Revista n.º 1073 / ISSN 1885-6039

Genealogía (I)

Miércoles, 24 de enero de 2007
Dominick Vila
Publicado en el n.º 141

Continuamos la serie de artículos abierta por Dominick Vila sobre genealogía. En esta ocasión, la descripción del método y la terminología genealógica conforman el contenido del presente trabajo, que constituye toda una guía para quien se inicie en este apasionante mundo.

Foto Noticia  Genealogía (I)


Las consideraciones más importantes que debemos de tener en cuenta cuando realizamos una investigación genealógica incluyen la necesidad de familiarizarnos con el tema y prepararnos psicológicamente para realizar una labor que requiere paciencia, meticulosidad y perseverancia. Uno de los resultados más frecuentes de este apasionante entretenimiento es que nunca estamos satisfechos con lo que hemos encontrado, y casi siempre continuamos nuestras búsquedas indefinidamente.

Los orígenes de la genealogía se remontan a los principios de la civilización, y son evidentes en el Antiguo y Nuevo Testamento; así como también en textos sobre la historia de los asirios y egipcios quienes, entre o tras cosas, crearon documentos estupendos sobre la genealogía y dinastía de sus reyes y faraones y usaban el árbol genealógico para identificar sus linajes.

Lo que era antiguamente un deseo de producir un documento para realzar la posición social de un individuo, o para proporcionar evidencia de parentesco e hidalguía durante litigios relacionados con sucesión (títulos, heráldica, herencias, mayorazgos) entre miembros de familias nobles, y en el caso de España un instrumento que se usaba para demostrar “pureza de sangre” durante la inquisición; es actualmente un pasatiempo y una forma de mantener viva la memoria de nuestros seres queridos cuando pasamos sus nombres, lugares de nacimiento, profesiones, la causa del fallecimiento de nuestros antepasados, y anécdotas sobre sus vidas a nuestros descendientes.

El gran interés en la genealogía, tan evidente en las últimas décadas, y los esfuerzos de miles de genealogistas han influenciado cambios en el enfoque de la historia, así como también en temas tan diversos como son la economía, demografía, sociología, leyes, la medicina y otras ciencias.

Para la mayoría de nosotros, una investigación genealógica significa simplemente el estudio y determinación de la filiación de los miembros de nuestros linajes en orden ascendiente y descendiente, con las ramificaciones correspondientes en cada nivel. El advenimiento del ordenador electrónico, el Internet, y la digitalización de archivos históricos que se esta llevando a cabo en muchas instituciones gubernamentales y eclesiásticas, nos dan acceso a datos con una facilidad que sería inconcebible hace sólo unas pocas décadas.

Como es natural, todos tenemos preferencias sobre cómo realizar nuestras tareas, pero en este caso es imprescindible que nos familiaricemos con el tema antes de empezar nuestra investigación. Por suerte, existen muchos libros y artículos en el Internet, sobre un tema que muchos de nosotros consideramos una ciencia auxiliar de la historia, muy ligada a otros temas como son la heráldica, nobleza, antropología y arqueología.

Árbol genealógico

Los métodos más comunes para construir un árbol genealógico manualmente son denominados perpendicular, horizontal, geométrico y circular. Los más simples, y más antiguos, son los métodos perpendiculares y horizontales los cuales son fáciles de trazar y nos permiten seguir nuestros linajes con gran facilidad.

Como indique anteriormente, existen programas muy buenos que permiten la elaboración, y preservación, de un árbol genealógico por un precio relativamente módico y con muy poco esfuerzo.

Otro sistema relacionado con la elaboracion de un árbol geneálogico que es bastante popular es el Ahnentafel, o M-Tafel en el caso de un linaje estrictamente matriarcal. Este sistema consiste de tablas construidas usando un sistema binario que nos permite incluir a todos los miembros de nuestro linaje en orden jerárjico. En el sistema Ahnentafel los nombres son precedidos por un número, y el número de personas se duplica de generaciόn en generaciόn. El sistema Ahnentafel es muy popular en el caso de poblaciones homogéneas y relativamente aisladas. Los varones aparecen con números pares, y las hembras con números impares. Aunque este sistema es generalmente atribuido a los alemanes (ahnentafel significa tabla de antepasados) pues fue popularizado por un alemán llamado Von Stradonitz, su creador fue un famoso genealogista español del siglo XVII llamado Jerónimo de Sosa.

La jerarquía genealógica generalmente se divide en ascendente y descendente. Los términos que usamos para denominar a los miembros de las distintas generaciones de nuestras familias varían un poco según el país, pero el predominante en países hispanos es el siguiente:

Primera generación: Nosotros (1)
Segunda generación: Padres (2)
Tercera generación: Abuelos (4)
Cuarta generación: Bisabuelos (8)
Quinta generación: Tatarabuelos (16)
Sexta generación: Cuartos abuelos (32)
Séptima generación: Quintos abuelos (64)
Octava generación: Sextos abuelos (128)
Novena generación: Séptimos abuelos (256)
Décima generación: Octavos abuelos (512)

Como se puede apreciar en este ejemplo el número de nuestros ascendientes incrementa potencialmente (se dobla) de generación en generación. Los términos que se usan para describir a nuestros descendientes son: hijos, nietos y bisnietos.

Aunque lo más corriente es empezar nuestro proyecto con la elaboración de un árbol en el cual aparecen nuestros antepasados y nuestros descendientes cronológicamente, casi todos los genealogistas terminamos con un árbol que incluye ramas colaterales, o sea, nuestros tíos, primos, cuñados, yernos, nueras, etc.

Un requisito indispensable para realizar una investigación genealógica es familiarizarnos con sus términos. Algunos de los más comunes son:

Estirpe: El término estirpe en un contexto genealógico se refiere al antepasado más remoto de quien tenemos conocimiento. El patriarca de nuestros linajes, comúnmente denominado el tronco o tronquero de la familia, establece el punto más remoto en nuestro árbol del cual se desprenden no sólo nuestro linaje, sino también los de sus hermanos, quienes aparecen en nuestro árbol como ramas colaterales.

Linaje: Es el vínculo de parentesco que une a los descendientes directos de una persona usando un sistema llamado agnación cuando investigamos nuestro apellido paterno usando exclusivamente la línea masculina. En el caso de las Islas Canarias es importante tener en cuenta que la influencia portuguesa que existía en el archipiélago durante la conquista y la colonización, así como también la poliandria que practicaban los aborígenes canarios, hijos naturales, y la anarquía que existía en la Edad Media en lo referente a la adopción de apellidos, resultaron en que muchos apellidos fueran transmitidos a través de la línea femenina.

El término cognación se refiere a vínculos establecidos a través de la rama paterna y materna. Las reglas de filiación cognaticias pueden ser bilaterales, lo cual significa parentesco con la línea materna y materna ascendente y descendente a través de ambos sexos; o ambilineales, que denotan una filiación a través de hembras y varones pero no de forma igual o simultánea.

Un factor que dificulta las investigaciones en el archipiélago canario envuelve la triste realidad de que muchos aborígenes al ser bautizados adoptaron apellidos hispanos para acelerar su asimilación a la cultura dominante y de esa forma evitar la persecución y esclavitud que afectó a muchos de ellos. Aunque algunos nombres y apellidos aborígenes algún existen, como por ejemplo: Guanarteme, Maninidra, Doramas, Oramas, Baute, Bencomo, Tacoronte y Taoro, las investigaciones de antepasados aborigenes se dificulta aun mas si tenemos en cuenta que la cultura aborigen canaria desconocia la literatura y dependia de la historia oral para transmitir su pasado. En esos casos, el único recurso disponible para los descendientes de aborígenes es el ADN.

Familia: Desde un punto de vista genealógico la palabra familia, que generalmente se usa para describir al grupo social más pequeño – y conceptualmente el más importante - de una sociedad, significa parentesco por consaguinidad o afinidad. Aunque este término es generalmente usado para describir padres e hijos, también incluye a otras generaciones cuando ellas viven bajo un mismo techo encabezadas por un miembro de la familia considerado el “cabeza de familia”.

Los lazos de consaguinidad en un linaje son los que unen a aquellos miembros que llevan sangre común; o sea, bisabuelos, abuelos, padres, hijos, nietos y bisnietos. Lazos de afinidad incluyen a los consortes de miembros de la familia; por ejemplo, esposos, suegros y sus respectivas familias.

La familia, en estudios genealógicos, consiste de ascendientes, descendientes, y ramas colaterales. Nuestros ascendientes son nuestros padres, abuelos, bisabuelos, etc. Los descendientes son nuestros hijos, nietos, bisnietos, etc. Las ramas colaterales incluyen a nuestros hermanos, tíos, primos, sobrinos, etc. Como es de suponer, el parentesco entre personas con sangre común se puede determinar realizando un análisis ascendente de los distintos miembros de la familia.

Antepasados o ascendientes: Padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, etc.

Descendientes: Hijos, nietos, bisnietos, etc.

Colaterales: Hermanos, tíos, primos, y sobrinos.

Afinidad: Cuñados, suegros, yernos, nueras, etc.

Apellidos toponímicos: Representan el lugar de procedencia de la familia, bien sea una ciudad o pueblo (Lugo, Navarro, Vizcaíno), o el nombre de una montaña, río, u otro lugar geográfico.

Apellidos patronímicos: Son derivados del nombre propio del padre. Por ejemplo, Gutiérrez significa hijo de Gutierre, Rodríguez significa hijo de Rodrigo, Sánchez significa hijo de Sancho, Pérez significa hijo de Pero o Pedro, González significa hijo de Gonzalo, Fernández significa hijo de Fernando, etc.

Apellidos descriptivos: Representan el oficio, posición social, religión, objetos, colores, o hasta las características físicas de la primera persona que lo adoptó como forma de identificación. Ejemplos incluyen: Carpintero, Zapatero, Carnicero, Mesa, Blanco, Rey, Conde, Monje, Santa Ana, Calvo, Delgado, Cabeza de Vaca, etc.

Sangre: Este término es usado muy frecuentemente para describir el vínculo que existe entre los descendientes del tronquero de un linaje. El término “sangre azul” se usa para identificar a miembros de la nobleza.

(Continuará)
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