Antiguamente, y coincidiendo con la época invernal y la gran cantidad de hierba nacida ("por la fuerza del verde"), los jóvenes acudían a las tierras de suelta para "correr" las cabras del Santo.
El ganado apañado era subastado por el alcalde en presencia del Santo. Sin embargo, esta fiesta terminó una vez subastadas las tierras donde se criaban las cabras del Santo, dado que los nuevos propietarios acabaron con ellas.
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