Tenerife se ha caracterizado por la utilización del secado al aire libre en lo que popularmente se conocen como pasiles, pequeñas obras a ras de suelo o en altura, que se creaban en sectores soleados y libres de vegetación en los cuales se utilizaba como pavimento jable, piedras o lajas y que servían para el echado de la fruta. Más tarde, y con la llegada de los hornos, se modernizó este proceso, reduciendo en gran medida el tiempo de secado y evitando los problemas acarreados por los repentinos cambios de tiempo, la incomodidad de recoger la fruta todas las noches, o los posibles expolios por parte de los animales o personas. El secado en hornos permite que el producto resultante posea un mayor periodo de caducidad aunque la intensidad del sabor del producto resultante sea mucho menor.
Este proceso tradicional utilizado hasta no hace muchos años, nos ha dejado como legado en el territorio un patrimonio etnográfico y arquitectónico de gran importancia y muy poco conocido por la gran mayoría de nuestra sociedad. En concreto, los espacios de medianía de Tenerife aparecen salpicados por numerosos elementos arquitectónicos, muchos de ellos en claro abandono, que están íntimamente relacionados en su morfología y materiales de construcción con el entorno que los rodea. Así pues, es relativamente sencillo encontrar en estas zonas diferentes tipos de hornos de muy distinto tipo: exentos o adosados a la cocina, con forma de campana, troncocónicos, semiesféricos, de cueva artificial y forrados de tosca, de escorias volcánicas, lajas, etc.
Y pasiles como los llamados matacanes con un lecho de material volcánico, picón o escorias de pequeño tamaño, pasiles de laja, construcciones de unas pequeñas tarimas levantadas en altura, en jable, en eras o azoteas, etc.
El Cabildo de Tenerife, a través del Servicio Técnico de Agricultura y Desarrollo Rural, desarrolla el Proyecto Cauce Sur, con el que se pretende contribuir a la valorización y promoción de este tipo de elementos patrimoniales asociados a los espacios de medianías del sur y a las actividades, usos y aprovechamientos vernáculos que históricamente se han venido desarrollando en la zona, y que contribuyen a configurar el paisaje de este territorio y la identidad de sus habitantes.
Este artículo ha sido previamente publicado en el número 114 del Boletín Informativo Desarrollo Rural, editado por el Cabildo de Tenerife. Todas las imágenes mostradas en este artículo han sido tomadas de la revista Rincones del Atlántico.