Aun con estas referencias, conocemos simulacros de batallas entre moros y cristianos en 1150 (durante los esponsales de Ramón Berenguer IV de Barcelona y Petronila de Aragón). En la gran mayoría de los lugares donde se documentan fiestas de moros y cristianos, especialmente en el Levante español, el paso de los siglos las hizo evolucionar, convirtiéndose en protagonista el santo patrón o santa de la localidad y no faltando en ellas elementos comunes, como el secuestro de la imagen, la conversión de los moros al cristianismo o la rememoración de pasajes históricos de la Reconquista.
Por su importancia socio-cultural y económica, el hecho histórico se convirtió en Fiesta Nacional por disposición oficial obligatoria de las autoridades civiles y eclesiásticas. No cabe duda de que, dadas sus características teatrales, la representación de moros y cristianos de Barlovento mantiene el verdadero origen y principio fundamental de esta fiesta, hoy universal, que se hallaba expandida por el mundo católico. Barlovento ha permanecido fiel a la representación de la batalla originaria, si bien alterando ciertas cuestiones de la más estricta historicidad. La Batalla de Lepanto fue un combate estrictamente naval; en Barlovento, sin embargo, la contienda se desarrolla sobre tierra, sobre naves y concluye con el asalto al castillo moro. En el Lepanto real murió Alí Bajá; en Barlovento, en cambio, el musulmán es tomado prisionero. El pueblo barloventero adaptó, pues, con sobresaliente imaginación, su geografía y espacio escénicos para dotar a la fiesta de una mayor espectacularidad.
Era el 7 de octubre de 1571. La victoria de la Santa Liga en Lepanto significó el golpe de muerte para el imperio otomano. Venecia dedicó una capilla de la iglesia de San Juan y San Pablo a perpetuar la memoria del triunfo; el cincel de Vittoria y el pincel de Tintoretto recordaron esta batalla naval y el Senado decretó que el 7 de octubre se solemnizara cada año como fiesta religiosa y política. En Roma, el papa Pío V instituyó la fiesta del Rosario en este día, agregando a la letanía del rosario el lema mariano Auxilio Chistianorum (‘auxilio de los cristianos’).
Uno de los principales valedores de la Batalla de Lepanto fue el mismo rey Felipe II; recordemos que su hermano Juan de Austria se encontraba al mando de la flota cristiana. En 1586, unos 15 años después de la lucha, la ciudad de Valencia agasajaba al monarca con la representación de la batalla sirviéndose de “gran multitud de Galeres, així de Moros com de Christians”. Las rememoraciones pasaban de los palacios y castillos a las calles y plazas, convirtiéndose en protagonista el pueblo.
Algunos autores han querido ver una relación directa entre la implantación de la fiesta de la Batalla de Lepanto en Barlovento y el hecho de que el capitán palmero Francisco Díaz Pimienta (†1610), piloto de la armada de don Juan de Austria en la Batalla de Lepanto, ejerciera posteriormente como maestre de campo de la compañía de milicias populares de este lugar. A esta interpretación se suma otra no menos importante: la patrona de Barlovento es la Virgen del Rosario, advocación mariana directamente relacionada con Lepanto, como ya hemos visto.
En Canarias, la advocación a la Virgen del Rosario está muy extendida. La fiesta de La Naval (7 de octubre) se distribuyó por todo el Archipiélago. Las dos únicas fiestas de estas características que se mantienen en las Islas están basadas en la conmemoración de la Batalla de Lepanto: Valle de Guerra en La Laguna (Tenerife), cuyos datos más antiguos se remontan a 1803; y Barlovento. No obstante, existe constancia documental de la celebración de la Batalla de Lepanto en Lanzarote. Así, en su Historia del Puerto de Arrecife, el tinerfeño Álvarez Rixo recoge estos festejos dedicados a la Virgen del Rosario a principios del siglo XIX, diciendo: Esta imagen ha dado aquí ocasión a recordarse anualmente la celebridad nacional de la batalla naval de Lepanto; y como el Puerto de Arrecife es tan apacible y a manera de lago (...) se figuran sobre sus aguas combates de galeras turcas y cristianas, contribuyendo a conservar en la memoria una de las mayores glorias de la España.
No se sabe con certeza desde qué año se viene representado la Batalla de Lepanto en Barlovento. La primera referencia que conocemos se encuentra en el libro segundo de la cofradía de Nuestra Señora del Rosario. En las cuentas de los años 1802 a 1810, presentadas al presbítero Antonio del Castillo y Gómez en su visita de 7 de septiembre de 1830, consta el pago de ciento ochenta rs. gastos en polvora para la funcion de Nabal y, en las correspondientes al periodo 1811-1829, cuatrocientos seis rs. veinte y seis mrs. gastados en polvora para las funcions. de Naval, así como tres rs. treinta y seis mrs. gastados en componer las camaretas, probablemente también para la fiesta de la Virgen de octubre. Asimismo, en el Archivo Municipal de Los Llanos de Aridane (Fondo Lorenzo Mendoza), se recogen los gastos de los festejos desembolsados por la cofradía de Nuestra Señora del Rosario entre los años 1826 y 1830 en concepto de retribución al párroco por las funciones de esta cofradía e incluso el sermón del día de Naval.
Esto demuestra que, además de las habituales celebraciones religiosas (misas, novenarios y procesiones), existieron otros regocijos populares de Naval entre los que bien pudiera encontrarse la representación de la Batalla de Lepanto. No obstante, hay que tener en cuenta que la fundación de la Ermita de Nuestra Señora del Rosario data de mediados del siglo XVI y que los festejos patronales debieron ser muy anteriores al Ochocientos.
Un año más, el municipio de Barlovento está preparado para la representación de la tradicional Batalla de Lepanto. Pasaron los siglos y, hoy en día, los convecinos barloventeros han sabido unir indisolublemente las dos culturas, antaño enfrentadas, que dieron origen a estos festejos. No habrá ni vencedores ni vencidos. La Virgen del Rosario los acoge por igual.
* Texto y fotos de María Victoria Hernández Pérez, Cronista Oficial de Los Llanos de Aridane y presidenta de la Junta de Cronistas Oficiales de Canarias.
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