III
Evolución histórica, naturaleza y ritos de los Ranchos de Ánimas
Evolución histórica
Los rancheros más viejos de Gran Canaria siempre han considerado que estas agrupaciones nacieron de los judíos, concretamente de la Guerra de los Macabeos; seguramente lo que han querido decir es que el culto a los muertos, en el judaísmo y posteriormente en el cristianismo, tiene su pasaje bíblico: ese en el que Judas Macabeo, tras un guerra, quiso honrar a los muertos en ella con una colecta para hacer una fiesta con sacrificio expiatorio para que fueran absueltos de sus pecados.
Tras su introducción en las islas en los primeros siglos de la Colonización, nos encontramos que hacia el siglo XVIII, cuando quedan configuradas las principales parroquias, estas cuentan con su Cofradía y su Rancho de Ánimas. Todos ellos ya actuaban por la Navidad, aunque hasta el siglo siguiente en algunos lugares salían por el Día de los Difuntos.
En la segunda mitad del siglo XIX comienzan a desaparecer, arrastrados por el pensamiento liberal originado desde la Ilustración contra el excesivo culto y devoción a las ánimas; pero en las Canarias orientales algunos se mantuvieron como los de La Aldea, Barranco Hondo/Juncalillo, Arbejales de Teror, Valsequillo, Agüimes, Ingenio y la propia capital de Gran Canaria.
A raíz de la promulgación, en 1903, por el papa Pío X de su bula pontificia sobre la música sagrada, comenzó a prohibirse en las iglesias toda música profana (Boletín Oficial Eclesiástico del Obispado de Canarias de 14-I-1904), donde se hacía mención al piano e instrumentos fragosos como el tambor, los platillos... Pero algunos párrocos no zanjaron radicalmente las intervenciones de la música popular dentro de las iglesias; sólo recortaron, progresivamente, las intervenciones de los tocadores y cantadores. Esta medida afectaba directamente a las Misas de la Luz9 y a los propios Ranchos supervivientes que intervenían en estas misas y en las solemnidades de la Nochebuena, Año Nuevo y Reyes.
Finalmente, casi todas estas manifestaciones populares acabaron en las Canarias orientales con la prohibición expresa del Sínodo Diocesano de 1947 del Obispado de Canarias. En ese momento subsistían en Gran Canaria cuatro Ranchos: los de Arbejales (Teror), Valsequillo, Juncalillo y La Aldea10, quedando al final dos: Arbejales y Valsequillo.
En 1991 se recupera el Rancho de La Aldea en cuyo contexto, el 11 y 12 de diciembre de 1992, en el marco de las I Jornadas Regionales de Folclore que organizó, en este pueblo, el Proyecto Comunitario, se produce el primer encuentro de los Ranchos supervivientes de Canarias, y allí estuvieron los de Arbejales, Valsequillo y La Aldea (Gran Canaria); Tiscamanita (Fuerteventura) y Teguise (Lanzarote). En estas jornadas se produjeron interesantes debates y se plantearon cuestiones relativas a su futuro11.
Los Ranchos han continuado hasta la actualidad renovados con otras generaciones, manteniendo nuevos encuentros y con referencias continuas en la prensa. En 2006 se promovió presentar su candidatura a los Premios Canarias en la modalidad de Cultura Popular. El Jurado decidió dar el premio al Proyecto de Pinolere, consolando a los Ranchos de Ánimas con la Medalla de Oro de Canarias. Luego han recibido otras distinciones. Actualmente hay siete Ranchos de Pascua en Lanzarote (San Bartolomé, Teguise, Haría, Yaiza, Tías, Mácher y Tinajo); dos en Fuerteventura (Puerto del Rosario y Tiscamanita) y tres en Gran Canaria (La Aldea, Teror y Valsequillo).
Naturaleza, fines
Ya lo hemos venido indicando, los Ranchos son agrupaciones laicas que recaudan limosnas para los sufragios por las ánimas entonando singulares cantos, que actuaban primero en el Día de los Finados y luego por Navidad. Tienen una naturaleza similar a la de otras agrupaciones existentes, con nombres diversos, por zonas de Madrid, Cuenca, Extremadura, Murcia, Portugal... en estrecha relación con los temas animeros y con las entonaciones de romances y canciones navideñas. Sobre su salida por Pascua tiene la explicación de que con el tiempo, manteniendo su naturaleza, y ante del decaimiento del culto a las ánimas, se transformaron en Ranchos cantadores de Pascua, cuyo fin continuaba siendo recaudar limosnas para las misas por el sufragio de las ánimas; pero en su repertorio incluían temas de la Navidad y otros referidos a pasajes bíblicos, vida de santos, relaciones sociales…
Organización
El Rancho de Ánimas está sujeto a una organización varonil jerarquizada independiente bajo la dirección del ranchero mayor, que distribuye funciones y programa toda su actuación en cada periodo que, en los últimos tiempos, quedó entre principios de diciembre y febrero. Administra los fondos procedentes de la recaudación de las limosnas y se las entrega al final del periodo al párroco. A veces este cargo coincide con el director musical o cabecera cuando se entonan las canciones. Luego están los cantadores y, en algunos lugares, la de mochilero que lleva las provisiones en las salidas. Y la pertenencia a cada Rancho de sus miembros era una tradición familiar transmitida de padres a hijos y nietos con orgullo, en muy pocos casos con participación femenina, salvo en tiempos recientes12.
Los solistas, los que inician los cantos (coplas o desechas), con facilidad para la improvisación de versos junto a una buena y potente voz, pueden ser uno o dos. Los demás (a modo de coro) repiten donde procede los estribillos de cada estrofa y a la vez portan algunos de los instrumentos que son, por regla general, panderos, espada, triángulo, castañuelas, tambor y guitarra.
Música
Asistimos a una música grupal donde se cantan versos improvisados o no, donde un cabecera los entona y un coro repite en estructura algo complicada de estribillos, con una expresión musical arcaica (por así decirlo) lastimosa, triste, muy expresiva… que nos traslada a un mundo místico antiguo del Mediterráneo oriental.
Carecemos de formación musical para ser precisos en este tema, pero según los estudios musicales realizados en el Rancho de Arbejales, que aconsejamos consultar13, estamos ante una música responsorial (donde el cabecera o solista y el coro alternan sus intervenciones), melismática14 con más de tres sonidos por sílaba, de canto monódico15 y con una estructura tonal de la melodía de forma modal (unas pocas notas sirven de apoyo en el fraseo musical)16.
Las dos estructuras musicales se corresponden con las de las letras: coplas y desechas. Ambas llevan un ritmo monótono idéntico, con un encabezamiento, redoble y final, que es el pie que se canta al principio. La desecha, que se configura con verso dodecasílabo, conlleva cuatro compases y se puede cantar en dos escalas, modo eólico y mixolidio. La copla se construye con verso octosílabo y se canta en el modo eólico, dando una expresión lastimosa y melismática. El pandero (instrumento más numeroso) y la espada son los instrumentos que dan al Rancho su singularidad de sonido musical metálico de conjunto.
Ante una buena letra y una voz clara y melodiosa el oyente queda extasiado con este tipo de expresión popular. Aconsejamos en el DVD del Rancho de Teror oír la Copla de la Cena (Doc. 14), cantada en modo eólico, el más común, por María Déniz (2007) y la extraordinaria Desecha a un Amigo (Doc. 10), improvisada por Jesús Quintana y entonada en modo mixolidio. Y la Copla a San Isidro (Doc. 2), grabación de 1962, hecha a Raimundo Santana (1892-1977), es extraordinaria también por la voz, aunque no es improvisada.
Letra, coplas y desechas
La letra que se entona en los Ranchos de Ánimas de Gran Canaria es compleja, al contrario de la sencillez usada en la canción tradicional canaria. Los mejores estudios se han hecho sobre el Rancho de Arbejales. En resumen, al estribillo de los poemas cantados se le denomina pie; al verso, palabra; y a la estrofa, redoble. Se diferencian, como hemos indicado, dos estructuras: la copla (versos octosílabos) y la desecha (dodecasílabo), ambas de rima asonante, y la técnica de casar un verso con la rima se denomina amarrar.
Son composiciones cuya temática, cuando se refiere a las ánimas de una determinada familia, relaciones sociales… se improvisa necesariamente; pero, cuando hacen alusión a temas bíblicos y religiosos, pueden estar preestablecidos, aunque siempre los viejos rancheros de cabecera se caracterizaron por su gran poder de improvisar, repitiendo el coro su habilidad de improvisación17.
Actuaciones y ritos
Los Ranchos cantan en casas de toda su jurisdicción, nunca por la calle ni por caminos. Antes lo hacían, como dijimos, en las animadas Misas de la Luz (a principios de diciembre, en el Advenimiento), que se hacían en las Iglesias y, por lo general, en las solemnidades de la Pascua, sobre todo en Nochebuena, Navidad, Reyes… también dentro de las Iglesias.
Cantan en coro entonando los dos modelos de estrofas estudiadas: coplas y desechas, unas improvisadas y otras del repertorio referidas a los muertos de cada casa, o de temas navideños, o de vida de santos… además de otros (incluso de relaciones de noviazgo). Destaca entre sus ritos la Cena de las Ánimas en casas, con una liturgia muy simbólica preestablecida como la mesa y alimentos, entonar la Copla de la Cena, seguida de la Desecha de la Cena y la Representación de las Doncellas (Arbejales), con el doblar el Mantel de las Ánimas por dos o cuatro doncellas que entran en el grupo, en un momento en que se entona la desecha, ritual de todos los Ranchos antiguos, de lo que tenemos referencias en Barranco Hondo-Juncalillo y La Aldea18.
Cena de Ánimas, el mantel y las doncellas. Libro sobre el Rancho de Arbejales-Teror, p.316
IV
Los Ranchos de Gran Canaria
Todas las parroquias de Gran Canaria tuvieron una Cofradía de Ánimas y uno o dos Ranchos de Ánimas independientes; pero la falta de trabajos de investigación local no permite por ahora conocer qué dimensión social tuvieron en cada pueblo, salvo en algunos. En el mapa adjunto (un poco más abajo) verán parte de los que desaparecieron a mitad del siglo XIX y los que alcanzaron los albores del siglo XX.
Los Ranchos del Norte y Centro: la supervivencia en Arbejales
Hay vagas referencias para la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, San Lorenzo, Gáldar… De Valleseco se sabe que antes de 1846, en que se creó su parroquia, ya había tradición musical animera en torno a su ermita de San Vicente Ferrer y que ésta, probablemente, arrancara del siglo XVIII19. En Moya se crea el Rancho en el último tercio del siglo XVIII, según afirma el cura del lugar en 1776, y vinculado a la Cofradía de las Ánimas. Luego, a principios del siglo siguiente aparece otro en Fontanales, cuyas limosnas recaudadas se repartían entre diversos curas y frailes, originando una polémica con el cura párroco que llegó hasta el Obispado como un serio litigio en 181720. En 1812 hay constancia de un Rancho en San Mateo por una problemática con las limosnas recaudadas21. Igualmente debió existir otro en Santa Brígida cuya Cofradía de Ánimas estuvo en activo hasta 183022.
Mención especial requiere el Rancho de Arbejales-Teror, por ser uno de los dos supervivientes de todos los habidos en la isla, el que más ha preservado la naturaleza original, y que ha sido ampliamente estudiado23. Fue en un principio de la parroquia de Teror aunque después de 1940, tras crearse la parroquia de Arbejales, ésta se convierte en receptora de limosnas ya que este barrio aportaba el mayor número de miembros. Hoy canta en Arbejales y Teror, Madrelagua (Valleseco), Labradoras (Las Palmas de Gran Canaria), Pino Santo (Santa Brígida); Collado, Gallego y Aríñez (San Mateo) y Artenara. Lo componen unos veinte miembros. La cabecera es el cantador de alante y el estribillo o pie lo repiten los respondedores con una musicalidad de Ranchos muy pura, al que acompañan un ritmo lento de tres panderos, dos espadas, un tambor, una guitarra y un timple.
Los Ranchos de la Cumbre: Artenara y Tejeda
Tejeda cuenta con parroquia en 1660 con una jurisdicción que abarcaba todo el suroeste de Gran Canaria, de la que en 1742 se segregó La Aldea y en 1814 Mogán para constituir sus respectivas demarcaciones religiosas. Su Cofradía de Ánimas se crea a poco de contar con nueva parroquia y en breve tiempo después se crea su Rancho, que funciona desde la primera mitad del siglo XVIII hasta finales del XIX. Recorría trayectos tan alejados como Barranquillo Andrés, Mogán, Soria, El Carrizal, Toscón y La Solana del Chorrillo, llegando incluso hasta los puntos más altos de las cumbres de Gran Canaria. Recientes estudios de su Cronista Oficial, Serafina Suárez, encienden alguna luz sobre su desarrollo a lo largo de los siglos XVIII y XIX24.
Artenara, antes de contar con parroquia (1742), contaba con una Cofradía de Ánimas (principios del siglo XVIII) y un Rancho. Pero la actividad se centra, en los últimos tiempos, en Barranco Hondo-Juncalillo y desaparece a principios de los años cincuenta del siglo pasado25. En las fechas navideñas se recorría los pagos de Artenara y Tejeda animando el ambiente, llegando en alguna ocasión hasta La Aldea de San Nicolás. Era un rancho cumbrero, cuyos miembros con sus sombreros, mantas de lana para atajar el frío del invierno, faroles... por aquellos empinados caminos, conformaban un cliché muy distinto a los Ranchos de la costa.
Los Ranchos del Suroeste: La Aldea, Tasarte y Mogán
Desde su erección como parroquia en 1742, cuenta La Aldea de San Nicolás con una Cofradía de Ánimas y su correspondiente Rancho. A principios del siglo XIX surge en Tasarte otro. Tras un decaimiento de la actividad de los Ranchos, hacia 1904, el joven cura e hijo del pueblo Juan León Llarena los promociona, y estos dos toman un nuevo impulso: se visitan anualmente y contactan con miembros del Rancho de Juncalillo, cantaban juntos en la Iglesia en la Misa del Gallo y hacían sus salidas por sus respectivos valles. Pero el Rancho de Tasarte desaparece hacia 1928; el de La Aldea continúa hasta 1956-1957 y reaparece sólo una vez, el 5 de enero de 1961, en una Cabalgata de Reyes. Después renace en 1991, gracias a la labor de rescate de la Agrupación Folclórica y Etnográfica de La Aldea, hoy Proyecto Comunitario26. Este Rancho se ha ido consolidando a lo largo de estos últimos años, con la presencia de varias mujeres y la desaparición progresiva de los rancheros viejos. Carece de estudio detallado en el plano lingüístico-literario y musical por haber estado tanto tiempo desaparecido. Recientemente el Proyecto Comunitario de La Aldea ha dedicado una sección de sus museos al tema del Rancho y el culto a la muerte.
Del Rancho de Mogán solo sabemos que, una vez erigida la parroquia de San Antonio de Padua, en 1814, se determina la creación de un mayordomo para la fábrica así como de una Cofradía de las Ánimas. Esta aparece funcionando al menos hasta 1834, en que el cura párroco Manuel Reyes Bueno daba cuenta al obispado de que por Navidad se organizaba un Rancho según costumbre de los pueblos cantando de puerta en puerta. Nadie recuerda en el lugar la existencia de un Rancho de Pascua en este municipio27.
El Rancho de Valsequillo
Es junto al de Arbejales-Teror el que se ha mantenido desde su creación, cuando se erigió la parroquia de San Miguel Arcángel, en 1800, o quizás antes. Este Rancho se mantuvo en la segunda mitad del siglo XX gracias al esfuerzo del párroco José Falcón Negrín, e incluso hace unos cuarenta años estuvo a punto de desaparecer cuando llegaron a salir solo el ranchero, un respondedor y un tocador de cuerdas. Pero en la actualidad lo componen una veintena de miembros entre los que se hallan niños, jóvenes y una mujer. Utiliza los instrumentos tradicionales como panderos, espadas, tambor y guitarra, aunque en los últimos tiempos ha incorporado timples, laúd y violín, y vestimenta folclórica que hace unos años no tenía. Carece de estudios históricos ni de otras disciplinas, pero cuenta con su propia página web, donde se pueden consultar algunos aspectos históricos y actuales28.
(Ofrecemos un enlace con la Copla al Misterio del Nacimiento del Niño Jesús como muestra, además didáctica, de uno de los Ranchos, en este caso del de Valsequillo. Para escucharla pincha aquí)
Rancho de Valsequillo, hace treinta años
Los Ranchos del Sur
De Telde la tradición oral no recuerda nada de ellos, cuando incluso en La Pardilla debió existir uno.
En Ingenio la tradición oral sí hace mención al Rancho de este lugar, como también se menciona en el trabajo periodístico de Suárez Miranda de 1943.
Agüimes cuenta desde el siglo XVII con Cofradía y se hace mención a su Rancho de Ánimas en los libros de cuentas desde 1780; pero éste debió desaparecer en el siglo XIX y nadie lo recuerda hoy.
De las dos parroquias siguientes, Santa Lucía y San Bartolomé de Tirajana, se carece de estudios que indiquen la presencia de Cofradías y Ranchos de Ánimas, aunque hay una vaga referencia a instrumentos musicales de un Rancho de Temisas, en su archivo parroquial29.
Sección dedicada al Rancho de Ánimas en el Museo de la Música del Proyecto Comunitario de La Aldea. Cartel de V Encuentro de Ranchos (2005)
V
Los Ranchos ante los cambios sociales. Presente y futuro
Los Ranchos han evolucionado, unos más y otros menos, en el plano de las estructuras musicales y están sometidos a las exigencias de la sociedad de consumo, lo que habría que sopesar, como es el caso de su presencia en escenarios y fuera del contexto que históricamente los ha definido.
Es cierto que hoy los conceptos sobre el más allá como purgatorios, infiernos y castigos divinos o son polémicos o están para caducidad, con perdón del Papa Benedicto XVI que ha vuelto a recordar la existencia del Purgatorio.
Pero en esa creencia nació y radica la naturaleza de los Ranchos, aunque ahora los vemos como bien patrimonial en la música tradicional y aspectos comunitarios a conservar. Esto debiera ser objeto de debate en el seno de los mismos, en el marco tan necesario de la búsqueda filosófica del quiénes somos y adónde vamos.
Como también deberían debatirse sus actuaciones en fiestas de cara al espectáculo fuera del contexto cronológico tradicional, su participación como candidatos a premios, frente a otros competidores; así como el tema de la modificación de acordes e instrumentos musicales, letras de su repertorio y hasta vestimentas folclóricas.
Ojalá que les haya servido de algo nuestro análisis global de los Ranchos de Ánimas sin la excesiva profundidad de contenidos que pudieran darse.
Para los interesados les ofrecemos una referencia bibliográfica extensa, en la que destacamos como obligada consulta un trabajo de investigación multidisciplinar sobre el Rancho de Arbejales, en formato libro de 590 páginas, con documento sonoro en DVD, el más completo realizado hasta ahora sobre los Ranchos, de los autores Alfredo Viera, Francisco Trejo, Julio Sánchez, Roberto Suárez, Óscar Vizcaíno y Oriol Prunes, y que lleva por título Rancho de Ánimas de Arbejales-Teror. Guardianes de una tradición.
Las Palmas de Gran Canaria, a 30 de octubre de 2009
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GRUPO FOLKLÓRICO DE LA ESCUELA DE MAGISTERIO DE LA LAGUNA: Toques antiguos y festivos de Canarias II. Disco compacto y folleto. Centro de la Cultura Popular Canaria y otros. Santa Cruz de Tenerife, 1993.
RANCHO DE ÁNIMAS DE TISCAMANITA: Producciones S. L., Los Realejos, 2002. (Disco, 7 canciones)
RANCHO DE ÁNIMAS DE TEGUISE: Centro de la Cultura Popular Canaria, La Laguna, 1991. (Disco, 4 canciones)
RANCHO DE PASCUAS (SAN BARTOLOMÉ DE LANZAROTE): Centro de la Cultura Popular-SOCAEM-Cabildo de Lanzarote, Santa Cruz de Tenerife-La Laguna, 1992. (Disco, casette y folleto escrito por Maximiano Trapero)
RANCHO DE PASCUA ARCHINECH-TINAJO: Lanzarote, 2004. (Disco, 6 canciones)
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http://www.bienmesabe.org/noticia.php?id=8293
http://www.globalsu.net/es/revista/ene01.htm
http://www.bienmesabe.org/noticia.php?id=11011&t=1147932000&s=0
http://www.bienmesabe.org/noticia.php?id=7480
http://www.bienmesabe.org/productora/ficheros/RanchosAnimas_2008.pdf
http://www.ranchodevalsequillo.es/General.htm
http://www.infonortedigital.com/publicaciones/docs/104.pdf
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NOTAS
9. ALZOLA, Miguel: Ob. cit. pp. 69-72.
10. Solo el testimonio de algunos estudiosos a través de la prensa local daban cuenta de su progresiva desaparición. Periódico citado de Falange. Las Palmas de Gran Canaria. Artículos de Miguel MIRANDA SUÁREZ, 03.I.1943, y de Sebastián JIMÉNEZ SÁNCHEZ, 21-XII-1951 y 24-XII-1956, respectivamente.
11. Canarias 7: "Encuentros de Ranchos de Ánimas y de Navidad", 12.XII.1992; "Hoy concluyen las Primeras Jornadas de Folclore", 13.XII.1992; y "Cantos de amor y muerte", 17.XII.1992.
12. Mi madre, Juana Moreno Afonso, nos contaba la habilidad de su madre y tías en el toque de panderos del Rancho de Tasarte (cosa poco común que a principios del siglo XIX las mujeres fueran partícipes de estos grupos) y el papel su abuelo, Luciano Afonso, como ranchero mayor e improvisador genial, muy orgullosa de ello.
13. SUÁREZ OJEDA, Roberto: “Música”, en Rancho de Arbejales-Teror, Anroart, Teror, 2008, pp. 399-401.
14. Melisma (del griego, ???????, ‘canto’), en música, es la técnica de cambiar la altura de una sílaba musical mientras es cantada. Se da en los cantos griegos, orientales y en los gregorianos, entre otros.
15. Monodia es una composición musical para una sola voz, una sola melodía, que tuvo un gran desarrollo entre los siglos VIII y XIII en el canto gregoriano, aunque es propia de muchas culturas antiguas.
16. Modo, en música, hace referencia a las escalas que estuvieron en uso durante la Edad Media. Se basan teóricamente en el sistema modal griego y en el sistema modal eclesiástico. Se emplea en la música folclórica de Europa oriental y en los cantos gregorianos, entre otras.
17. PRUNÉS, Oriol: “Filología”, en Rancho de Arbejales-Teror, Anroart, Teror, 2008, pp. 419-450. TRAPERO, Maximiano: “El Rancho de Ánimas de Teror: aspectos lingüísticos y literarios”, en Anuario de Estudios Atlánticos, nº 54-II, Madrid-Las Palmas, 2008. pp. 361-411.
18. VIZCAÍNO DÉNIZ, Óscar: “III Cena de Ánimas y IV El mantel y las doncellas”, en Rancho de Arbejales-Teror, Anroart, Teror, 2008, pp. 306-321.
19. VIERA ORTEGA, Alfredo: “Historia, 2.2.10 Valleseco”, en Rancho de Arbejales-Teror, Anroart, Teror, 2008, pp. 29-30.
20. SUÁREZ GRIMÓN, Vicente J. y QUINTANA ANDRÉS, Pedro C.: Historia de la Villa de Moya, Anroart, Las Palmas de Gran Canaria, 2008, tomo II, pp. 815-817.
21. VIERA ORTEGA, Alfredo: Ob. cit. pp. 27-28.
22. SOCORRO SANTANA, Pedro: “La muerte y los finados en Santa Brígida”, en Crónicas de Canarias, nº 4, Junta de Cronistas Oficiales de Canarias, Las Palmas de Gran Canaria, 2008, p. 453.
23. VV.AA. Rancho de Ánimas de Arbejales-Teror. Guardianes de una tradición. Anroart-Ayuntamiento de Teror, Teror, 2008.
24. SUÁREZ GARCÍA, Serafina (2006): “La tradición musical en Tejeda”, en Crónicas de Canarias, nº 2, pp. 499-501. Agradecemos a la autora sus anotaciones.
25. SUÁREZ MORENO, Francisco: “Los Ranchos cantadores de Pascua en el Oeste de Gran Canaria”, en Anuario de Estudios Atlánticos, Patronato de la Casa de Colón-Cabildo de Gran Canaria, número 44, Madrid-Las Palmas, 1998, pp. 567-568. ÍDEM, “La Cofradía de Ánimas de Artenara y el Rancho de Barranco Hondo-Juncalillo”, en Los Ranchos de Ánimas en Canarias. Aspectos históricos en la cumbre y oeste de Gran Canaria. Revistas digitales Bienmesabe.org-Infonorte digital.com-Artevirgo.org.
26. AGRUPACIÓN FOLCLÓRICA Y ETNOGRÁFICA DE LA ALDEA (Coordinadores, Lidia SÁNCHEZ y José Pedro SUÁREZ): "El Rancho de La Aldea", I Jornadas Regionales de Folclore. La Aldea de San Nicolás. "El Rancho de Ánimas de La Aldea", revista El Pajar. nº 1. Agosto 1996. Música tradicional y cultura oral en La Aldea de San Nicolás de Tolentino. Folleto-Disco, Tecnosaga. Madrid, 1992.
SUÁREZ MORENO, Francisco: “Los Ranchos cantadores de Pascua en el Oeste de Gran Canaria”, en Anuario de Estudios Atlánticos, Patronato de la Casa de Colón-Cabildo de Gran Canaria, número 44, Madrid-Las Palmas, 1998, pp. 567-568. ÍDEM, “Cofradías y Ranchos del Oeste de Gran Canaria”, en Los Ranchos de Ánimas en Canarias. Aspectos históricos en la cumbre y oeste de Gran Canaria. En las revistas digitales Bienmesabe.org-Infonorte digital.com-Artevirgo.org.
27. SUÁREZ MORENO, Francisco: Mogán, de pueblo aislado a cosmopolita. Ayuntamiento de Mogán. Madrid, 1997, pp. 78-96 y 130-132 (sobre la parroquia de San Antonio y su Cofradía de Ánimas).
28. http://www.ranchodevalsequillo.es/General.htm
29. VIERA ORTEGA, Alfredo, ob. cit. p. 32. SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, Julio: Temisas, Santa Cruz de Tenerife, 2002, p. 280 (citado por Viera Ortega).