Los gestores educativos llevaban en cartera tres asuntos fundamentales para debatir con la comunidad escolar: por un lado, refrescaban las vicisitudes que rodearán la próxima implantación en Caleta de Sebo de 3º y 4º de la Enseñanza Secundaria Obligatoria. “Un auténtico lujo para la Isla”, señalaba Manuel Jorge, si lo comparamos con los ratios de otras: hay que recordar que actualmente el Ignacio Aldecoa cuenta con 54 alumnos y 9 profesores. El próximo curso, cuando se imparta 3º de la ESO, se anotarán ocho nuevos alumnos y deberán visitar La Graciosa cinco nuevos profesores.
Otro de los trabajos que realizaron atiende a los técnicos ya que la Dirección General desplazó hasta el lugar a un equipo encargado de valorar las necesidades de material del centro ante la inminente puesta en marcha de los nuevos cursos de Secundaria. “Se trata de un centro peculiar con escaso alumnado, con lo cual deberemos destinar variados recursos materiales (laboratorio, ordenadores, etc.), si bien tendremos que afinar en las cantidades. Intentaremos que esté para mayo”, afirmaba uno de estos técnicos.
Pero la cuestión principal que justificaba el paso de la expedición docente por Caleta de Sebo fue la presentación ante un grupo de alumnos de los nuevos cursos de Informática e Inglés que se oferta a más de una treintena de gracioseros que ya han formalizado su inscripción. Resultó alentadora para el director general la existencia de una lista de espera, unos cuantos rezagados que intentarán recuperar definitivamente antes del inicio de la enseñanza en los próximos días. “Estos módulos para adultos responden a la demanda real de los vecinos, de ahí el tirón en las inscripciones”, declaraba Alfonso Sánchez, director del CEPA Titerroygatra, entidad encargada de los módulos. Él también demandó constancia en el alumnado para evitar que abandonen a las primeras de cambio.
En su primera visita a La Graciosa, Manuel Jorge Pérez no escatimó efusivos saludos e interés por las inquietudes en materia de formación y educación que exhibían algunos profesores y vecinos al estrecharle la mano.