Revista nº 1037
ISSN 1885-6039

La copla popular (I)

Miércoles, 09 de Julio de 2008
Carlos García
Publicado en el número 217

El canto es para el ser humano algo primordial, consustancial en sí mismo, algo necesario. El hombre siempre ha cantado, ha expresado sus sentimientos con el canto, ha manifestado sus historias, su forma de pensar, sus inquietudes y anhelos; se ha comunicado cantando.


Incluso el cantar ha sido un oficio, una labor que sirve, con la lengua y los idiomas, como vehículo de comunicación entre los hombres, caso de los trovadores y juglares que, con sus versos, comunicaban noticias y expandían la cultura de pueblo en pueblo.

Las canciones, palabra que deriva de la raíz latina cantionis, son composiciones en forma de versos que se entonan y se cantan, hechas a propósito para que se les puedan poner música, siendo estas composiciones, ideadas por los trovadores, los que se denominaron versos, del latín versus y que, al formar una cuarteta de romance, al unirse o enlazarse, forman lo que conocemos como copla, también del latín cópula, que significa enlace o unión, siendo una composición poética, una estrofa con una combinación métrica que sirve para expresar una variedad de pensamientos variados sirviendo de letra para las canciones populares. Son versos simples y breves, que, con lo que se desea expresar, deben llegar a todos con su mensaje, reflejando una gran diversidad de temas, siendo el vehículo con que el pueblo expresa sus sentimientos, sus anhelos, ambiciones, pensamientos y deseos.

Las coplas populares podemos englobarlas dentro de los géneros poéticos líricos, siempre en verso que, según el tipo de rima y el número de estrofas se identifican con diferentes nombres y que son de condición sencilla, espontáneas, a veces improvisadas, muchas de carácter anónimo y que, al adaptarse y adoptarse por el propio pueblo como vehículo de comunicación y de relación, llega incluso a folklorizarse, siendo entonces algo colectivo, de todos, entremezclándose desde ese momento los términos popular, tradicional o folklórico para definirlas. Pueden referirse a temas amorosos, religiosos, costumbristas y tradicionales, de tristeza y alegrías, celos, desamores, despedidas y ausencias, jocosos o irónicos, a temas históricos o ser filosóficas, moralistas y trascendentales, políticas, reflexivas o cantar la geografía del entorno natural, de los pueblos, del paisaje, de sus hombres y mujeres, de sus relaciones humanas, de la flora y la fauna y de tantas y tantas cosas más.

Y la copla es popular porque nace del pueblo, anda de boca en boca entre sus gentes y tiene como peculiaridad la de adaptarse a sus aires musicales; son sus cantos populares.

Canarias, por su situación geográfica y por su historia, es un enclave receptor de influencias culturales foráneas y distintas, por lo que su folklore, su ilustración musical, está considerada como amplia, muy rica y diversa.

La influencia hispánica en el cancionero de Canarias, en sus coplas populares, es algo indiscutible, sin obviar nunca algunas raíces autóctonas, que ha tenido un proceso evolutivo a través de los siglos recibiendo influencias de distintas procedencias, según los contactos foráneos que se han establecido a lo largo de su historia.

Esta influencia, en ocasiones, ha llegado a través de la burguesía, que utilizaba la música y las canciones para servirse de ella como distracción, en sus bailes de palacios y salones, en conciertos y teatros, siempre en contacto con las capas inferiores de la sociedad, en un intercambio dinámico que conforman, con el tiempo, las maneras culturales que ahora conocemos, las costumbres y perfiles peculiares de nuestra música popular. Así el pueblo conoce, practica y divulga músicas, bailes y modos de cantar que tuvieron al principio un origen aristocrático, introduciendo instrumentos que luego se popularizan como el violín, el arpa, vihuelas y guitarras que pasan a ser de dominio amplio.

Con la llegada de colonizadores a nuestras islas aparecen gentes que arriban con los cantos de sus tierras de procedencia, introduciendo romances, versos y rimas que les recordaban sus fiestas, sus canciones de cuna, sus añoranzas y recuerdos, su religión. Aquí evoluciona y cambia acomodándose a una nueva situación en cuanto a la tierra, a la economía, a las relaciones sociales, con lo que la copla y la música también varía y se transforma, en ocasiones entre la clase dominante que, en contacto con la cultura europea copia en la distancia sus costumbres, pero además entre la población rural, campesinos, artesanos o soldados. Tenemos que suponer que esta influencia se produce, fundamentalmente, con la llegada colonizadora del siglo XV en la que llegan a las islas gentes que transportan, desde el continente europeo, formas musicales, estrofas, cantos y bailes que conformarán, con el transcurso del tiempo, nuestro peculiar modo musical canario. Son coplas que respondían a las circunstancias de donde procedían, españolas y mediterráneas, pero que aquí sufren una transformación adecuándose a nuestras peculiaridades específicas que no coinciden con los lugares de donde vienen.

Y la copla es, casi siempre, anónima, sin saber donde nace, quién la compone, de cuando data. De conformación simple, sin grandes pretensiones eruditas pero con gran sentido expresivo, de difusión oral, de divulgación a viva voz, aunque sin obviar la forma escrita, que se conservan en la memoria de las personas que la cantan en la calle, en las casas, siendo gentes no cultas, campesinos, a veces hasta analfabetos, que en su lenguaje popular y cotidiano, transmiten, generación tras generación, esta poesía popular de las que casi nadie conoce su origen y que sirve como una forma de conservarlas y mantenerlas vigentes, por lo que deben ser fáciles de recordar, situación a lo que ayuda mucho la rima como elemento mnemotécnico.

Pero la copla tiene que ser aceptada e integrada por y para el pueblo para evitar que desaparezca y se olvide, periodo de tiempo en que el que puede ser transformada y modificada por las mismas personas que la cantan y transmiten, lo que demuestra que está viva y disfruta de vigencia, lo que conducirá a numerosas versiones de la misma copla original, y que, a pesar de representar en ocasiones las viejas tradiciones populares o de ser la expresión de una cultura anterior, con los cambios que puede experimentar a lo largo de su transmisión, son capaces de llegar a modernizarse y expresar los sentimiento actuales

Al final esta mezcla conformó los viejos estribillos populares venidos del continente que fueron cantados en estilo personal, fundamentalmente en forma de cuartetas octosílabas, variando los textos y dándole peculiaridades específicas del archipiélago surgiendo, a medida que la vida transcurría, nuevos géneros musicales, nuevas formas folklóricas de cantar en la que ya aparecen elementos genuinos de Canarias y que hoy conocemos e identificamos perfectamente.

Diversidad de las coplas canarias
De las matrices métricas que existen actualmente en el folklore canario están los pareados, las coplas, redondillas, las endechas, las décimas, las seguidillas, los romances y algunas otras. De entre todas estas formas poéticas, en Canarias, para elaborar una copla, se utiliza, fundamentalmente, la cuarteta, estrofa de cuatro versos octosílabos, o de arte menor, que constan de ocho sílabas métricas o menos, con rima asonante, si la repetición es solo de vocales, o consonante si es de vocales y consonantes, siendo la mayoría de ellas asonantes en los versos pares y libres los impares o también en la forma a-b-a-b. Es el tipo de verso más usual en todo el archipiélago, acomodándose y adaptándose a muchos de los aires populares que tenemos en nuestro folklore musical desde las isas, malagueñas y folías, pasando por el arrorró, los cantos de trabajo (arada, moliendo, tejiendo...), aires de lima, baile del tambor, relaciones, romances, estribillos; la estrofa conocida con el nombre de copla consta de cuatro versos octosílabos con rima asonante en los pares, x-a-x-a; la redondilla, de igual conformación métrica pero con rima a-b-b-a.

Entre las estrofas de cuatro versos de arte mayor está el cuarteto, con rima ABBA, y el serventesio cuya rima habitual es ABAB. Los versos de arte mayor son los que constan de más de ocho sílabas, tales como eneasílabos, deca, endeca, dodeca, trideca, tetradeca, pentadeca y hexadecasílabos, siendo los de diez sílabas, el endecasílabo, el más utilizado entre los versos de arte mayor, de origen italiano e introducido en el siglo XVI por Garcilaso de la Vega.

Dentro de nuestro folklore se utilizan diversas variedades y modelos de métrica que puede ser un pareado, estrofa de dos versos que riman entre sí en asonante o consonante, y que sirven a modo de estribillo o responder en los romances, por lo que también se conoce como pie de romance, que aquí se cantan, especialmente en la isla de La Palma como estudia Pérez Vidal, quién dice ser muy raro encontrar romances sin estribillo...

¡Que linda mañana, dama
Dama, que linda mañana!
 No me quiten el reposo
 que estoy pescando cabozos

 
Sobre el risco la retama
florece, pero no grana
El merlo chico en el breso 
canta con el culo tieso

...siendo una de las pervivencias arcaicas en la poesía popular canaria que nuestra propia identidad y costumbres han mantenido y que la define como modo peculiar de expresión de las hablas campesinas.

Otro tipo de estrofas, menos comunes entre las usadas por el folklore, son los tercetos, utilizadas en refranes o adivinanzas, casi todas de arte menor y con rima variable, que de forma misteriosa intenta cautivar con su texto literario al que la escucha con el afán de que resuelva el enigma planteado...

Sobre el ingenio, ventanas
Sobre ventanas, faroles
Sobre faroles, montaña.
La cabeza
Un platito de avellanas
que de día se recogen
y de noche se derraman.
  Las estrellas


 
Quien me hace no me quiere
Quien me compra no me usa
Quien me usa no me siente.
El ataúd
¿Qué cosa será
que, mientras más seca
más mojada está?
La toalla

Existe una modalidad de estrofa de tres versos, por lo común decasílabos, que son las conocidas endechas canarias, así llamadas por su tono melancólico, lastimero o de duelo, con rima en asonante, si se trata de tres versos, o con la rima discontinua si la estrofa es más larga. Es el conocido trístrofo monorrimo decasilábico, llamado por Torriani tercetos españoles, al que algunos autores dan una incuestionable procedencia aborigen canaria y del que opinan, surgen y derivan otros modos peculiares del folklore musical isleño.

Llorad las damas si Dios os vala
Guillén Peraza quedó en la Palma
La flor marchita de la su cara.
 Si los delfines mueren de amores
triste de mí, ¿ qué harán los hombres  
que tienen tiernos los corazones?.

El mismo tipo de estrofa se utiliza para algún estribillo frecuentemente utilizado en algunos cantos, como recuerda Alvarez Delgado...

Y si no se le quitan bailando
los dolores a la tabernera
déjala que se aburra y se muera.

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Comentarios
Domingo, 20 de Julio de 2008 a las 19:02 pm - Redacción BienMeSabe

#09 Pues sí, gomero, qué pena que por tus malas formas no podamos disfrutar de tus planteamientos, que aportan aspectos interesantes sin duda. Tú mismo.

Atentamente.

Sábado, 19 de Julio de 2008 a las 23:23 pm - Javier González

#08 Qué atrevida es la ignorancia...

Sábado, 19 de Julio de 2008 a las 22:31 pm - gomero

#07 !!Que ustedes lo cocinen y que ustedes se lo coman!!

Sábado, 19 de Julio de 2008 a las 15:46 pm - Redacción BienMeSabe

#06 Cuidado con los términos que usan en sus intervenciones. No vamos a permitir que se descalifique a nadie por pensar de una determinada manera. Por eso hemos borrado lo que hemos borrado.

Atentamente.

Viernes, 18 de Julio de 2008 a las 22:23 pm - Javier González

#05 Errata:

Donde en mi comentario anterior dice \"común a toda la música popular canaria\" quería decir \"común a toda la música popular española\"

Viernes, 18 de Julio de 2008 a las 22:22 pm - Javier González

#04 En realidad, muchas de las cosas del texto ya son conocimientos habituales de los etnólogos de verdad. Por otra parte, las consideraciones sobre la rima y demás es común a toda la música popular canaria, los ejemplos de endecha que ha puesto el autor están en fuentes peninsulares (para nada canarias) del siglo XVI, y la forma endecha también existe en la península... lo que es canario son las endechas con texto aborigen. Por otra parte, no hay una convivencia de las clases altas y bajas tan fácil que derive formas cultas en formas poulares tan infantilmente. En realidad, las formas populares son derivaciones de las cultas cuando las cultas ya no están de moda en las clases altas. Es decir, alguien de clase alta se arruina, años después sigue practicando lo que hacía cuando era rico, y lo difunde entre los pobres cuando ya está pasado de moda... y la introducción del violín en la música popular y tal... está cogido con pinzas... quizá en ese caso lo cierto es que los instrumentos cultos derivan más bien de los populares... estoy impaciente por ver la segunda parte.... a pesar de lo dicho me gusta lo que dice aquí

Viernes, 18 de Julio de 2008 a las 22:14 pm - Enfadado

#03 Desde luego, hay gente que no sabe cómo llamar la atención donde no viene a cuento, y que no sabe cómo demostrar que sobra... ¿a qué viene la tontería última?

Lunes, 14 de Julio de 2008 a las 21:22 pm - gomeroe

#02 Amawal Esekenamazigh · Diccionario ínsuloamazighe

Actualización · Yemuššed : 11.VI.2008, 7:40 h.

UN CANTO FECUNDO

La cultura amazighe no concibe un bien terrenal superior a la abundancia. Cuidar y potenciar cada uno de los factores implicados en la fertilidad constituye una necesidad básica, atendida con recursos y operaciones tanto laborales como simbólicas y mágicas. La tarea resulta compleja, pues su noción de la vida ocupa todo lo que existe en el mundo material y espiritual, ingredientes que interactúan con emoción y voluntad propias en un tiempo cronológico cualitativo, es decir, caracterizado por diversos estados favorables y nefastos a lo largo del día, los meses y las estaciones. Observar las diversas calidades que cruzan sus influencias e intervenir para impulsar los efectos benéficos y contrarrestar los nocivos, sean cuales fueren las fuentes y los ámbitos en los que se expresen, domina la gestión cotidiana de la subsistencia, bien física o bien moral, de la persona y las comunidades. Un registro cultural donde la mujer, referencia inexcusable de la reproducción, desempeña un papel cardinal.

Las actividades agrícolas suministran un buen escenario para apreciar esa concepción. Conforme a una antigua tradición campesina, muy extendida también por el conjunto del Mediterráneo, un poder sobrenatural e intangible infunde fecundidad al grano que se deposita en la tierra durante la siembra:

La moisson est associée au premier moment de la mort, lorsque l’âme végétative quitte le corps. Ainsi s’expliquent les rites funéraires qui l’entourent et les chants tristes des laboureurs. Le labour et les semailles correspondent à l’union sexuelle de l’homme et de la femme, alors qu’ils demandent aux génies gardiens du foyer et aux ancêtres qu’une âme subtile vienne donner la grâce de la fécondité. Aussi, le labour est empreint de rites destinés à appeler la bénédiction de l’Invisible [Servier 1962: 25][1].

Algo de esas costumbres propiciatorias ha perdurado en Canarias hasta la actualidad, aunque sea ya de forma agonizante. La prueba más importante la recogió en 1998 el periodista Fernando Hernández González. En Arico, entrevistó a una señora que contaba por entonces 95 años de edad, doña María Armas, que le transmitió lo que ella denominaba una «endechita para plantar», es decir, uno de esos cantos tristes de campesinos a los que hacía referencia el antropólogo argelino Jean Servier. La trascendencia de la pieza estriba en que Cha María la recitaba en el habla ínsuloamazighe de Tenerife y recordaba todavía una traducción muy aproximada, datos que nuestro amigo anotó de viva voz con bastante esmero.

He aquí el pequeño poema y el correspondiente análisis lingüístico de esta joya, indicativa de esa atávica vibración nativa sobre la que se ha modulado la tradición oral isleña.

1. Fuente

§ «Endechita para plantar: Guaxate hequei adei acharan afaro yafana haxaran. Traducción: ‘Señor, cuida el grano bajo tierra para que crezca’» [María Armas, 95 años (Arico, Tenerife) > Fernando Hernández (1998)].

2. Análisis

§ Guaxate hequei adei acharan afaro yafana haxaran.

— Wassksad́, h́ăkku əy addăy ačaran, afaro y afanan; ha əkkəs aran.

= ‘Señor, confiere plenitud a lo que está debajo, el grano para la germinación; aparta, pues, la enfermedad’.

*wa-ssəksad́, n. vb. caus. m. sing. de [K·S·D́́] ‘el que inspira temor o respeto’, p. ext. ‘Dios’.

*h́ăkku, 2ª pers. com. sing. imp. intens. de [K·F] ‘dar, conceder, proveer’.

*i/y, prep. de [Y] ‘a, para’.

*hadday > addăy, adv. de [(H)·D·Y] ‘lo que está por debajo del resto, parte inferior, abajo’.

*a-d́kar-an > at́šaran > ačaran, adj. m. sing. de [Č·R] ‘lleno, repleto, pleno’, ‘grueso’.

*a-faraw > afaro, n. prim. m. sing. de [F·R] ‘grano (vegetal)’.

*i/y, prep. de [Y] ‘a, para’.

*a-fanan, n. vb. m. sing. de [F·N·N] ‘germinación’.

*ha, part. de insistencia de [H] ‘pues, así pues, por consiguiente, luego’.

*əkkəs, 2ª pers. com. sing. imp. de [K·S] ‘quitar, retirar’, ‘sacar’.

*aran, n. vb. m. sing. de [R·N] ‘enfermedad’, ‘hecho de estar enfermo’.

El poema exhibe una oración vocativa compleja, que reúne dos proposiciones yuxtapuestas (1 y 2), la primera de ellas connotada por una aposición explicativa (1’), y donde la segunda toma un valor consecutivo:

[Vocativo]: Wassksad́ | (1) h́ăkku əy addăy ačaran | (1’) afaro y afanan || (2) ha əkkəs aran.

La composición muestra rasgos de neta adscripción tuareg, con algún matiz susí y, en especial, del tercio más septentrional de Argelia, una combinación bastante representativa del habla ínsuloamazighe de Tenerife.

3. Vocabulario comparativo

Č

&#268;·R < D&#769;·K·R

Llenar, colmar, rellenar, estar lleno, repleto.

(Taš) ktur; (Mc) tkur, tkwur; (Ghad) &#601;t&#769;kur; (H, Gh) &#601;t&#769;k&#601;r; (WE) &#601;t&#769;k&#601;r, &#601;d&#769;k&#601;r; (Y) &#601;dk&#601;r, &#601;tk&#601;r; (Senh) &#601;dkar; (Izn) e&#269;&#269;ar; (R) e&#269;&#269;ar, eššar, šar; (Kb) &#269;&#269;a&#341;, a&#269;&#269;a&#341;, aša&#341;; (Šaw) &#269;&#269;a&#341;, &#269;a&#341;; (Šn, Sns) e&#269;&#269;a&#341;; (Mb) šar; (Teg) &#601;ššar; (Sw) &#269;&#269;ur || vb. ac.

Lleno, repleto, relleno, colmado, abundante. 2Grueso, regordete.

(Kb) a&#269;a&#341;an, a&#269;u&#341;an, pl. i&#269;a&#341;nen || adj. m.

D

D·W < H·D·W

Bajo, abajo, debajo de.

(Mc) *haddaw > (a)ddaw > adda > alda; (Mb) adday; (Sw) addai; (Taš) ddu; (H, WE, Y) daw, dag; (Sns) swaddi; (Izn) swadda; (R) swaddai, saadu, adu || adv. Cf. [D·Y].

D·Y

Lo que está por debajo del resto, parte inferior, abajo. 2Lo que es peor (persona, animal cosa) (WE, Y).

(WE, Y) adday, pl. adday&#259;n; (Teg, Mb) adday (wa), sing.; (Mb) adday; (Sw) addai; (Snus) swaddi || adv. Cf. [D·W].

F

F·N

Brotar, echar brotes.

(Ntf) fnen, aor; tfnan, intens. || vb. ac.

F·R

Tamizar, pasar por el tamiz. 2Separar el grano de las impurezas, de los granos extraños o de la arena.

(Mb) ff&#601;&#341;f&#601;&#341; || vb. ac.

Hecho de tamizar, pasar por el tamiz. 2Hecho de separar el grano de las impurezas.

(Mb) af&#601;&#341;f&#601;&#341; || n. vb. m.

Alcuzcuz de sorgo. 2Sopa de maíz.

(R) aferfur || s. m.

Pan de harina de yuyuba.

(Y) uf&#769;&#601;r, pl. of&#769;ran; (WE) uf&#769;f&#769;&#601;r, pl. of&#769;&#769;ran || s. m.

H

H

Pues, así pues, por consiguiente, luego.

(Mb) ha, a || part. de insistencia antepuesta a una interrogación, negación, imperativo, etc.

K

K·F = F·K

Dar, otorgar, acordar. 2Procurar, proveer, dotar. 3Remitir, entregar. 4Prestar, ceder. 5Dar, gratificar, ofrecer, proponer.

(Izd, Taš) fk, aor.; yakka, intens.; (Ntf) &#601;fk, &#601;kf, aor.; akka, intens.; (Kb) &#601;fk; (Y) &#259;f&#769;f&#769;u, &#601;f&#769;f&#769;u; (Ghad) äkf; (WE) &#259;kfu, aor.; h&#769;akku, imp. intens.; (Izy, Taš) kf; (AM, AN, AH&#769;) šf; (AM, AN) eš; (Izy, AŠ, AM, Teg, Mb) uš, wš; (Sw) &#601;š, uš; (Mc) akka, (AŠ) ššiš, imperf. || vb. ac.

K·S

Quitar, retirar, apartar. 2Sacar. 3Emitir (sonido). 4Satisfacer, cumplir (WE, Y). 5Abandonar (esperanza).

(WE, Y, Teg, H, Kb, R, Senh, Mc) &#601;kk&#601;s; (Ntf) &#601;kk&#601;s, k&#601;s; (Zen) ukkw&#601;š, &#601;kkuš || vb. ac.

Afeitar.

(Taš) kkes || vb. ac. y r.

K·S·D&#769;

Tener miedo, temer. 2Respetar (WE, Y). 3No estar inmunizado contra (WE, Y).

(Zen, Ntf, Senh) &#601;ksud&#769;; (H, D) uksad&#769; < *&#363;ks&#257;d&#769;; (WE, Y) iksad&#769;, aor.; s&#601;ks&#601;d&#769;, caus. || vb. n.

Persona, animal o cosa que inspira temor, espantoso, horrible, atroz.

(WE) am&#601;sseks&#601;d&#769; (&#601;), (WE, Y) &#601;m&#601;sseks&#601;d&#769;, pl. im&#601;ss&#601;ksad&#769; || adj. vb. m.

R

R·N

Estar enfermo. 2Ser enfermizo (Kb). 3Tener una sensibilidad exacerbada (Kb). 4Ser o estar nervioso (Kb).

(WE, Y) ira&#324;; (H) iran; (D, N) irhan; (Kb) urnan || vb. n.

W

W

(Índice de masculino que aparece en combinación con los demos­trativos).

wa, we, pl. wi || pron. dem. m.

El, los.

(H, Mc, Kb, Taš, R, Sw) wa, pl. wi; (WE) wa, pl. win; (Y) wa, pl. win&#259;; (AŠ) wu, pl. yinu; (Mb, Teg) wu, aw, pl. wu-ni, ay, i; (Mb, Teg) aw, pl. ay, i || pron. dem. def. m.

Éste, éstos.

(R, Mc, Taš, Kb) wa, &#947;wa, wagi, wayi, pl. inin, wi, &#947;wi, wigi, wiyi || pron. dem. var. (proximidad).

Y

Y

A, para. 2Por (matemáticas). 3Contra (WE, Y, Ntf).

(WE, Y) y, (Y) iy, (WE, Mb) &#601;y, i; (Mc, Fg, Ntf, Senh, Kb, Teg, H, Sw) i; (R) iy, i || prep. (de comp. indir. con estado de anexión).

4. Referencias

Servier, Jean. 1962. Les portes de l\'année. Rites et Symboles. L’Algérie dans la tradition méditerranéenne. París: Robert Laffont. [Hay una edición completa: Tradition et civilisation berbères. Les por­tes de l\'année. Mónaco: Éditions du Rocher, 1985].

[1] El fragmento dice: «La cosecha está asociada al primer momento de la muerte, cuando el alma vegetativa deja el cuerpo. Así se explican los ritos funerarios que la rodean y los cantos tristes de los labriegos. La labranza y las sementeras corresponden a la unión sexual entre el hombre y la mujer, mientras que piden a los genios guardianes del hogar y a los antepasados que un alma sutil venga a dar la gracia de la fecundidad. También, la labranza está impregnada de ritos destinados a reclamar la bendición del Invisible».

Jueves, 10 de Julio de 2008 a las 14:07 pm - San Brandanes.

#01 Felicidades, Carlos. Me caben dudas, si en vez de Médico, eres Catedrático de Lengua. Ya estamos esperando con ansiedad el resto del artículo. No dejes de hacernos partícipes de tu sabiduría y experiencia, que no hay mejor receta para la incultura y el desconocimiento que la información. No te olvides de otros palos de nuestra Cultura que también has currado.

Reitero nuestro agradecimiento.

San Brandanes.