Revista nº 1040
ISSN 1885-6039

El secado de la fruta en el sur de Tenerife: hornos y pasiles.

Jueves, 11 de Octubre de 2007
Desarrollo Rural
Publicado en el número 178

Una de las técnicas más comúnmente utilizadas en Tenerife para la conservación tradicional de la fruta es el secado. Según fuentes historiográficas este proceso ya era conocido en las islas antes de la llegada de los conquistadores. En general las vertientes de sotavento del archipiélago poseen unas particulares condiciones ambientales que favorecen la actividad del secado, entre las que destacan el gran número de horas de sol al día y la escasa humedad, que favorecen el proceso de secado, convirtiéndolo en un método sencillo de conservación de excedentes de fruta frente a otros como la transformación en mermeladas o la conservación en almíbar.


Cada espacio de nuestro archipiélago se caracteriza por poseer técnicas propias, que varían en función de sus características climáticas y naturales, que ayudaron a mitigar los distintos periodos de hambruna que históricamente se han sufrido en las islas.

Tenerife se ha caracterizado por la utilización del secado al aire libre en lo que popularmente se conocen como pasiles, pequeñas obras a ras de suelo o en altura, que se creaban en sectores soleados y libres de vegetación en los cuales se utilizaba como pavimento jable, piedras o lajas y que servían para el echado de la fruta. Más tarde, y con la llegada de los hornos, se modernizó este proceso, reduciendo en gran medida el tiempo de secado y evitando los problemas acarreados por los repentinos cambios de tiempo, la incomodidad de recoger la fruta todas las noches, o los posibles expolios por parte de los animales o personas. El secado en hornos permite que el producto resultante posea un mayor periodo de caducidad aunque la intensidad del sabor del producto resultante sea mucho menor.

Este proceso tradicional utilizado hasta no hace muchos años, nos ha dejado como legado en el territorio un patrimonio etnográfico y arquitectónico de gran importancia y muy poco conocido por la gran mayoría de nuestra sociedad. En concreto, los espacios de medianía de Tenerife aparecen salpicados por numerosos elementos arquitectónicos, muchos de ellos en claro abandono, que están íntimamente relacionados en su morfología y materiales de construcción con el entorno que los rodea. Así pues, es relativamente sencillo encontrar en estas zonas diferentes tipos de hornos de muy distinto tipo: exentos o adosados a la cocina, con forma de campana, troncocónicos, semiesféricos, de cueva artificial y forrados de tosca, de escorias volcánicas, lajas, etc.

Y pasiles como los llamados matacanes con un lecho de material volcánico, picón o escorias de pequeño tamaño, pasiles de laja, construcciones de unas pequeñas tarimas levantadas en altura, en jable, en eras o azoteas, etc.

El Cabildo de Tenerife, a través del Servicio Técnico de Agricultura y Desarrollo Rural, desarrolla el Proyecto Cauce Sur, con el que se pretende contribuir a la valorización y promoción de este tipo de elementos patrimoniales asociados a los espacios de medianías del sur y a las actividades, usos y aprovechamientos vernáculos que históricamente se han venido desarrollando en la zona, y que contribuyen a configurar el paisaje de este territorio y la identidad de sus habitantes.


Este artículo ha sido previamente publicado en el número 114 del Boletín Informativo Desarrollo Rural, editado por el Cabildo de Tenerife. Todas las imágenes mostradas en este artículo han sido tomadas de la revista Rincones del Atlántico.


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