(Viene de aquí)
¿dó está tu escudo – dó está tu lanza?
todo lo acaba – la mala andanza.
Estos versos pentasilábicos tienen mucha importancia y uso dentro del folklore musical de Canarias ya que aparecen con frecuencia en diversos géneros musicales, entre los que podemos recordar el Santo Domingo, importante y antigua reliquia musical, que algunos asemejan como “esqueleto” de otro ritmo también arcaizante como el tajaraste.
Las cuartetas de cinco sílabas dicen así:
de la Calzada
llévame a misa
de madrugada
Este canto se conserva básicamente en la isla de Tenerife ya que, aunque perdura en El Hierro con el mismo nombre de Santo Domingo, allí solo se conserva como baile, mientras que en La Palma tiene una modalidad romancesca, a modo de cantiga.
Además, también aparecen los versos pentasílabos, en el Tango tinerfeño:
Ulpa la jalpa Paloma mía Ulpa la jalpa Que viene el día | Y tú que sabes Lo que es amor Dime que es esto Que siento yo |
O en versos del Baile del Vivo:
Flor de las flores
Que yo me muero
Por tus amores
En ciertos Tajarastes, siempre que estén relacionados con el Santo Domingo, también aparecen versos de cinco sílabas:
vino de fuera
porque lo trajo
la majorera
Y desde luego encontramos la misma métrica pentasilábica en versos de seguidillas, tanganillos y saltonas, villancicos, estribillos de folías o de isas y en ciertos responderes de romances:
Seguidillas me pides “de cualas quieres” si de las encarnadas “o de las verdes”. | Al tanganillo madre “que al tanganillo” "que una pulga saltando “rompió un lebrillo”. |
Dice Marichal Que las niñas guapas Son las del Toscal Las de Los Llanos Son para bailar. | Dicen que no la quieres "ni vas a verla” pero la veredita "no cría yerba. |
Este niño chiquito
“no tiene cuna”
su padre es carpintero
“que le haga una”
El verso de seis sílabas, el hexasilábico, es también frecuentemente utilizado en las formas poéticas de Canarias, a veces solo o mezclado con versos de cinco sílabas como ocurre en los sorondongos de Lanzarote o en el sirinoque de La Palma, en distintos romances, en los géneros arribados en la anterior centuria procedentes de Centroeuropa, como las polkas y berlinas, en los ranchos de pascua de las islas orientales, en ciertas variantes del tajaraste, como en el baile corrido de Icod, y en general en las coplas que mayor antigüedad presentan, las más arcaicas y de procedencia más oculta y alejada:
El sorondongo Mondongo del fraile Que salga la niña Que entre y lo baile | Este sirinoque lo bailo yo aquí mañana a la noche te acuerdas de mí |
La pulga y el piojo Se quieren casar Y no hacen la boda Por falta de pan | |
Camina María si puedes andar por camino real “pa” no tropezar | María contesta a su amado esposo "Estando a tu lado me llena de gozo” |
El tango jerreño Que güeno que va Que si va cambado Se enderechará | El tango guanchero no lo sabía yo sino un chaibero que me lo enseñó |
No obstante, hasta en estribillos de isas encontramos esta forma métrica, lo que ratifica lo acomodaticias que son para ser cantadas:
Dice que te vas para la Gomera dice que te vas pero no me llevas | Seña mariquilla la pantorrilluda se mea en la cama y dice que suda |
Como ejemplo de las estrofas de cinco versos, entre las que conocemos el quinteto, de arte mayor y con rima consonante, la quintilla, de arte menor, con rima consonante y la lira, con los versos 1º, 3º y 4º heptasílabos y endecasílabos el 2º y 5º, no tienen demasiada utilización en la copla popular aunque existen algunas malagueñas que utilizan la fórmula de quintillas con las condiciones de que no pueden rimar más de dos versos seguidos, que no quede ninguno libre y que los dos últimos no formen un pareado:
Detente y oye mi voz
Dile a la mujer querida
Que no me olvide, por Dios
Que en su amor está mi vida
Mucho más rara es la utilización de las estrofas de seis versos, la sextilla, con versos octosílabos consonantes de rima alterna o de forma libre a elección del poeta, dándose también en las coplas de malagueñas donde se repiten, al cantar, los versos primero y último para aumentar la cuarteta original:
En la tumba de una madre
Nunca se seca una flor
Porque la riegan sus hijos
Con lágrimas de dolor
Con lágrimas de dolor
Para referirnos a los versos de siete sílabas, los heptasilábicos, tenemos que referirnos, sin dudarlo, a las estrofas de seguidillas, que utilizan, combinadamente, las siete sílabas con los penta o hexasílabos. De igual forma métrica están conformadas las variantes de saltonas o tanganillos de la isla de Tenerife:
“Tiene mi morena un pelo” Vaya que pelo “Que parecen virutas” De carpintero. | “Que eso es mentira madre” que eso es mentira “que una pulga saltando” no lo rompía |
Como decía con anterioridad, los octosílabos son la forma métrica más común e importante que existe dentro de la copla canaria, encontrándonos multitud de estrofas de los géneros más usuales como las isas, folías, malagueñas, estribillos, romances, arrorrós, cantos de trabajo, aires de Lima, polcas, berlinas, relaciones, divinos, y otras canciones y tonadas del folklore musical canario y del que, dada su presencia y cantidad, no daré ejemplos, casi siempre en cuartetas.
Lo que sí es raro es encontrar estrofas de ocho versos, las octavas reales, con endecasílabos consonantes, o las octavillas, con octosílabos consonantes, dentro del mundo folklórico y de las coplas populares.
No así, en cambio, aparecen los versos eneasílabos, o de nueve sílabas, que solo tiene su presencia en el Tajaraste de Tenerife:
tajará jará tajará
Vírese p’acá, cha Mariya
Vírese pa cá, cho José
Que el fisquito pan que tenía
Se me lo comió un perenquén
Y además, como recuerda Elfidio Alonso, algún estribillo raro también presenta el pie eneasílabo, como el que recoge la estrofa que dice:
Abájese usted del majano
Que si yo le doy con la mano
Lo abajo del majano al suelo
Casi finalizando haré referencia a los versos de diez, once y doce sílabas, diciendo que es escasa su presencia en las coplas folklóricas canarias pero que aparecen en algunos estribillos de isas, como también recoge Alonso, dándonos como ejemplo la tan repetida y famosa cuarteta que canta en versos dodecasílabos:
Quieres que te ponga la mantilla azul
Quieres que te ponga la recolorada
Quieres que te ponga la que sabes tú.
Y también otra más:
Todas rellenadas sin poder andar
Llegan a sus casas se quitan los trapos
Y todas parecen cañas de pescar.
Por último, la copla que tiene estrofas de diez versos o décima, también llamada espinela, que tanta presencia tiene en relación con la emigración cubana, guajira, es fórmula poética utilizada muchas veces de manera improvisada por los “versiadores”, construida con octosílabos consonantes de forma a-b-b-a-a-c-c-d-d-c como el siguiente ejemplo, de gran carga machista pero popular al fin y al cabo:
El hombre se parte el pecho
Pues también tiene derecho
La mujer a enamorar.
El hombre debe esperar
Que la mujer lo enamore
Que le suplique y le implore
Y si logra hacerlo así
No debe de darle el fin
Hasta que sufra y que llore.
En definitiva, hemos repasado, sin detalle apenas, algunas consideraciones sobre los cantos populares de Canarias, sobre sus coplas, sobre la elaboración de sus versos, métrica, medidas, ritmo y formas, con la idea de poner más a mano una serie de conceptos básicos que nos hagan entender mejor esta parte de la cultura musical de nuestras islas.