Una de las aportaciones quizás más destacadas, según Rafael Gómez, es la de documentar y argumentar la presencia de trece molinos y no once como hasta hace poco se citaba en numerosas publicaciones. La presencia en la parte más alta de la empinada orografía del Valle de La Orotava provocó la construcción de dos molinos más, concretamente en el Camino de La Sierra y un segundo, junto a la ermita de Santa Catalina; ambos hoy desaparecidos junto a un tercero que existió en la Casa de la familia “Brier”.
La necesidad de aprovechar los nacientes de agua, abundantes manantiales que siglos anteriores a la conquista fueron calificados como el Gran Río de Taoro por su caudal, generó la necesidad de canalizar la misma para servir ésta a los ingenios azucareros y a los molinos de agua de la Villa; así como a los lavaderos y abrevaderos y la Tenería, topónimo que aún se conserva en la zona junto a la Casa Lercaro y que curtía hasta el siglo XIX las pieles.
Hay que destacar las sucesivas transformaciones que estas construcciones van soportando a lo largo del devenir de los siglos. Los cubos de madera, ante la pérdida constante de agua, requieren una nueva estructura en el siglo XVIII; esta vez de argamasa, algo más costosa económicamente debido a que el Valle carece de cal para su construcción.
Los molinos de agua de La Orotava, estuvieron en activo hasta 1961 fecha en que se eliminó su conducción tradicional en atarjeas de madera y dejan de tener como fuerza motriz al agua obligando a los molineros de esta década a transformar totalmente sus instalaciones, unos y desaparecer otros.
Gracias, al esfuerzo realizado en la Villa a principios de los años setenta, sobre gracias a la iniciativa de don José Méndez Ponte, se logra que el casco de La Orotava.
En definitiva, en este libro comenta el profesor, se aborda la evolución social, cultural y urbana de un elemento central en la alimentación de los canarios como fue el del gofio con sus molinos que en el caso de la villa emplearon el agua como energía. Manuel Hernández González ha dado a la luz más de cincuenta libros y múltiples ediciones tanto de temas americanos como de la cultura canaria. En esta misma colección se publicó La artesanía Canaria en América.
Un nuevo reto, una nuevo objetivo de la Asociación Cultural Pinolere, que se traduce con esta nueva aportación editorial que nos va a permitir conocer parte de los avatares históricos de esta joya de la arquitectura hidráulica en Canarias, los Molinos de agua de la Villa de La Orotava.