En La Laguna oculta. El cielo y la piedra, Fernando Herráiz Sánchez explora la verdad sobre la existencia de un «plan geométrico» (superpuesto al proyecto estrictamente práctico) que habría guiado el trazado urbano de San Cristóbal de La Laguna, un trazado conservado durante más de quinientos años y que ha sido merecedor del reconocimiento de la UNESCO. Para ello, el autor se remonta a la primavera de 1546, cuando un centenar de conquistadores, religiosos y aborígenes se establecen en el valle de Aguere con el fin de empezar a construir una ciudad.

Para llevar a cabo su meticulosa investigación, y tal y como comenta Néstor Verona Carballo en el prólogo de la obra, Herráiz «inserta su estudio de lo local dentro de los parámetros de lo global, abriendo la ciudad al mundo, a su tiempo». De este modo, el autor justifica la interpretación de los geómetras valiéndose de «la simbología implícita en los números y en las figuras geométricas, la mística de las matemáticas, el conocimiento arcano, secreto y recóndito encerrado en los ciclos de muerte y resurrección, el movimiento de los astros, etc.».

El resultado es un entramado de relaciones entre las secciones áureas de base renacentista, las longitudes de las calles y sus angulaciones, los ejes de la ciudad, la situación equidistante y concordante de edificios característicos con puntos de encuentros coincidentes milimétricamente con varas de medir medievales, «y un sinfín de detalles minuciosos, calculados, convincentes y rotundos que nos dejan con la miel en los labios y la duda razonable en la reflexión», en palabras de Adrián Alemán.

El ensayo de Herráiz, compuesto de 228 páginas, se estructura en diez capítulos, entre los que encontramos títulos como: «¿Hubo un plan geométrico?», «Solsticios y equinoccios», «Los descubrimientos de la profesora Navarro», «La sección Áurea», «El hombre de Vitrubio» o «Cuadrículas». En el libro también se ofrece un apéndice sobre «Las casas de Juan Yánez» y otro en el que se abordan temas esbozados a lo largo del libro «a la manera de la mayéutica socrática, en forma de un diálogo entre E (escéptico) y C (creyente)», tal y como explica el propio autor.

La obra, de indudable originalidad, está escrita con «sencillez» y «desparpajo», a lo que hay que añadir «el esfuerzo pedagógico» y «la fuerza de sus argumentos», según Adrián Alemán. Este periodista también elogia cualidades de Fernando Herráiz Sánchez, como «su conocimiento matemático, sus movimientos sobre la planimetría que usa (usa prácticamente todo lo que hay), su respeto al oponente, su equilibrada distancia de la historia para acercarse solo cuando le resulta necesario o evidente». Todo ello han permitido convertir a La Laguna oculta en «un cajón de sastre para encontrar propuestas, buscar soluciones, hallar ilusiones, vincularnos con el pensamiento esotérico medieval, con los geómetras, con los secretos de los maestros de obra».


Datos del autor.

El tinerfeño Fernando Herráiz Sánchez es saxofonista en un grupo de rock. En 1998 publicó su primera novela La venganza de Chunga (Baile del Sol, Tenerife, 1998). La Laguna oculta. El cielo y la piedra es su segundo libro editado.