Revista n.º 1061 / ISSN 1885-6039

Genealogia (II)

Miércoles, 7 de febrero de 2007
Dominick Vila
Publicado en el n.º 143

Si nuestro interés radica en la determinación de nuestros orígenes étnicos, lo mejor que podemos hacer es leer libros de historia enfocados a las antiguas migraciones de la humanidad, y familiarizarnos con los avances científicos de ADN, genética, y con los servicios que ofrecen los laboratorios de ADN a personas interesadas en este tema. Además de ser un recurso fantástico para determinar nuestra ascendencia genética, el ADN es con frecuencia el único recurso disponible para huérfanos, hijos ilegítimos, descendientes de esclavos, o personas que por un motivo u otro se separaron del resto de su familia durante su infancia y desconocen la identidad de sus progenitores o su país natal.

Foto Noticia Genealogia (II)

ADN

Si nuestro interés radica en la determinación de nuestros orígenes étnicos, lo mejor que podemos hacer es leer libros de historia enfocados a las antiguas migraciones de la humanidad, y familiarizarnos con los avances científicos de ADN, genética, y con los servicios que ofrecen los laboratorios de ADN a personas interesadas en este tema.

Además de ser un recurso fantástico para determinar nuestra ascendencia genética, el ADN es con frecuencia el único recurso disponible para huérfanos, hijos ilegítimos, descendientes de esclavos, o personas que por un motivo u otro se separaron del resto de su familia durante su infancia y desconocen la identidad de sus progenitores o su país natal.

Para la genealogía o historia familiar, el ADN es comparable a la aportación de la informática y el Internet. La genealogía molecular es, sin lugar a dudas, el recurso más importante para descubrir los misterios de nuestro pasado con absoluta certeza.

Una de las realizaciones más importantes en cualquier trabajo genealógico es que tarde o temprano se nos van a agotar las fuentes de información debido a motivos tan diversos como que la humildad de nuestros antepasados los hicieron irrelevantes desde un punto de vista histórico, la destrucción de archivos debido a disturbios sociales, incendios, condiciones climatologicas, insectos, o porque los archivos parroquiales no incluían la información que buscamos antes del Concilio de Trento.

Cuando eso ocurre, el único recurso disponible son los laboratorios donde realizar pruebas de ADN que, en algunos casos, nos permiten proseguir con nuestra investigación; sobre todo si nuestro interés se centra en la determinación de nuestros orígenes étnicos.

En el caso de hombres, un estudio de nuestro cromosoma “Y” nos permite determinar si dos individuos descienden de un antepasado común, o la época cuando vivió nuestro antepasado común más cercano.

El linaje matriarcal requiere la determinación del Haplo-grupo (conjunto de cromosomas con idénticas características). En el caso de Canarias y en el continente americano, este es un recurso de gran interés debido a la gran confluencia de grupos étnicos y las dificultades ingerentes en llevar a cabo una investigación que incluye antepasados aborígenes.

Heráldica

La heráldica, como la genealogía, es una ciencia auxiliar de la historia que usa un elemento artístico para expresar los éxitos o contribuciones de una persona, o la historia de una familia usando escudos de armas o blasones.

Los principios de la heráldica se remontan al siglo XII y aún perdura con muy pocos cambios en la forma como ha sido representada desde que fue creada en la Europa occidental.

La heráldica fue originalmente creada para identificar a caballeros, quienes cubiertos con armadura no podían ser identificados en el campo de batalla. El uso de escudos de armas, blasones, estandartes, y banderas se extendió rápidamente a miembros de la nobleza, entidades políticas y religiosas, y actualmente hasta corporaciones las cuales usan varios logotipos como forma de identificación visual.

La obtenció
n de heráldica varía dramáticamente entre los países donde se expide. En la Gran Bretaña y España el privilegio de recibir un escudo de armas, bien sea de carácter individual o hereditario, está basado en un proceso muy rígido, controlado por el Rey de Armas. Otros países usan un sistema mucho más liberal, lo cual disminuye el significado e importancia del documento.

 
Escudos de armas de Tenerife.

Por lo tanto, conviene tener en cuenta que la importancia de un escudo de armas se limita a los descendientes directos de la persona o familia que recibió esa distinción. En la mayoría de los casos, los escudos de armas que compramos en empresas o tiendas especializadas en la heráldica, no tienen nada que ver con nuestro linaje o con las ramas colaterales de nuestra familia.

Documentación

Certificados de nacimiento, matrimonio, o defunción de personas o actos que ocurrieron después del 1870 son expedidos, gratuitamente, por el Registro Civil en la ciudad correspondiente. Un dato importante es que el RC envía este tipo de documentación a descendientes de españoles residentes en otros países. Muchas oficinas del RC tienen acceso electrónico y permiten solicitudes enviadas electrónicamente. Es imprescindible incluir el nombre completo de la persona que buscamos, con ambos apellidos, así como también su lugar y fecha exacta de nacimiento, matrimonio, o defunción. Los servicios gratuitos que presta el Registro Civil español son generalmente estupendos.

Descendientes de españoles que residen en el extranjero pueden solicitar documentación gubernamental a través del consulado español correspondiente. Este recurso es de gran importancia para personas que no están familiarizadas con la estructura y división política de España pues pueden consultar sus dudas directamente con el personal que trabaja en el consulado.

El proceso relacionado con la obtención de documentos eclesiásticos varía según la región o provincia donde realizamos nuestras investigaciones. En algunos casos los Archivos Históricos Diocesanos tienen acceso electrónico y prestan sus servicios rápidamente y eficientemente. Otras requieren comunicación vía correo postal; y otras ni contestan nuestras solicitudes.

Cuando los archivos no están en la Diócesis tenemos que dirigir nuestras solicitudes directamente a la iglesia parroquial, lo cual complica las cosas pues no sólo tenemos que saber a qué parroquia pertenecían nuestros antepasados, sino que muchas parroquias carecen de los recursos económicos necesarios para llevar a cabo una investigación genealógica, y es cada vez más frecuente tropezarnos con sacerdotes que tienen que atender a varias parroquias simultáneamente. La forma más eficaz de llevar a cabo una investigación en una iglesia parroquial es hacerlo personalmente, o usando los servicios de un genealogista profesional.

La documentación eclesiástica suele incluir anotaciones de interés personal, como es la evidencia de velaciones, y otros de vital importancia para muchas personas y sus descendientes como es la causa del fallecimiento de nuestros antepasados, un detalle que aparece generalmente en el certificado de defunción o en los asientos sacramentales correspondientes.

Otro dato de gran utilidad e interés para todos son los lazos de consanguinidad o afinidad hasta el cuarto grado (primos terceros) que aparecen en certificados de matrimonios expedidos a partir del año 1563, los cuales incluyen anotaciones sobre el impedimento de parentesco y la dispensa correspondiente. Otras fuentes de información incluyen los testamentos, particiones hereditarias, protocolos notariales, padrones de población, archivos militares, documentación judicial, esquelas, etc.

En resumen, además de mantener viva la existencia de nuestros seres queridos y dejarles un patrimonio muy personal a nuestros descendientes, la genealogía también ofrece beneficios prácticos como son el conocimiento de las enfermedades que han afligido a nuestros antepasados, la tendencia de procrear gemelos o la frecuencia de esterilidad en nuestra familia, un conocimiento claro sobre nuestros orígenes étnicos, y las cualidades preponderantes entre nuestros antepasados.

Biografías familiares

Las dificultades que encontramos cuando tratamos de incluir información biográfica sobre nuestros antepasados en un árbol genealógico, y la realización de que algunos miembros de la familia no tienen ordenadores electrónicos, o carecen de programas especializados para instalar y ver un árbol genealógico, nos inspira a escribir biografías de carácter familiar con el propósito de preservar la memoria de nuestros antepasados y dejar un legado personal a nuestra familia.

Como cualquier otro documento, la elaboración de una biografía familiar requiere la formulación de una idea sobre cómo llevar a cabo el proyecto que pensamos realizar, un plan que permita la ordenación coherente de la obra, y una decisión anticipada sobre el formato que vamos a utilizar para escribir nuestro trabajo. La claridad de nuestras ideas y la facilidad de expresión son los requisitos principales para completar nuestro objetivo.

Al contrario de los géneros literarios tradicionales, un documento de carácter familiar no tiene que seguir las estructuras que se usan en obras de literatura, pues el objetivo es simplemente describir las experiencias de nuestros ancestros, anécdotas familiares, e incluir fotos, documentos antiguos, y cualquier otro tópico que nos parezca apropiado y de interés para nuestra familia. Los principios más importantes del proceso narrativo son el narrador, el relato, y el receptor.

En contraste con regalos materiales que olvidamos después de unas semanas, un trabajo biográfico sobre nuestra familia es algo que es generalmente muy bien recibido y apreciado por todos, y que permite la posibilidad de ser ampliado o mejorado por nuestros descendientes con el transcurso de los años.

Casi lo más importante cuando decidimos escribir una biografía familiar es no dejarnos influenciar o atemorizar por nuestras limitaciones literarias pues nuestro objetivo principal se centra en dejar un legado a nuestros descendientes.

Para aficionados como somos casi todos nosotros, el nivel de detalle y los temas que incluimos en nuestro trabajo son algo muy personal y no está basado en ninguna norma literaria. En mi caso, estoy escribiendo biografías sobre mi familia paterna, las cuales empecé con mi nacimiento y rápidamente cambie el enfoque hacia mis padres, hermanas, abuelos, bisabuelos, hijos y nietos. En el caso de la rama materna de mi suegra, empecé con biografías de personajes históricos, y en la de mi rama materna empecé con una descripción de su región natal.

En todas incluí una sección dedicada a la genealogía en la cual menciono a todos los miembros de mis linajes en orden cronológico, así como también sus propiedades, profesiones, fotos, anécdotas familiares, y ensayos sobre la región donde vivieron. En algunas incluí temas tan diversos como son la gastronomía, flora y fauna de nuestra patria ancestral.

El motivo por el cual decidí incluir datos que no están directamente relacionados con la genealogía o las biografías de miembros de mi familia radica en que, al igual que muchos otros descendientes de españoles esparcidos por todo el mundo, mis nietos no tienen una noción muy clara del lugar donde nacieron sus ancestros.

Las dificultades que encontramos todos los genealogistas cuando tratamos de construir nuestros árboles genealógicos se complican aún más en regiones como las Islas Canarias, donde la cultura aborigen ha sido prácticamente eliminada, y donde prejuicios culturales, sociales, y religiosos han distorsionado todo rasgo de su existencia y orígenes.

A pesar de los esfuerzos llevados a cabo por los conquistadores y colonizadores del archipiélago, las entidades gubernamentales, eclesiásticas, y la oligarquía en negar la existencia de la población aborigen canaria, y la asimilación de sus sobrevivientes con miembros de la cultura dominante, su existencia y legado podría resurgir una vez mas a través de los esfuerzos del pueblo canario por encontrar su pasado y establecer una identidad propia basada en la realidad de lo que ocurrió hace siglos, en vez de conjeturas expuestas por personas cuya única finalidad era imponer sus ideas y valores sobre los vencidos.

La posibilidad de confirmar nuestros orígenes étnicos a través de los servicios que ofrecen los laboratorios de ADN, y la disponibilidad de cientos de documentos históricos donde podemos extraer poco a poco detalles sobre nuestro pasado, ofrecen posibilidades estupendas para establecer un mosaico cultural sobre nuestra historia familiar.

Un estudio minucioso de datas, padrones, testamentos, y otros documentos; además de los tradicionales certificados de bautismo, matrimonio, o defunción que generalmente usamos para realizar una investigación genealógica podrían revelar la existencia de un pasado que ha permanecido oculto por siglos.

Un ejemplo personal de las posibilidades que existen en nuestra historia local la experimenté hace unos meses cuando un hijo de una de mis primas me mandó un libro llamado La Obra de Vicente Hernández Jiménez, el Cronista de la Villa de Teror.

La emoción que sentí cuando leí detalles que desconocía sobre las varias ramas del linaje materno de mi padre, se convirtió en un júbilo indescriptible cuando leí su referencia sobre el matrimonio en Gáldar del capitán de milicias Juan de Quintana, también conocido como Juan de Soria, con una aborigen canaria llamada Maria González (el nombre que adoptó cuando fue bautizada). Juan y Maria se establecieron en Teror después de su matrimonio, donde dejaron descendencia. Aunque todavía no he logrado establecer vínculos de consanguinidad entre ellos y mi bisabuela, Ana Maria de Quintana, natural de Teror, la demografía de esa villa y las costumbres y limitaciones que existían antiguamente sugieren parentesco entre ellos.

Pequeños descubrimientos como el que acabo de mencionar eliminan los sinsabores que experimentamos en el transcurso de nuestras investigaciones pues no sólo nos ayudan a encontrar nuestras raíces, sino que nos ayudan a establecer una identidad propia.

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