El espectáculo Monagas somos todos, del veterano actor Pascual Arroyo (Tenerife, 1945), fue el protagonista cultural este fin de semana en La Aldea de San Nicolás. Esta obra de teatro, que lleva más de un año representándose por todas las islas, llega a un punto culminante de su devenir en el municipio aldeano.
Monagas somos todos es la adaptación de textos del conocido autor Pancho Guerra que, como sabemos, tienen como personaje principal a Pepe Monagas. Pascual Arroyo ha trabajado algunos textos significativos de Guerra dando como resultado la escenificación de unos monólogos representados por él mismo, llenos del hálito presente en los Cuentos de Pepe Monagas.
Tal es la valía y el juego que dan tanto los textos de Pancho Guerra como el trabajo de Arroyo, que la Asociación Cultural BienMeSabe.org y la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias harán un importante trabajo didáctico a partir de esta puesta en escena grabada este fin de semana.
En este sentido, tres fueron los focos de grabación en el municipio, a lo largo de la calle peatonal: la tienda Juan Déniz y la zapatería Naso (dos de los museos vivos del Proyecto Cultural de Desarrollo Comunitario de La Aldea) y el Centro Municipal de Cultura como colofón.
La importancia de este fin de semana en el acogedor pueblo de La Aldea de San Nicolás radica en que las grabaciones llevadas a cabo, junto con los textos de Guerra, serán los materiales principales en el proyecto educativo canario que se nombraba anteriormente.
No es casual, por tanto, que para tal trabajo se haya contado con uno de los más interesantes proyectos culturales que en las últimas décadas se ha dado en Canarias: el Proyecto Cultural de Desarrollo Comunitario de La Aldea. Los mayores del Proyecto estuvieron presentes en todo momento durante las grabaciones, así que serán parte activa de los trabajos que estarán en todos los centros de Canarias. La presencia del zapatero Venancio Pérez “Naso”, del entrañable don Eloy en la tienda o de muchos mayores encima del escenario del Centro Municipal, junto con la maestría de Pascual Arroyo, hicieron de La Aldea el marco ideal para los Cuentos de Pancho Guerra. EL PUEBLO TOMÓ EL ESCENARIO: quizás sea esta afirmación la que mejor refleje el espíritu de los cuentos de Monagas. Y esto sucedió literalmente en La Aldea.
Todo no hubiera salido tan bien sin la colaboración prestada por el Ayuntamiento del municipio y sus trabajadores de la televisión local; por Miguel Guerra García de Celis, familiar directo de Pancho Guerra que vela por la memoria del mismo; y por los mayores del Proyecto, por su coordinador José Pedro Suárez Espino, por Marcial González Medina, por Emeterio Rodríguez Suárez y por Víctor Valencia.