarenta años desde su fundación.

Aitana Alberti, que reside en Cuba desde 1984, se unió a los dos artistas para crear este espectáculo que se estrenó en 1999 en la Basílica Menor de San Francisco de Asís en La Habana. Efraín Amador y Dolores Oropesa son profesores del Instituto Superior de Arte, concertistas del Centro Nacional de Música de Conciertos y miembros de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba).

Décimas cubanas.

Por su parte, la repentista cubana Tomasita Quiala improvisará sus décimas e interpretará míticas canciones de la isla caribeña en todos los municipios de La Gomera. Acompañada por Rodolfo Rodríguez (laúd y voz) y Ariel Fernández (guitarra y voz), ofrecerá seis conciertos, todos a las 20:00 horas y con entrada gratuita: el 26 (Auditorio Infanta Cristina de San Sebastián), el 27 (Salón de Actos del Ayuntamiento de Alajeró), el 28 (Auditorio Benedicto Negrín de Agulo), el 29 (Casa de la Cultura de Valle Gran Rey) y el 30 de noviembre (Plaza de la Encarnación de Hermigua), para finalizar el 1 de diciembre (Casa de la Cultura Pedro García Cabrera de Vallehermoso).

Nacida en Holguín, esta invidente de nacimiento lleva 24 años en el mundo de la música campesina. Muy joven se trasladó a La Habana para estudiar en la escuela especial para ciegos Abel Santamaría. Sobre sus inicios, Tomasita Quiala ha relatado en la prensa escrita de su país que, en 1983, cuando la llamaron para improvisar en la Sala White de Matanzas, los poetas rechazaban acompañarla por la creencia de que las mujeres sólo repetían décimas aprendidas. Al final, el poeta Arturo Cruz se decidió a hacerle compañía y fue tal el éxito que, tras esta actuación, todos los poetas masculinos quisieron cantar con ella.

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