El término municipal de Tinajo está situado en el centro-noroeste de la isla de Lanzarote, ocupando una superficie de 135,28 km (cuadrados), lo que supone el 16% del total insular(1). Se trata de un municipio agrícola y ganadero, representando una excepción con respecto al resto de los municipios lanzaroteño, ya que estos últimos mantienen el turismo como pilar fundamental de su economía. Por su situación geográfica y las escasas altitudes que alcanza el relieve de la isla, posee un clima semiárido, determinado por las escasas e irregulares precipitaciones, con elevada insolación y una considerable intensidad del viento.

El municipio de Tinajo cuenta con una topografía más o menos llana, interrumpida por los conos volcánicos, dispersos en el paisaje, que le dan identidad a esta singular localidad.

Gran parte de su territorio forma parte del Parque Nacional de Timanfaya, espacio natural que cuenta con la más alta protección dentro de la calificación de Espacios Naturales protegidos en nuestro Archipiélago.

Las coladas lávicas procedentes de la actividad volcánica, que tuvo una duración de seis años (1730 a 1736), rejuveneció ese territorio, excepto los conos volcánicos más sobresalientes, que no pudieron ser sepultados por la lava. Estas viejas formas son conocidas como “islotes” por su similitud con una isla, en este caso, rodeado de coladas jóvenes.

La población del municipio está distribuida en diez núcleos: Tinajo (capital municipal), La Santa, Tenézara, El Cuchillo, La Costa, La Cañada, Tajaste, Mancha Blanca, La Vegueta y Tinguatón, albergando un total que supera los cinco mil habitantes, en su mayoría campesinos, que han sabido sacar el máximo aprovechamiento de los recursos que el medio les ha ofrecido.

Es, precisamente, en el apartado del manejo del medio natural, donde se encuadra la suelta y apañada del ganado, sobre todo de cabras, ya que las ovejas han sido poco significativas en ese lugar.

LA APAÑADA DEL GANADO. El pasado domingo 24 de Abril, en el lugar conocido como El Islote –una de las zonas de mayor belleza de Tinajo- se llevo a cabo la apañada del ganado, único lugar de Lanzarote donde se efectúa.

La información para poder realizar este artículo se la debemos a don Manuel Arbelo Fernández, ganadero y organizador de la apañada y a don José Nieves Caraballo quien nos proporcionó las imágenes que ilustran el texto.

Como ya hemos mencionado líneas atrás, la población de Tinajo ha basado su economía en la actividad primaria; dentro de ella, la ganadería ha jugado un importante papel por su aporte de leche y carne. La alimentación de los animales se ha centrado en los recursos de su medio natural (actualmente se puede recurrir a otras alternativas que ofrece el mercado). Por tal motivo, soltar las cabras en la época en que éstas no son productivas, ha sido una práctica habitual.

Esta actividad fue muy frecuente en Tinajo, hasta que, por diferentes motivos, llegó a desaparecer, recuperándose entre los años 1996/97. El lugar donde se soltaron el presente año es conocido como La Caldera Blanca, en las proximidades de El Islote, territorio en el que permaneció el ganado hasta su recogida.

LA SUELTA DEL GANADO. El momento más indicado para la suelta es cuando empieza el verde, acontecimiento que no es muy frecuente en la isla. En esta ocasión se llevó a cabo el día 28 de diciembre del pasado año.

Los animales que se soltaron tenían entre un mes y mes y medio de nacidos (machorras), además de los machos, es decir, los que no están en producción láctea. Allí permanecen mientras hay pasto: “ellas van solas, las madres no porque están dando leche. Están allí mientras hay verde, después se sacan. Este año se sacaron pronto porque ya los machos se estaban saliendo pa fuera”.

Antes de soltarlas, el ganado debe estar marcado, las marcas se realizan en las orejas del animal, cada uno de los ganaderos tiene su propia marca, con ello se evitarán confusiones: “la marca (de sus cabra) fue hecha mía, es dos cortadas, una en cada oreja; hay muchas marcas, cada uno tiene la suya”; en este caso, las marcas no están registradas: “el ayuntamiento no las quiere reconocer”.

Para controlar el ganado mientras está en El Islote, los ganaderos se acercan hasta el lugar de vez en cuando: “ a veces van unos y otras veces otros, es por si se vienen pa la carretera (...) “.

La disponibilidad de pasto es variada, contando con “rama de criada, tevete, pata, hierba muda, cenizo, aulaga, treopelotilla, cerrajón dulce, vinagrera...”.

LA ORGANIZACIÓN. Como es normal en una actividad de esta naturaleza, debe haber una persona, experta y conocedora, tanto del ganado como del lugar, que organice toda la actividad. En el presente año fue don Manuel Arbelo Fernández, Presidente de la Asociación de Ganaderos de Tinajo quien posee una extraordinaria calidad humana.

En esta ocasión se apañaron cuatrocientos animales, de los cuales treinta y cinco fueron ovejas y el resto ganado caprino.

Aunque la asistencia fue de un total de setenta personas, sólo treinta eran cabreros y participantes activos de la apañada. El organizador distribuyó por grupos a los participantes, de forma que cada uno de ellos tenía asignada una zona: “vamos a tocarlas a todas, no se mira de quién es una o la otra, hasta llegar al corral”.

Una vez en el corral, en esta ocasión se improvisó: “un cerco en La Caldereta, no llegan los coches”; si alguna cabra ha parido, el baifo va con su madre, recibe la misma marca que ésta, y el dueño se la lleva a su corral.

Este singular evento concluyó con un almuerzo entre todos los asistentes donde se brindó con “garbanzas, carne de cabra compuesta, vino...”

Publicado previamente en El Baleo.