En cada pueblo, en cada generación o persona se dan aportaciones personales de estilo que hacen variar al folclore con el paso del tiempo, por lo que podemos decir que el folclore es anónimo y contemporáneo; anónimo porque el autor escribió algo y la gente lo hizo suyo; contemporáneo, porque evoluciona en cada generación y la gente lo asume como parte de su tradición.
1. Canciones.
Aunque me maten, vida, por amor de tí,
aunque me maten no lo he de sentir.
Artífices de estas canciones eran ciertas mujeres intrigantes, las cuales han legado a nuestro folklore actual ciertos cantos brujeriles que, lo mismo que han llegado hasta nuestros días, se recuerdan en Cuba como tono de brujas canarias:
De Canarias somos,
de Madrid venimos
no hace un cuarto de hora
que de allá salimos.
Racimo de uvas,
racimo de moras,
¿quién ha visto dama
bailando a estas horas?
• Las folías populares de Canarias constituyen una joya musical de inusitado interés. Son una fiel versión del antiquísimo complejo formado por melodía y bajo acompañante que desde fines del siglo XVI era conocido ya en toda Europa con el nombre de «Folias de España». Esta danza cortesana debió extenderse entre el pueblo canario bastante después del año 1700, y como género musical descendido de cultas esferas, conserva un sello pomposo que viene dado principalmente por las evoluciones armónicas de su «basso ostinato», que el pueblo ha sabido conservar con gran fidelidad. Se bailan las folías muy delicadamente, con maneras cortesanas, y conservan, como elemento más característico de la danza, la antigua tradición del cambio de pareja por parte de la mujer, la cual retorna a la postre a bailar con su primer acompañante.
Si me alejo de mi tierra
llevo una pena conmigo
que no quiero que la tenga
ni mi peor enemigo.
Explícamelo señor
cuando yo más la quería
mi madre se me marchó
ni siquiera dijo adiós
y tú bien que lo sabías.
Aunque tú no me quieras
tengo el consuelo
de saber que tú sabes
que yo te quiero.
• Isa es una palabra proveniente del bable asturiano y significa, «¡salta!». En realidad, la isa sólo es una versión canaria de la jota peninsular, tanto por su música como por su coreografia, pero no cabe duda de que en las islas ha adquirido tan sello dulzón y nostálgico que la diferencia y embellece. «Jota, es palabra derivada también de «¡salta!», como es bien sabido, con este término hay que relacionar el nombre de otro baile conservado hasta hoy en Fuerteventura llamado el siote, por más que esta danza se ejecute allí antes caminando que saltando. El particular gusto que sienten los canarios por la isa ha sido la causa de que ésta muestre tan variado número de versiones, tanto en lo que respecta a la coreografía de baile (muchas veces indignamente manipulada) como a la melodía que se canta, aunque ésta, como ocurre en las folías, opere sobre austeros niveles de recitativo. En esencia, sabemos que la isa era hasta fines del siglo pasado un baile suelto de castañuelas, cuyos saltos exigían gran destreza. Luego se ha sustituido la danza por una serie de puentes, cadenas corros y figuras, copiando modelos de danzas que pueden contemplarse hoy lo mismo en el folklore de Suiza que en el de la Argentina.
Con una pella de gofio
y un buen mojo picón
quito mis penas del alma
y alegro mi corazón.
Al margen de los dos núcleos de cantos a los que nos acabamos de referir, cabe aludir a un tercer grupo de canciones: las rituales, tanto profanas como religiosas. En él cabría incluir todo lo relacionado con la vida, con la muerte y con las creencias. Las primitivas endechas y los cantos brujeriles que antes mencionábamos entran aquí de lleno, pero también otras manifestaciones musicales actuales de muy peculiar configuración, como los villancicos navideños, cuya estructura melódica en Canarias está relacionada con la música aplicada a ciertos estribillos de isa, los ranchos de ánimas, cuya audición nos pone en contacto con un mundo sonoro muy distinto al habitual en las Islas, y los llamados Aires de Lima, a los que nos referimos más abajo.
Llega a una cueva que en la cercanía
de la gran ciudad de Belén había...
Como quieres que te quiera
si tú nunca me has querido
como que te pague
lo que nunca te he debido.
Otros géneros tradicionales son también:
Vírese pá ca, cha María
Vírese pá ca, cho José
que el cachito pan que tenía
se lo comió el perenquén.
El baile del vivo
no lo sé bailar
que si lo supiera
ya estaría ya.
Santo Domingo de la calzada
llévame a misa de madrugada.
Cho Juan Periñal
Tiene un arenal.
Con grano de trigo
lo quiere sembrar,
Lo siembre en la bumbre,
lo coge en la mar.
Ansina lo siembra, Cho Juan Periñal.
Ansina ponía sus pies en la mar.
Ansina se enseña mi danza a bailar (...).
Si mi niño se durmiera
yo le daba de regalo
un San Antonio Bendito
y una Virgen del Rosario.
El sorondongo, mondongo del flaire,
lo manda el rey que lo baile...
La virgen va caminando
en dirección a Belén
y en su compañía lleva
al glorioso San José.
Este artículo ha sido realizado por las alumnas Vanessa Santana Moreno y Keila Medina García de la asignatura Antropología del IES Guía, durante el curso 2006/2007, quienes han sido coordinadas por Tazarte Sánchez Moreno.