El Cabildo de La Gomera trabaja a ritmo acelerado para adecuar el Santuario de Puntallana, que aloja a la Patrona Insular, al entorno natural. Así lo anuncia el presidente de la Corporación insular, Casimiro Curbelo, quien defiende la rehabilitación del espacio y asegura que se cuenta con todos los informes favorables.

Curbelo explica que las obras aún no han comenzado porque el Cabildo ha exigido que se haga un proyecto acorde con el entorno y que reúna todos los requisitos del Plan Director. Señala también que, con la intención de agilizar la actuación, la Corporación insular convocó una reunión, que se celebró recientemente en Tenerife, y en la que estuvieron presente representantes del Gobierno de Canarias, el Obispado, el Cabildo, el Ayuntamiento de San Sebastián, donde se localiza el santuario, y la Agencia de Protección del Medio Urbano y Natural.

"El objeto de este encuentro fue definir la mejor actuación para la zona, en la que ya trabajan los técnicos y de la que se irá informando paulatinamente a las distintas administraciones", añade antes de destacar que "las cosas se van haciendo bien y así seguirán haciéndose".

El máximo representante insular se refirió también a la pavimentación del acceso que conduce al lugar, catalogado como Reserva Natural Especial, y en el que se incluyen antiguos concheros, de modo que constituye un Área de Sensibilidad Ecológica, a la vez que ha sido incluida por en la normativa regional como Lugar de Importancia Comunitaria.

"Lo que se ha hecho es una pavimentación base, que fue informada favorablemente por el Patronato de Espacios Naturales, para luego realizar un camino con piedra, tal y como recoge el Plan Director. En consecuencia - indica- , no caben las criticas de quienes se camuflan de ecologistas, pero están guiados por fines partidistas, pues trabajan directamente para algún partido".

El máximo representante insular hace hincapié en la importancia de proteger la Reserva Natural Especial de Puntallana, tanto en lo que se refiere al paisaje como a la estructura geomorfológica del domo de Aluce, que tiene valor paleontológico y arqueológico (B.I.C. desde el año 2004), pues se trata de una duna fósil, en la que, además, vive flora y fauna endémica o amenazadas.

Indica que, de hecho, la protección del espacio natural se basa en la riqueza faunística, flora y paisajes naturales de destacado interés científico, así como en la alta riqueza fosilífera que lo convierte en un enclave único y de excepcional valor a proteger.