Al mismo tiempo, resulta sorprendente apreciar en la documentación existente en el Archivo del Cabildo de la Catedral de Canarias, único obispado que existía en el año de 1810, un memorial leído en ese año que recoge la petición de la Artillera de Zaragoza, doña María Manuela Luna y Sancho, solicitando una limosna para poder ir a Londres, a curarse de las heridas sufridas durante el sitio de la ciudad aragonesa.
En Cabildo ordinario, según consta en el libro de Actas número 64, el día 31 de agosto de 1810, la Manuela Sancho, personaje basado en hechos reales, del libro Zaragoza de don Benito, se dirigía a la institución eclesiástica solicitando se le socorra con algunas limosnas para poder sostenerse por no alcanzarle su corto sueldo hallándose enferma a resultas de las heridas que recibió en aquel sitio.
Del texto deducimos que la heroína estaba en Canarias, se acordó que el presente Secretario como Corresponsable del Hacedor de la Orotava le de una onza de oro, posiblemente en el Puerto de la Orotava (Puerto de La Cruz), de escala en su viaje a la capital británica, para poder transportarse a Londres a donde piensa ir por consejo de los Médico.
María Manuela Luna y Sancho, de unos veinticuatro años en junio de 1808, participó activamente durante el primer sitio de Zaragoza, realizando tareas de avituallamiento a las tropas que defendía la ciudad. Ante la feroz ofensiva del ejército francés, durante el segundo asedio de 1909, no dudó en tomar las armas, destacándose en la defensa del convento de San José. Herida en combate, fue dada por muerta al quedar bajo las pilas de cadáveres de los combatientes. Fue recompensada por el distintivo de la cinta escarlata y una pensión de dos reales, con la cual malvivía. Fallecida en el año de 1863, descansa junto a las otras dos heroínas, Agustina Zaragoza (de Aragón) y Casta Álvarez, en la Iglesia de Nuestra Señora del Portillo, en Zaragoza.
Con este pequeño artículo, en este año de 2008, Bicentenario de la invasión francesa, queremos hacerle un homenaje a los pueblos que han luchado y luchan, oponiéndose a las potencias que dijeron y dicen que traen la “libertad”.
Apéndice Documental.
A un memorial de María Manuela Luna y Sancho, nombrada por el Gobierno de España Artillera de Zaragoza con sueldo por lo que se distinguió en la defensa de aquella Ciudad cuando la invasión de los franceses, suplicando se le socorra con algunas limosnas para poder sostenerse por no alcanzarle su corto sueldo hallándose enferma a resultas de las heridas que recibió en aquel sitio, y para poder transportarse a Londres a donde piensa ir por consejo de los Médicos: se acordó que el presente Secretario como Corresponsable del Hacedor de la Orotava le de una onza de Oro por cuenta de Hacimientos que de parte de Cabildo.
En efecto, la escaramuza de los de San José había concluido, y por el momento no teníamos franceses a la vista. Un rato después sonó de nuevo la guitarra, y regresando las mujeres, comenzaron los dulces vaivenes de la jota, con Manuela Sancho y el gran Pirli en primera línea.
Zaragoza de Benito Pérez Galdós.
Felipe Enrique Martín Santiago es miembro del Centro de Interpretación e Investigación Etnográfico e Histórico del CEO Tunte (Gran Canaria, 35003812@gobiernodecanarias.org).