Sancocho, como otros tantos, ha pasado por unas situaciones críticas que hablan de lo difícil y complicado que resulta mantener un grupo. Así, en 1992, tras 23 años de éxito, el grupo se disolvió. Pero el amigo Pepe Bolaños luchó sin desmayo para recuperarlo y, a finales del año 2004, reapareció en La Bodega de Julián, para alegrarnos la noche de fin de año y brindarnos una brillante actuación. Había vuelto Sancocho. Habían vuelto con renovado entusiasmo y todos los que sentimos y disfrutamos de la música folclórica o popular, nos removimos en nuestro asiento sintiendo el cosquilleo de la emoción.
El grupo Sancocho arrancó su larga andadura allá por los finales de 1969. Eran tiempos en que la “minifalda” invitaba a girar la cabeza para ver a las jovencitas luciendo la breve prenda… tiempos en que en el cruce de la calles Bravo Murillo con León y Castillo, Gregorio, el guardia, subido sobre un alto tacón, dirigía el tráfico con gracia, elegancia y alguna pincelada de humor como, por ejemplo, cuando alguna jovencita hacía amago de cruzar la calle luciendo la revolucionaria “minifalda” y él, enérgico y convincente, paraba el tráfico y convertía en pasarela el paso de peatones facilitándole a ella cruzar y a nosotros el regalo de la vista… o llenaba la quiniela parando a los conductores, según Dios le daba entender y le preguntaba bolígrafo en mano: "¿Levante-Las Palmas?". Y el conductor, acongojado, le respondía: "pos ¡X¡". Eran tiempos en que el balbuceante turismo llegaba a las islas y disfrutaba de nuestra especial manera de ser… Tiempos en que la mal entendida piqueta del progreso la emprendía con el Puente de Palo, para robarnos la mirada del barranco Guiniguada… Tiempos en que el profesor Reina se atrevió, -¡tremenda osadía!- a cantar una isa en chino… y tiempos en que los vendedores de periódicos voceaban ¡La Provi!, ¡El Eco! o ¡El Diario de Las Palmas! subiéndose y bajándose de las guaguas haciendo mil piruetas… Pues sí. Con ese panorama que marcaba un antes y un después, nacieron este puñado de “sancochos” que, como diría Calero, es nuestro santo gastronómico: San-cocho…
Pero los tiempos pasan y las obras quedan. Y quedan, como acta notarial, como testimonio, el extenso trabajo recogido en distintas grabaciones de este señero grupo grancanario, al que yo felicito y aplaudo por su amplia aportación al enriquecimiento de nuestra cultura..
José Bolaños es su director/fundador. Bolaños ha pertenecido y dejado su impronta en distintos grupos y repartido sus conocimientos musicales por casi todos los rincones de Gran Canaria. Es un luchador y defensor de “lo nuestro”. En su actuación en La Bodega de Julián, el grupo brilló a gran altura: “La Lucha Canaria”, de Salvador Sánchez Borito, notable luchador que en sus años mozos inventó una ejecución de lucha que sólo él, por su envidiable puesta a punto, podía ejecutar; “La Erisipela”, retahíla de las curanderas de Telde, escrita y presentada por Mayer; “La Isa de Candidito” o las coplas, en señal de homenaje póstumo, al recientemente desaparecido Juan Quintana El Claca; malagueñas, cambullonero, etc.
Pero no quedó todo ahí: también, a pregunta del felizmente recuperado Julio Fajardo, puso, con palabra certera, el dedo en la llaga con argumentos de peso sobre nuestro folclore.
El grupo acompañó, además, a cuatro solistas femeninas de relieve que hicieron los tres palos grandes de nuestro folclore: Isas, Folías y Malagueñas.
Las notas de humor corrieron a cargo de Sergio Correa o Yoyito El Chispa, en una visita que giró, por unos “andancios”, a la Seguridad Social.