Alrededor de 40.000 personas han visitado el Portal de Belén instalado en el Cabildo de Tenerife desde que abrió sus puertas, el pasado 5 de diciembre. En su décimoséptima edición, y bajo la coordinación del Organismo Autónomo de Museos y Centros (OAMC), el motivo elegido para esta ocasión ha sido la comarca isorana, obra del belenista de la zona, José María Mesa, quien recrea varias estampas del siglo XIX.

Hasta el próximo viernes día 6, en horario de 09,00 a 15,00 horas y 16,00 a 21,30 horas (excepto el Día de Reyes, que abre únicamente por la tarde), personas de todas las edades podrán admirar un portal que recobra aspectos relacionados con la canariedad y se ambienta en la zona sur de la Isla. Está elaborado con figuras de gran formato ataviadas con la indumentaria tradicional que representan, además, los oficios propios del lugar y de la época, como la construcción de paredes, la cantería, la realización de tejas o la venta ambulante.

La realización del Portal de Belén del Cabildo de Tenerife es siempre un gran acontecimiento, puesto que tanto los trabajadores de éste como el resto de ciudadanos esperan ansiosos la particularidad de cada una de las representaciones (cada vez distinta respecto a la anterior). En esta ocasión, los responsables de su elaboración han aprovechado la celebración del centenario del nacimiento de uno de los grandes pintores isleños, y originario del municipio de Guía de Isora, Martín González, para evocar su manera de interpretar los paisajes.

Como cada año, las aportaciones voluntarias que hacen los visitantes del Portal de Belén se destinan a una obra social. La recaudación será entregada a la Fundación Tutelar Sonsoles Soriano, cuyo fin es el cuidado de personas con discapacidad intelectual en situación de desamparo. Dicha institución tiene su sede en el Centro Insular de Entidades de Voluntariado, en Santa Cruz, y atiende, actualmente, a diez personas de diferentes edades a las que proporciona asistencia profesional a través de un equipo compuesto por un abogado, un trabajador social y un administrativo. La Fundación gestiona los asuntos profesionales de estas personas en el transcurso de todas sus vidas desde que se hace responsable de ellas, cosa que suele ocurrir en caso de fallecimiento de sus progenitores o cuando los mismos no pueden responsabilizarse de ellos.