El pito herreño es una especie de flauta rústica (por lo tanto un instrumento músico de viento) en forma de tubo, con 1 agujero (que hace de embocadura) mayor que los 6 agujeros circulares restantes, que produce diversos sonidos según se tapan o destapan. Es travesera, es decir, se coloca de través; tiene cerrado el extremo superior con un tapón de corcho, y lleva una embocadura en forma de agujero (preferiblemente ovalado), mayor que los seis restantes.
La denominación de 'pito' le viene, tal vez, porque en un principio los pitos eran flautas pequeñas, de sonido muy agudo, parecido al de los silbatos. A lo largo de los años ha cambiado el material utilizado para su construcción; también su tamaño (agrandándose con el fin de obtener mayor potencia de sonido); pero no su estructura de seis agujeros que, básicamente, sigue siendo la misma, una estructura muy parecida a las flautas de caña y madera que se encuentran en la tradición musical de los pueblos del norte de África.
Partes que componen el pito
Tipos de pito
El pito de madera de loro: Es el pito más antiguo conocido. Para su construcción se empleaba madera de loro o lauroceraso (según el Dicc. de Julio Casares) que es un árbol de las rosáceas, de cuyas hojas se obtiene por destilación una agua muy venenosa. Nosotros desconocemos el tipo concreto de laurel empleado, puesto que hay muchos. Lo que sí sabemos es que es, por supuesto, de la familia del laurel, un árbol siempre verde, de la familia de las lauráceas, cuyas hojas son muy usadas para condimento y entran en algunas preparaciones farmacéuticas. Hay un tipo de laurel, el laurel comino, que es un árbol de madera incorruptible. Lo único cierto que hoy sabemos es que han llegado hasta nosotros (todavía conservamos alguno) pitos de madera de loro, que es como los denominaban los viejos. (Ver 'loro' en el Tesoro Lexic... . )
Se entiende que empleaban la madera en la construcción de los pitos porque no había herramientas (taladro eléctrico, brocas, etc.) para perforar los tubos de metal y hacer los orificios. Por lo tanto resultaba más accesible utilizar un trozo de palo recto de 40 o 45 cm aproximadamente (en este caso de loro) y perforado con una lerna o hierro caliente. En los extremos se ponían dos aros para que la madera no se abriera. Por efecto de las perforaciones, quedaba el interior quemado, todo negruzco, lo que hacía que la boca del tocador se secase rápidamente y se necesitase amorosar su interior con vino o con agua frecuentemente.
El sonido de este pito de madera de loro es más agudo que los usados actualmente. Ello es debido a que el tamaño es más pequeño (tanto la longitud, como el ancho, como los agujeros).
-El pito de cobre: Los tubos de cobre también fueron empleados para la fabricación de los pitos antiguamente. Se dejaron de usar porque estos tubos bajo la acción del aire húmedo cargado de ácido carbónico, se cubren con una capa de hidrocarbonato o cardenillo, muy venenoso. Esto provocaba -según las fuentes orales- que "a los afamados tocadores antiguos se le cayesen los dientes o se les estropease la boca a la larga". (Siempre oímos decir eso de Belito, uno de los tocadores de pito más célebres de la isla). Un remedio consistía en ponerle alrededor de la boquilla algún material plástico para apoyar el labio inferior y evitar el contacto directo con la boca. Así y todo, cayeron en desuso con el descubrimiento por parte de otros artesanos de materiales menos nocivos para la salud.
-El pito de metal dorado: Este pito es el último de los clásicos utilizados por los tocadores célebres. Estaba dotado de un brillo particular, un brillo metálico dorado, que, después de pulirse, solían exhibir los tocadores en las fiestas. La particularidad que tenían, además de asemejarse a los instrumentos musicales de viento, era que sonaban más agudos, porque el diámetro del tubo era más pequeño que el que actualmente predomina. Todavía hay quienes los utilizan entre los más viejos; los jóvenes lo rechazan por su excesivo peso y porque su tonalidad alta o aguda no armoniza con la grave o baja de los usados actualmente.
-El pito de aluminio: Menos pesado es el pito de aluminio, pero no tiene tampoco demasiada aceptación, quizás porque el aluminio es un metal cuya obtención industrial es reciente y no ha tenido demasiada tradición en El Hierro. Su color y brillo parecidos a la plata, su alta sonoridad, su tenacidad y ligereza, lo convierten en un metal perfecto para la fabricación de un buen pito.
-El pito negro de plástico: El plástico es un material de origen orgánico o sintético susceptible de ser modelado o moldeado en caliente o a presión. El auge de estos pitos en la última década sea debido, quizás, a lo fácil que es conseguir tubos de este tipo. Hay que tener en cuenta que en las recientes instalaciones de electricidad y de fontanería se utilizan tubos que tienen las dimensiones adecuadas para la construcción de pitos. Desde siempre los artesanos y tocadores herreños han echado mano de los restos para su reutilización, y es por eso por lo que se han prodigado los pitos de plástico negro, cuyas mayores ventajas se encuentran en su fácil y rápida construcción y en su poco peso. Por el contrario, el excesivo grosor de las paredes del tubo puede ser un impedimento para extraer un buen sonido del mismo.
-Otros: Los pitos herreños siempre han evolucionado de la misma manera que evoluciona la sociedad herreña y con ella su forma de vivir, sus costumbres, su cultura, etc. Y es que van apareciendo nuevos materiales, de los que siempre se ha aprovechado el tocador de pito, para construir 'el mejor', porque el tocador de pito presume de tener un buen pito, que suene bien y que se distinga de los demás. Así, por ejemplo, se construyen pitos de todas clases: el pito de caña, el pito de hierro niquelado hecho con la pata de una silla o una banqueta; el pito que se reconstruye sobre la base de cualquier flauta de música (sudamericanas, clásicas, etc.). Entre estas flautas reacondicionadas destaca una que ya es historia: 'La flauta de Mariano'.
Mariano ha sido un tocador, recientemente fallecido, que ha dejado huella entre los que logramos apreciar sus magníficas cualidades como tocador. Tenía Mariano un pito negro, precioso, que, en realidad, era una flauta travesera adaptada a las características formales del pito herreño. De Venezuela -decía- se la habían mandado y él mismo anuló los agujeros que le sobraban, taponándolos con poxipol, para convertirlo en un pito herreño único: 'La flauta de Mariano'. Tenía una caja de resonancia envidiable; se necesitaba tener 'muchos pulmones' para llenarla de aire y hacerla sonar; la distancia que separaba los agujeros era mayor que la convencional, lo que hacía que nadie que no fuera él mismo, pudiera tocar perfectamente con su flauta.
En definitiva, un pito hecho a su medida, sólo Mariano era capaz de hacerlo sonar de verdad. Cuando sonaba su flauta (que era el único pito herreño conocido con género femenino), no había quien la tumbara; pocos eran capaces de seguirla y, si la dejaban sola, mucho mejor para Mariano; él solo se bastaba para hacer vibrar a los tambores, animar a los bailarines y poner los pelos de punta a los demás. "La pena es que esos pititos de hoy -decía- no te dejan ... "
-Los pitos largos: La última moda entre los tocadores de pito jóvenes es hacerse un pito de 60 o 70 cm de largo, dejando unos 20 o 30 cm sobrantes de tubo por encima de la boquilla, con el fin de utilizado como 'arma de defensa en La Bajada por si la cosa se pone fea'. En realidad, el pito o la flauta sigue manteniendo las dimensiones normales, porque el corcho o tapón que se le pone junto a la boquilla es el que marca el límite superior. Solamente hay que introducir el tapón de corcho a 20 o 30 cm del borde o extremo superior.
Cómo construir un pito
Para construir un pito, debemos elegir, primeramente, el tipo de pito que queremos. Sería recomendable empezar haciéndonos uno de plástico. Utilizaremos para ello un trozo de tubo (de 2 cm de ancho) que podemos comprar en cualquier ferretería, si es que no lo "tenemos ya en casa, es decir, de algún trozo sobrante o algún resto de una instalación eléctrica que hayamos hecho. Cortamos con una sierra hasta obtener un tubo de 50 cm aproximadamente. Posteriormente colocamos el tubo en la guía de una puerta y trazamos con un punzón (también vale un rotulador, un cuchillo o cualquier cosa que marque sobre el plástico) una raya o línea recta a lo largo del tubo, de un extremo a otro. Sobre esa línea haríamos los agujeros, para lo cual debemos marcar de nuevo con el punzón los puntos donde taladraremos los agujeros. Recordamos que tenemos que hacer siete agujeros: uno a 9 cm de un extremo, que será la boquilla; y seis más que quedarán a 17 cm del que sirve de boquilla y a 9 cm, también, del otro extremo del tubo. Empezaremos por señalar los puntos donde taladraremos y utilizaremos un punzón o un clavo para marcados y para que la broca del taladro no resbale ni se descentre.
Como ya hemos dicho, marcamos un punto a 9 cm de un extremo y a continuación otro a 17 cm de este último; los siguientes cinco agujeros tendrán una separación de 3 cm entre uno y otro, excepto entre el tercero y el cuarto que tendrán una separación de 3'8 cm; es decir que la distancia entre los tres primeros agujeros y los tres últimos se apreciará una separación un poco mayor. Al final, desde el último agujero hasta el otro extremo debe haber una distancia de 9 o 10 cm aproximadamente.
El siguiente paso es utilizar un taladro y una broca de 7'5 mm. (aunque siempre es mejor empezar con otra broca más pequeña, de 5 mm por ejemplo, para abrir los agujeros y luego, sólo ensancharlos con la de 7'5 mm.). Una vez que hayamos abierto los agujeros con el taladro, obtendremos siete orificios de 7'5 mm; pero ahora nos interesa ensanchar el que hace de boquilla y para ella utilizaremos una broca de 9 o 10 mm. Ya tenemos hechos los agujeros y sólo nos queda lijarlos por dentro y por fuera para quitarle las asperezas y pulirlo.
El paso siguiente, antes de afinarlo, es colocarle un tapón que entre a presión por la parte superior (donde está el agujero por donde soplamos) y, una vez que tengamos dentro del tubo la mitad del tapón, cortamos con un cuchillo la mitad sobrante y lo introducimos a 4 o 5 cm del extremo.
Para comprobar si suena, ya podemos intentarlo. Pero el acabado final vendría posteriormente con el afinado. Materiales utilizados: Tubo de plástico o metal (de 50 cm de longitud y 2 cm de ancho), punzón, sierra, taladro eléctrico, brocas (de 5, 7'5 Y 10 mm., lija fina, tapón de corcho de 2'5 cm de ancho, cuchillo ...
Colocación del pito
El pito (que en sí es una flauta travesera rústica) se sostiene apoyándolo en la barbilla o el labio inferior y con los dedos meñique y pulgar de ambas manos (que son los dedos sobrantes, que no se utilizan para tocar. La forma de colocar estos cuatro dedos que sujetan el pito es en forma de cuernos o medía luna. Es importante que se coloquen de tal manera que los seis dedos restantes tapen los agujeros con la yema de los dedos, para obtener mayor movilidad y soltura.
El contenido de este artículo ha sido extraído del libro 'Tejeguate: 20 años al son del tambor', publicado en agosto de 1997.