La ejecución de este proyecto ha venido dada por la constante necesidad que tienen los catálogos arqueológicos de ser sometidos a un proceso de actualización; ello se manifestaba aún más perentorio en la isla de Fuerteventura, ya que la Carta Arqueológica Insular comenzó a elaborarse en 1987, por lo que era imprescindible someter dicho documento a un proceso de revisión, entre otras, por las siguientes razones:
• Los numerosos cambios que ha experimentado el territorio insular en los últimos años, debidos fundamentalmente al crecimiento urbano ligado a la expansión turística, requerían hacer un diagnóstico de cual podría haber sido la afección de este proceso sobre los bienes patrimoniales, puesto que era más que previsible que algunos de ellos pudieran incluso haber desaparecido.
• De igual modo, era necesario someter la información de la antigua Carta Arqueológica a una labor de puesta al día, tanto en el aspecto cartográfico como en el documental y gráfico. En la actualidad se contaba como soporte planimétrico del inventario arqueológico de Fuerteventura con planos a escala 1:25.000 del Servicio Geográfico del Ejército, a todas luces ineficientes para una adecuada gestión patrimonial, puesto que además de no contar en muchos casos con un localización precisa de los yacimientos, carecían de elementos vitales en este tipo de documentos, tales como la fijación de ámbitos de protección exactos.
Por otro lado las fichas descriptivas se encontraban únicamente en papel, obviamente habría que trasladar toda esa información a un soporte informático en base de datos. Finalmente otro objetivo a cubrir era aportar un nuevo fondo fotográfico de los yacimientos arqueológicos en formato digital, más adecuado a las necesidades actuales que el formato en diapositiva o en papel.
• Finalmente, uno de los objetivos básicos del proyecto era el de proceder a la exclusión de los bienes etnográficos que habían sido incluidos en la anterior carta arqueológica, donde se habían inventariado al unísono yacimientos correspondientes a la cultura de los majos, con otros de cronología posterior a la conquista, en un arco temporal muy amplio. Con ello se generarían dos catálogos diferenciados, uno perteneciente al pasado preeuropeo de la isla y otro en el que se registrarían los bienes correspondientes al patrimonio etnográfico. Además, se procedió a la estructuración de los documentos por términos municipales, ya que anteriormente eran de ámbito insular.
Estructura asociada a los podomorfos.
Una vez culminadas las tareas de prospección sobre el terreno se ha obtenido como resultado la contabilización de 327 yacimientos arqueológicos en los tres municipios mencionados. Además de estos se han inventariado 232 enclaves etnográficos que figuraban en el documento a revisar.
De los 327 yacimientos arqueológicos citados anteriormente, un total de 73 no habían sido catalogados en la Carta Arqueológica realizada en décadas anteriores, siendo éstos una aportación nueva de este equipo de trabajo al inventario patrimonial de Fuerteventura.
Nuevas manifestaciones rupestres.
Hemos de destacar entre estos nuevos hallazgos, debido a la repercusión que estos elementos poseen en la arqueología majorera, la documentación de nuevas estaciones rupestres de podomorfos en el municipio de Betancuria.
De todos es conocido el espectacular yacimiento de la Montaña de Tindaya en La Oliva, con decenas de paneles donde podemos observar magníficas representaciones de este tipo de grabados; no obstante, para un público menos especializado, es posible que se desconozca que no es el único lugar de la isla donde se pueden encontrar este tipo de manifestaciones. Se ha constatado además la presencia de podomorfos en yacimientos de Betancuria, en el macizo de Jandía y en otro enclave también en el municipio de La Oliva.
El nuevo descubrimiento al que hacemos referencia se sitúa en un entorno en el que ya se conocía la presencia de manifestaciones arqueológicas, en concreto en él se ubican diversas construcciones en piedra seca de diversa tipología, sin embargo, se desconocía por completo la posibilidad de que en este espacio se pudieran encontrar manifestaciones rupestres de los majos, y en concreto podomorfos.
No citamos el emplazamiento concreto del lugar, pues de momento se sigue una política de mantener en secreto su localización, de cara a no poner en peligro su integridad por la acción de desaprensivos, hasta que no se fijen unas pautas de protección efectiva y gestión del entorno (hay que recordar en este punto que las manifestaciones rupestres son declaradas automáticamente Bien de Interés Cultural por ministerio de la ley, tal y como se fija en la Ley de Patrimonio Histórico de Canarias).
En el yacimiento se distinguen tres áreas en las que se localizan podomorfos, en las cuales podemos observar al menos seis paneles diferenciados en los que se agrupan los grabados. Las técnicas de ejecución de los mismos no difieren de las documentadas en el resto de la isla, siendo predominante la de la abrasión de la piedra, quizás antecedida por la incisión.
En cuanto a las tipologías representadas, es necesario decir que los podomorfos no obedecen siempre al estándar que tenemos en mente, es decir, un rectángulo más o menos irregular al que se añaden pequeñas líneas paralelas que harían la función de “dedos”. Existe una múltiple variabilidad en las formas de representación, así, en el lugar que comentamos, se localizan podomorfos con dedos, otros que carecen de ellos; algunos se encuentran aislados y otros forman agrupaciones de dos.
Además de los podomorfos, podemos documentar en este lugar otras tipologías de grabados; al menos una de ellas goza de un carácter excepcional en Fuerteventura. Se trata de una sucesión de líneas curvadas y rectas que se disponen paralelamente. Elaborado con un trazo profundo, podríamos decir que este grabado se corresponde con una representación esquemática, ya que no parece simbolizar ninguna figura en concreto.
Finalmente, una de las características más interesantes de este yacimiento es la de que en este caso nos encontramos una estación rupestre acompañada de un contenido arqueológico de gran relevancia, puesto que documentamos en el entorno inmediato varias estructuras de filiación aborigen que parecen atesorar un gran potencial de cara a una posible excavación, y no sólo por su alto grado de sedimentación, puesto que se observa junto a ellas abundantes restos materiales (industria lítica, malacofauna, fauna y fragmentos cerámicos).
Lo anterior podría permitir establecer una relación directa entre las gentes que grabaron los podomorfos en la piedra y las actividades que desarrollaron en este contexto, algo que permitirá indagar en la funcionalidad de estos espacios y enclavarlos dentro del desarrollo social de la cultura de los majos.