1 conejo mediano.
8 dientes de ajo.
Un pizco de pimentón, cominos, orégano y pimienta roja.
6 ramas de perejil.
Sal gruesa.
50 ml de vinagre de vino.
200 ml de vino blanco seco.
Aceite de oliva.
Modo de hacerlo.
En primer lugar, se limpia bien el conejo y se trocea menudito.
Para hacer el adobo, se majan los ajos, junto al orégano, comino y la sal gruesa; todo debe quedar bien majado y mezclado. A continuación le echamos el pimentón y el perejil cortado en menudo. Finalmente, se le echa al majado el aceite, el vino y el vinagre. Acabado todo el majado, se macera el conejo para dejarlo en adobo desde la noche o tarde anterior.
Por otro lado, se fríe el conejo hasta que quede ligeramente dorado. Se fríen las vísceras y se vuelve a hacer el mismo majado del adobo, al que le añadimos las vísceras del conejo fritas y se machacan en el mortero hasta quedar desmenuzadas de forma homogénea. Finalmente se echa todo el adobo bien mezclado y diluido sobre el conejo y se pone a fuego lento hasta que se compruebe que el conejo está en su punto, es decir, tierno y bien hecho.