El origen primitivo de estas danzas parece que está en la costumbre de bailar alrededor de árboles de forma ritual. Existen en muchas partes del mundo; desde la América Precolombina hasta la Europa del Este y Centroeuropa también. Es una danza que está extendida por todo el Planeta y que llega a Canarias. Se instala sobre todo en Tenerife, donde se conservan interesantísimos vestigios de estas danzas en Canarias, como forma de expresión ritual o advocativa.
El municipio de Tegueste es uno de estos pueblos donde pervive dicha manifestación. Tegueste, un municipio-isla, metido dentro de La Laguna, que ha cincelado su historia como tantos otros municipios de Canarias en torno a los ataques piráticos, las invasiones, las plagas, la peste y también con sucesos no tan desgraciados. Todo a través de la cotidianidad agradecida del pueblo dedicado sobre todo a las tareas agrícolas, campesinas y ganaderas. Es una comunidad amante de sus tradiciones, un pueblo del que han salido grandes luchadores, folcloristas… donde se conservan tradiciones muy importantes como la Danza de Flores, que es una de estas danzas que hemos comentado al principio.
Para ilustrarnos acerca de esta danza tenemos a dos de sus máximos representantes, ambos de la Familia González: Juan y Carmen.
Juan es el tamborero, hijo de Don José El Tamborero, personaje mítico, que de alguna manera fue el padre de la danza durante tantos años. Se dedicó 65 años a ella con los sones del tambor…
Benito Cabrera: ¿Y por qué se llama Danza de las Flores? Vamos a empezar por ahí.
Juan: Porque desde que se fundó la hicieron así, con flores. Al principio eran naturales pero ya después pasaron a ser artificiales, de tela. Les ponían un almidón, que vendría mucho después porque no existía. Les colocaban algo para que estuvieran siempre tirantes y entonces después, ya hace como 30 ó 35 años, se ponían de las que hoy existen, de plástico.
- De plástico, es decir, es un palo central y con la ayuda de Carmen que mantiene el palo alrededor del cual…
- J: Bailan seis bailadores que llevan un sombrero con flores enredadas también con plumas.
- Entonces…Un palo central. Antes decíamos siempre a dos lados, con los colores de la bandera española.
- J: Sí, pero eso era en las cintas, donde se llevaba una bandera española.
- Carmen: El palo de las flores lleva un ramo de flores, y va pintado.
- J: En su día lo pintaron seguramente, no sé si antes de la Guerra. Creo que siempre ha sido así, porque he visto fotos de cuando mi padre era joven, con 17 ó 18 años, que el palo lo mantenía mi tío y lo recuerdo pintado con la bandera española. De momento ha seguido la tradición porque nosotros de pequeños nos acordamos, o yo al menos, de que papá, y otros señores que bailaron, conservaban el palo así. Son seis bailadores y el tamborero.
- Es decir, siete personas en total y el tamborero haciendo siempre el ritmo del Tajaraste. Usted, Juan, lleva ya bastantes años haciendo de tamborero. Ha cogido el testigo de su padre, aunque ya desde muy pequeñito me contaba que le llamaban de otras danzas.
- J: Sí, sí, cuando alguno de los tamboreros se iba, por ejemplo, al cuartel. Se iba a otras danzas, pero el Tajaraste prácticamente es igual. Tocado a guitarra, a timple o a lo que sea… La diferencia es que hay deje, es decir, un movimiento en los palillos que no son iguales; pero al final es Tajaraste.
- C: El baile es lo que cambia.
- ¿Y siempre fue con un tamborero solo? ¿No existía más de uno?
- J: Antes no. De veinte y pico años para acá estamos tocando dos. Yo me acuerdo que yo tocaba con mi padre cuando chiquitito, pero normalmente siempre era un tamborero en cada danza; no solo en la de las flores, sino también en la de las cintas. Era un tamborero y diez o doce bailadores, que podían llegar hasta dieciséis. Pero últimamente yo mismo, que ya me estoy poniendo viejo, me canso… y no es igual. Aunque a lo mejor me canso menos que el joven, pero bueno… Y no lo digo pa echarme flores…
- Conocemos la Danza de San Pedro de Güímar, con esa flauta de pico que se utiliza además en muchos sitios de la Península y que aquí existió en algún momento. ¿Se sabe que en Tegueste existiera esa forma de tocar con el pito?
- J: Que yo sepa no.
- C: No, eso no. Los tamboreros y el son de las castañuelas sí.
- Comentábamos antes que hemos llegado a ver incluso hasta veinte danzas de cintas, de arcos, de varas…
- J y C: Sí, sí. La de Chimiche también por todas las calles… En Granadilla había dos, una en Chimiche y otra en Granadilla, Granadilla, ¿no? Creo…
- Ha comentado Carmen, el tema de las castañuelas. Al mismo tiempo que aguantan el arco tocan las castañuelas…
- C: Tocamos las castañuelas al son del tambor.
- Pero siempre guiados por ese ritmo tan ancestral como es el Tajaraste. ¿Hay diferentes variantes de la danza? Las evoluciones que hacen los bailadores… Según estén en reposo o caminando, ¿siempre bailan la misma danza?
- J: Sí, lo que pasa es que antes, hace muchos años, la Isa y el Pasodoble también lo bailábamos. Por ejemplo, terminaba la procesión de Los Remedios, de San Marcos, de Las Mercedes u otra romería cualquiera, y se tocaba el Pasodoble y la Isa.
- Pero coreografías distintas puesto que son bailes distintos…
- J: Sí. Y te digo más, antes de que se me olvide… Antiguamente, casi todos los bailadores no iban a bailar la danza porque le gustara sino porque con diecisiete o dieciocho años era cuando iban al cuartel, el que mandaba en la danza les enseñaba a desfilar a paso ordinario, al movimiento del mosquetón. Los sargentos les preguntaban que de dónde eran… Si iban a la Península sabían que eran de aquí porque marchaban enseñados. Ya no eran reclutas, iban al cuartel como veteranos prácticamente.
- C: Por eso es lo que yo te comentaba, que antes las mujeres no estaban en la danza. Quienes estaban normalmente eran los hombres y era por eso…
- J: Otra tradición que tenían en su día.
- Ese es otro de los elementos a comentar… En algunos sitios, como en Güímar, la bailaba el niño.
- J: Y en El Escobonal también.
- También, pero suele ser en casi todas las danzas rituales. No solamente en las de cintas, sino en cualquier manifestación por ahí de carneros o las danzas de diablos siempre son hombres. En este caso la danza de cintas pueden ser niños también, pero casi nunca son mujeres. Carmen, sin embargo, es una de las grandes impulsoras de la Danza de Flores de Tegueste desde hace muchos años. ¿Cómo es que una mujer se incorpora a esta danza?
- C: Lo hago por mi padre, porque fue inculcando a todos los hijos a seguir las tradiciones de la danza, a no perderla… Y yo creo que es que lo llevo dentro.
- ¿Tú eres la primera mujer que se incorpora a la danza?
- C: Sí. En realidad, en el baile de la Danza de las Flores la primera mujer fui yo.
- Pero ahora no eres la única…
- C: No, por ahora tengo a mis sobrinas, que también las he ido metiendo para que cuando yo me vaya se queden ellas.
- Comentábamos antes un poquito el tema de la vestimenta (por poner un caso llamativo, el gorro con flores muy peculiar de las danzas rituales). Todos tenemos en la mente también la danza de la Bajada de la Virgen del Hierro, con esos trajes tan vistosos de blanco, y esas flores. También podemos encontrarlos en varios sitios de la Península. Forman parte de la forma de vestir de las danzas rituales de este tipo que están regadas por todo el mundo, como comentamos al principio. Sin embargo, en la Danza de Flores de Tegueste es un poco distinto.
- C: Es un sombrero como de paja, pero está adornado con las mismas flores que lleva el arco. Yo creo que es porque lo usaban nuestros campesinos.
- J: Sí. Me acuerdo de que ese sombrero se usaba en zonas cuando se trabajaba cogiendo algodón, en la caña dulce, en las plataneras. Era el que yo llevaba. Por supuesto no llevaba el de la danza. Lo llevaban las personas mayores y yo. Lo he visto en fotos de personas mayores, que si estuvieran vivos hoy tendrían más de ciento veinticinco años, y lo llamaban cachorro. Al sombrero se le cambaba el ala un poco, se trababa con una vara y se le ponían las flores. Ese siempre estaba permanente para bailar o para llevarlo puesto. Pero el otro no tenía adorno de ninguna clase; te lo ponías por las mañanas, cuando empezaba a calentar el sol…
- Y luego siempre una camisa blanca…
- C: Una camisa blanca y pantalón blanco. El material daba igual, como fuera blanco…
- J: No había lo que se quiere hoy, todos idénticos. Hoy se quiere, por ejemplo, que todos los pantalones sean iguales. La camisa montones la llevaban de manga baja y muchos de manga corta, y no pasaba nada. Todos iban vestido de blanco y con las alpargatas, las de toda la vida.
Hoy voy más cómodo con unos tenis. Antes todo el mundo calzaba lonas, aparte de ir a bailar con ellas. Ya normalmente se usan los tenis. El que se pone alpargatas, si tiene que estar caminando en una romería puede pisar mal porque no está acostumbrado. Eso es como estar acostumbrado a llevar zapatos y te pones unas lonas… a los tres metros te caes.
Yo me caí una vez, tropecé y quedé encima del tambor. El tambor no se viró ni nada pero cayó y me quedé como si fuera pesándome. Tendría yo diecisiete o dieciocho años por ahí. Era un chiquillo.
- ¿Y recuerda algún incidente de este tipo? Que se hayan caído o tropezado bailando dos danzas…
- C: Sí, tropezar uno con el otro muchas veces. Casi siempre, porque hay veces en las que no te controlas bien y vas tan rápido que puedes chocar.
- J: O los chicos, que ven a una piba, se ponen a mirar para ella y cambian el tono (entre risas).
La Danza de las Flores es difícil. No bailarla, porque bailarla la baila cualquiera; lo difícil es pasarse porque en el arco va una argolla… El último de arriba tiene que pasar por encima de todos, el siguiente por debajo del último de arriba y encima de los otros cuatro… y así suma y sigue. Como pase el de arriba por debajo del segundo parte el arco. Entonces por eso digo que lo difícil es tener en mente todo eso… Hay tres bailadores, que ellos llaman grandes y pequeños.
Carmen: Los tres arcos de arriba nosotros decimos que son los grandes, y los tres de abajo los pequeños. Nos sirve para diferenciar los que pasan por debajo y los que pasan por arriba.
- ¿Y cómo se entrena a los muchachos para esto?
- C: Nosotros no hacemos ensayos porque ya los niños de por sí los estamos sacando. Cuando son pequeñitos los llevamos con nosotros como mascotas y los vamos incorporando.
- Básicamente esto es una tradición familiar, ¿no?
- C: Sí, pero antiguamente no.
- J: Por decirlo de alguna manera, la danza “fue comprada”. Es decir, el palo de la danza que tenemos hoy lo compró mi abuela. Ella dice que es la primera, pero la danza estaba parada y ella la volvió a recuperar. ¿La fórmula? Compró el palo y la corona (el ramo que va arriba) la hizo un carpintero. Adquirieron un tambor entre ocho, siendo el que tocaba José El Tamborero, mi padre. Se pusieron de acuerdo para que el que se iba a la danza no tenía derecho al tambor. Se fueron yendo todos y se quedó mi padre y mi tío. Y mi tío le dijo: “Mira, José, como yo no sé tocar el tambor ni mucho menos, mi parte es tuya’’.
Después, el tambor se lo quisieron quitar a mi padre. De hecho, se lo quitaron cuando lo prestó para una buena fe, para unas promesas que iban a hacer porque la Danza estaba un poco parada. Se volvió a parar después de lo que sucedió con mi abuela. Mi padre recuperó el tambor en Valle Guerra poniéndose de acuerdo con el tamborero, que no hace mucho que murió.
- Y luego están los barcos de la Romería de Tegueste.
- J: Exacto. Que los hay en varios pueblos de la isla. Se ponían por la parte de abajo de la Torre y la danza salía desfilando justo desde allí para acá. Daba la vuelta y entonces salían los barcos.
- ¿Estamos hablando de Los Remedios o de San Marcos?
- J: Las dos. Porque en su día no había Romería. Era una fiesta como en Valle Guerra, por ejemplo.
- Entonces hay dos momentos en los que sale la danza: en la Romería de San Marcos y en la de Los Remedios.
- J: Por primera vez en la historia, en la Fiesta de Los Remedios hace 500 años aproximadamente.
- Hablamos del tamborero, pero ¿cómo es el tambor?
- J: Ese tambor todavía está en mi casa. Era un tambor más pequeño, no era como el de hoy que se parece a los del ejército…
Mi padre fue tamborero del ejército cuando la Guerra e hizo guardias de tambor. Tocaba en la diana y silencio. Y ya te decía antes la relación del baile con el servicio militar. Antes se ensayaba hasta 3 días en semana, por eso los que iban al cuartel, como te decía, ya eran veteranos.
- ¿Y han bailado fuera de Tegueste? En otro sitio…
- J: Sí, en toda la isla y en todos los pueblos. En el sur hemos ido hasta Guía de Isora, y hacia el norte hasta Garachico, Icod de los Vinos… Y en Las Palmas también estuvimos una vez en Mogán.
- ¿Siempre en la calle? ¿Nunca dentro de un templo?
- C: Hemos actuado dentro de la iglesia, cuando el cura ha querido, porque no siempre nos dejan. En Tegueste creo que sólo una vez. Lo normal es ir delante del santo, porque normalmente la danza lleva el santo.
- ¿Y si alguien quiere pertenecer a la danza y no es de la familia?
- J: Sí, sí, claro que puede. No hay ningún problema.
- C: Nosotros queremos porque la familia se va yendo. Los chicos, cuando tienen 15-16 años, ya están mirando a las chicas y entonces ya les da un poquito de vergüenza…
- Y empiezan a tropezarse... (irónicamente). ¿Cuántos componentes tiene ahora la danza?
- C: Ahora mismo hay como 12. Depende del día de baile que toque. Si tienen que hacer algo o no.
- J: El día que menos nos vemos apurados es en la Romería porque todos quieren salir.
- ¿Han visto ustedes que ha cambiado la tradición? Antes eran muy respetuosos con la tradición pero, indudablemente, la gente va cambiando y las costumbres diarias… ¿Ustedes lo notan en la gente joven que se incorpora a la danza? ¿Quieren incorporar nuevas formas de bailar?
- J: No lo notamos porque como están acostumbrados a lo mismo… y de momento nadie ha dicho nada. Sobre todo de la familia, porque hay montón de chicos que la bailan y no son de la familia. Si alguien quiere venir a bailarla, que venga. Si vamos por ejemplo a Garachico, es un paseo que se dan.
- C: De todas formas, nosotros hemos ido a la Bajada de Las Hayas en La Guancha y ahí cambiamos un poquito el baile por la gente. La gente pide que hagamos eso y ellos van bailando con nosotros. Incluso les damos los arcos. Bailamos de un lado al otro, o sea, no bailamos el Tajaraste. Lo hacemos para incorporarlos…
- J: Eso, para darle ritmo a la gente y que participe.
- ¿Y cómo son las relaciones tienen con otras danzas de la isla?
- J: Yo creo que buenas. Donde quiera que nos tropezamos nos saludamos, y a veces ha ido gente de varias danzas en la misma guagua y nunca ha habido ningún problema.
- ¿No ha habido un acuerdo para hacer un estudio sobre estas danzas?
- J: No, pero se debería hacer. Y ahí estás para preguntarle la misma gente que hace 40 años que no baila, que tiene 60 años… Y los hay por muchos sitios de la isla, como los viejos de Las Mercedes, que salen en muchas fiestas de los barrios.
- C: Y son bailadores que tienen 70 años…
- De hecho, por ejemplo, la Danza de Guamasa surge también de la Danza de Tegueste.
- J: Sí, porque la fundó un bailador de Tegueste. Era más viejo que mi padre.
- Vamos a hablar del pasado… Existirán teorías de cuál es el origen…
- C: Según los escritos, en el año 1582 fue cuando se formó la Danza de las Flores junto con los barcos. Y todo por la enfermedad de La Peste, que llegó hasta La Laguna. Ciertas personas decidieron que si no llegaba a Tegueste hacían la promesa de los barcos a San Marcos y a Los Remedios. Como no llegó, se hizo.
- Luego tuvo su continuidad, se paró un momento hasta que la abuela de Juan…
- J: Y así, mi abuela la impulsó y ya mi padre siguió. Aunque también estuvo parada más de 80 años. Pero es una tradición familiar.
- C: Somos 10 hermanos y todos han bailado.
- J: Yo tocaba el tambor en la Cruz del Carmen. Me acuerdo como si fuera hoy. Chiquitito y mis dos hermanos bailando. Nos tiraban perras… Me acuerdo de ver un rial en el suelo: ¡se me abrieron los ojos! Ya sabes que en aquel entonces no había un duro.
- ¿Saben si en algún momento hubo algún músico profesional, algún tamborero que cobrara por eso?
- J y C: No, no, no…
- J: Hombre, a lo mejor en las Romerías nos daban algo de dinero… Me acuerdo de mi padre, que tenía que vender un talonario de rifa para ir a bailar a San Benito. Y también recuerdo que caminando en la misma romería le pagaban. En muchas romerías de hoy también lo hacen.
- C: En realidad quien apoyó mucho a mi padre fue un señor, Mónico, de La Laguna. Gracias a él mi padre siguió con la danza.
- Y el futuro de esta danza, ¿cómo lo ven?
- J y C: Pues bien, de momento va bien.
- J: …Pero está uno con la pulga en el oído. Ahora mismo no hay ningún bailador que no sea de la familia. Eso sí, tamborero seguro que hay porque de los que ya no están bailando ni tocando hay dos que tocan de maravilla.
Yo tengo esperanza de que continúen. Tengo un nieto de dos años que dejó un día a los tíos asombrados. Me dejó asombrado incluso a mí. Tocaba el Tajaraste como si hubiera estado permanentemente con nosotros.
- C: Ese es el futuro… Yo tengo la esperanza de que lo sea.
En este momento don Juan González empieza a tocar en el improvisado tambor de una mesa.
- J: Esto es como si fuera un desfile, donde siempre hay un tambor que suena distinto a los demás.
A mi padre, que en paz descanse, y a otros tamboreros los he visto que hablan con una facilidad del carajo tocando y yo tengo que controlarme para poder hablar porque si no me equivoco. Cuando nos vienen a entrevistar, enseguida estoy haciendo señas llamando a alguien para que venga y así no equivocarme.
- ¿Tienen ustedes alguna ayuda institucional?
- C: De momento el Ayuntamiento, que nos da una subvención anual. No es mucho pero bueno… se agradece lo que nos dan. Y como premio, este año nos dieron la Medalla al Mérito aquí, en Tegueste.
- J: Aquí vienen a preguntar por alguien que pertenezca a la familia de los tamboreros y todo el mundo los conoce el nombre de nuestra familia.
- C: Y con mucho orgullo.
Nosotros también agradecemos al Ayuntamiento de Tegueste que ha puesto a disposición la casa del PREBENDADO PACHECO, un sitio maravilloso, con una historia también muy rica. Ha puesto también a disposición todos los medios posibles para que esta entrevista tuviera lugar en este día otoñal que nos ha brindado un poquito de primavera con la buena compañía de Juan y Carmen González. Herederos de José El Tamborero, herederos de una tradición muy antigua y muy importante y de la que todos nos sentimos profundamente orgullosos. Muchísimas gracias por todo lo que han hecho y por todo lo que están haciendo. Por todo lo que verán sus herederos.
Las labores de transcripción fueron realizadas por Victoria González García.