El Teatro Municipal de Gáldar, uno de los edificios históricos más singulares del municipio, presenta un estado deplorable, después de casi catorce años cerrado por obras de rehabilitación.

El Teatro Municipal figura en el Catálogo Arquitectónico del Patrimonio Artístico de Gáldar. La construcción actual responde a un proyecto de 1912, y se fundó a mediados del siglo XIX durante el reinado de Isabel II. El proyecto no fue terminado y desde los años 70 se han producido distintas intervenciones para culminar las obras, sin que hasta ahora se haya conseguido.

En el mandato municipal 1999-2003, las obras del teatro reciben un impulso después de diez años de retraso, debido el mismo a las diferentes modificaciones del proyecto. En ese mandato, se finalizó la colocación del pavimento de platea y escenario, escaleras, barandilla de palcos y pintura interior, faltando por acometer la carpintería externa, el mobiliario y todo el equipamiento técnico.

En la campaña electoral de mayo de 2003, el estado del teatro fue utilizado por el Partido Popular para criticar al anterior gobierno municipal, asegurando que se estaba cayendo y que daban ganas de llorar al ver su deterioro. Como respuesta, el anterior grupo de Gobierno PSOE-CC organizó unas jornadas de puertas abiertas para que los vecinos vieran la situación real del edificio, y también se celebró el acto institucional del Día de Canarias de ese año, en el histórico recinto.

A principios de este mandado, el grupo de Gobierno PP-UPG/ BNR, organizó la Toma de Posesión de la nueva Corporación en el Teatro y también decidió utilizar el recinto para celebrar las sesiones plenarias del Consistorio, aunque meses después y debido al peligro que representaba el estado del techo de la caja escénica, o tal vez porque ya no interesaba, se decidió pasar las sesiones al salón de plenos de las Casas Consistoriales, siendo utilizado el edificio del Teatro para los ensayos de la Banda Municipal de Música.

En marzo de 2004, mientras la Banda ensayaba, se produjo un conato de incendio debido a que uno de los focos de luz del teatro comenzó a arder llegando hasta la madera. Desde esa fecha no se sabe nada más de las obras del edificio, hasta que a mediados del año pasado, el Cabildo anuncia que las obras de restauración de la caja escénica del Teatro Municipal de Gáldar han comenzado con un presupuesto de más de 101.100 euros, procedentes de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria, que dirige Pedro Luis Rosales, y ha sido adjudicada a la empresa Construcciones Rodríguez Luján, con un plazo de ejecución de tres meses.

Sin embargo, la realidad es que a día de hoy, justo cuando el Cabildo ha iniciado la licitación de la obra de ventanas y dotación de butacas para el recinto, el estado de deterioro del inmueble es alarmante, acelerando el deterioro cuando en meses anteriores, el interior fue utilizado como almacén y otras tareas de albañilería, cortado de piso, guarda de materiales de construcción etc., para el arreglo de las calles adyacentes al Teatro y Cueva Pintada.

Así, este medio (www.infonortedigital.com) ha podido comprobar que el interior del Teatro está en malas condiciones con el parqué arañado, lleno de excrementos de palomas, tierra, polvo y basuras, ventanas con desperfectos, paredes destrozadas, etc.

Resulta incomprensible que, cuatro años después, el teatro presente este estado de deterioro, máxime si se tiene en cuenta que se han anunciado inversiones millonarias, con las que el aspecto del edificio debería ser otro, eso sí, cambiando solo su apariencia exterior en un intento claro de esconder la realidad ruinosa del mismo.

El grupo de Gobierno municipal, tan preocupado hace cuatro años por el estado del Teatro, se presenta como el responsable de la situación actual, en la que han primado la desidia, la despreocupación y una mala planificación que ha permitido que se destrozase, lo que tanto tiempo se tardó en levantar. Esto viene a demostrar, una vez más, que se acometen obras de cara a la galería, escondiendo el interior, donde la dejadez para con nuestro patrimonio se vuelve a poner de manifiesto, con unas imágenes que demuestran el doble rasero que se utiliza, desgraciadamente con mucha frecuencia, por parte de los políticos que se mueven por interés, únicamente electoralista y partidista.

Les invitamos a que se descarguen el archivo adjunto donde podrán observar, con detalle el estado lamentable de este singular edificio, joya arquitectónica de nuestro patrimonio cultural. Para ello, pincha aquí.


Antiguo Colegio Jesús Sacramentado: bonito por fuera, destrozado por dentro.

Nuevamente un edificio municipal de alto valor cultural es pasto de la desidia y el abandono en su interior.


El Ayuntamiento de Gáldar ha iniciado una actuación con la que se pretende mejorar la fachada del edificio conocido popularmente como el antiguo colegio de las Monjas.

Así, el pasado verano, después de meses en los que la fachada del edificio presentaba distintos colores, se procedió al pintado completo de la misma, y desde hace unas semanas, se está procediendo al acondicionamiento de puertas y ventanas.

Esta actuación se puede considerar una política de maquillaje, ya que se arregla lo que se ve, pero lo que no está a la vista del ciudadano, sigue un proceso de deterioro alarmante que llevará meses y mucho dinero restaurar.

Así, el interior del inmueble se asemeja a una escombrera ya que en la mayoría de sus dependencias, desde la planta baja hasta la azotea, se amontonan los trastos, restos de obra y basura de todo tipo.

La escalera está en mal estado, los suelos presentan múltiples desperfectos, parte de los techos están descuartizados, y en las paredes campea el cableado eléctrico al descubierto, con el peligro que conlleva.

Situado en el centro monumental del entorno de la Plaza de Santiago, este singular edificio es un ejemplo claro del abandono y desidia que preside la política municipal de conservación de edificios históricos. Con una historia que arranca desde el siglo XIX, ha estado dedicado a diferentes actividades. En su momento fue conocido como el Hotel Inglés, y posteriormente sirvió para alojar a la congregación de Hermanas de Jesús Sacramentado, las cuales lo convirtieron en centro educativo. El edificio también albergó las oficinas de la Caja de Ahorros. En los primeros años del presente siglo, el ayuntamiento consigue recuperar la tutela del edificio. Desde ese momento, la corporación anterior y las actuales no han conseguido dar una utilidad clara al noble edificio. Primero que si hotel rural, luego restaurante, también casa de la cultura, vivero de empresas, oficinas municipales y, por último, el grupo de Gobierno decide cederlo a al Ministerio de Justicia para albergar un Juzgado de Familia, aunque la realidad es que ninguno de estos proyectos se ha materializado, mientras que el corazón del edificio ha enfermado gravemente.

El año pasado, el grupo de Gobierno puso en marcha un polémico taller de empleo para rehabilitar el inmueble, un taller que fue paralizado por Patrimonio del Cabildo ya que al parecer el ayuntamiento había vulnerado el procedimiento al no haber presentado el proyecto completo de las reformas que se pretendían realizar y por lo tanto las mismas no contaban con el visto bueno de Patrimonio, y no habían pasado como es necesario por la Comisión Insular de Patrimonio, un ejemplo claro de cómo se hacen las cosas, en lo que a patrimonio se refiere, en este mandato. Finalmente, a través del taller, se construyeron tres baños, mientras que el resto del interior del edificio seguía en un estado lamentable.

En este mandato, el edificio también ha sido utilizado por distintos grupos musicales para ensayar, aunque eso sí, pendientes de que se encendiera el alumbrado de la calle, para poder tener iluminación, ya que el inmueble estaba también dentro del plan de corte de fluido eléctrico, al que la compañía Unelco sometió al consistorio galdense por falta de pago del Consistorio.

Dadas las imágenes fotográficas del interior del inmueble, realizadas hace unos días, a las que ustedes pueden acceder, es para preguntarse cómo es posible que se haya tenido la desvergüenza de atentar gravemente contra un edificio histórico, sumiéndolo en un estado de suciedad y abandono lamentables, mientras se adecenta una fachada, para que los ciudadanos crean que por dentro está igual que por fuera, lo que a todas luces es una falacia.

Desgraciadamente, tenemos que invitarles de nuevo, a dar un paseo por la galería fotográfica que adjuntamos y lo comprueben por ustedes mismos. Pincha aquí.