Mario Cabrera agradeció la donación realizada por los jóvenes cazadores, “porque demuestra un interés y una preocupación por nuestro patrimonio histórico que es digno de subrayar para que nos sirva a todos de ejemplo. Mas aún en el caso de los cazadores, que son un colectivo muy numeroso y conocen bien nuestro territorio, por lo que nos pueden prestar una ayuda muy importante tanto en relación con la conservación del medio ambiente como en relación con el patrimonio histórico”.
Un primer estudio realizado por Patrimonio Histórico del Cabildo de Fuerteventura apunta a que se trata de una cerámica prehispánica. La vasija fue localizada aislada y semienterrada en el margen de un barranco, y pese a que no está asociada a ningún poblado aborigen, presenta la misma tipología y decoración característica de la que realizaban los mahos. Este tipo de cerámica solía destinarse para conservar alimentos y en ocasiones se localizan en lugares aislados. Probablemente debido a que los mahos la utilizaban como reserva alimenticia para posibles desplazamientos.
La vasija donada es de mediano tamaño, con forma cónica y base apuntada. El borde es recto convergente, no tiene cuello y posee una altura de 38 cm por 88cm de diámetro. Presenta decoración en la parte superior formada por una banda con unas 10 acanaladuras que rodean todo el perímetro de la boca. De esta banda parten en sentido horizontal otras bandas de acanaladuras en forma de faldillas, que bordean de forma alterna el perímetro de la panza de la vasija. La superficie es de color rojizo, con algunas manchas negras producto de una cocción oxidante, presentando tres facturas de realización que son factibles de reconocer. La forma cónica de su base facilitaba la estabilidad del recipiente y su contenido semienterrándola. Los tres jóvenes cazadores (Jonathan José Gutiérrez, Jorge Ramos y Bernardo Jesús Rodríguez) localizaron la vasija semienterrada en el borde de un barranco, en una zona de difícil acceso, por lo que tuvieron que descolgarse para acceder a ella. Luego la transportaron con mucho cuidado durante todo el resto de la jornada, hasta poder hacer entrega al Cabildo de Fuerteventura. El material será ahora estudiado con más detenimiento, así como la zona en que fue localizado, para su catalogación e inclusión en la colección del Museo Arqueológico.