Los galardones del V Premio de Artesanía y Patrimonio Villa de La Orotava 2008 se concedieron al Molino de La Piedad, cuyo propietario es Isaac Hernández; al Antiguo Molino de Agua Don Chano, de quien es representante Sebastián González Hernández y al Molino La Máquina (antiguo Molino de los Monteverde), reconociendo el título póstumo a Ángel Domínguez Machado.
En el acto se rindió reconocimiento y prestigio a la labor artesana de los molineros, que lleva siglos desarrollándose en el municipio y que ha sido fundamental para sacar a la población de épocas de crisis y hambruna.
A la entrega de premios acudieron los tres galardonados que recibieron esta distinción. Don Chano, un popular molinero de la zona del casco del municipio, dirigió unas palabras a los asistentes en señal de agradecimiento y recalcó que “el gofio fue un alimento esencial en épocas de penuria que abasteció a toda la isla de un alimento muy nutritivo”. A la par, el galardonado recalcó que el premio lo merecían todos los molinos que han funcionado en el municipio trabajando en este oficio de gran tradición.
El alcalde de La Orotava, Isaac Valencia, señaló que “el gofio es un producto que mató mucha hambre en el municipio en épocas pasadas y que sigue consumiéndose hoy en día porque es un alimento muy sano y recomendable en muchas dietas. Además, el gofio se ha convertido en un producto típico de nuestra tierra y La Orotava cuenta con el lujo de mantener en funcionamiento varios molinos tradicionales, donde los vecinos pueden acercarse a comprar gofio”. También matizó que “el aroma del cereal tostado impregna nuestro municipio aportando un olor inconfundible, señal de la cultura y tradición villera”.
El presidente del Proyecto Cultural Pinolere, Toribio Delgado, felicitó a los homenajeados por su meritorio trabajo. También reseñó la importancia de conservar oficios de estas características en la actualidad, que predominan trabajos más industriales y que muchos jóvenes prefieren realizar otro tipo de profesiones de mayor rentabilidad económica.
Los molinos de la Villa de La Orotava forman parte de su paisaje urbano desde los siglos XVI y XVII y son en la actualidad un elemento de identidad de este pueblo. Su importancia e interés reside en que forman parte del patrimonio industrial agroalimentario y que han permanecido en funcionamiento hasta la mitad del siglo pasado, produciéndose harina y gofio para amplios sectores sociales de la comarca.