Revista nº 1036
ISSN 1885-6039

Día de las Letras Canarias.

Martes, 03 de Enero de 2006
Antonio Henríquez Jiménez
Publicado en el número 86

El Consejo del Gobierno de Canarias del martes 13 de diciembre, a iniciativa de la Dirección General del Libro, ha instituido como Día de las Letras Canarias el 21 de febrero de cada año. Tal día se conmemora el fallecimiento del gran polígrafo canario José de Viera y Clavijo. Cada año se dedicará a un autor de nuestras Islas. Esta iniciativa tiene como finalidad el reconocer el trabajo de todos los canarios dedicados a la literatura, a la investigación, a la crítica, a la edición, a todo lo referente al libro.



El Consejo del Gobierno de Canarias del martes 13 de diciembre, a iniciativa de la Dirección General del Libro, ha instituido como "Día de las Letras Canarias" el 21 de febrero de cada año. Tal día se conmemora el fallecimiento del gran polígrafo canario José de Viera y Clavijo. Cada año se dedicará a un autor de nuestras Islas. Esta iniciativa tiene como finalidad el reconocer el trabajo de todos los canarios dedicados a la literatura, a la investigación, a la crítica, a la edición, a todo lo referente al libro.

Este hecho demuestra una sensibilidad nueva que ojalá se concretice en acciones prácticas. Ya era un síntoma elevar a la categoría de Dirección General las cuestiones referentes al Libro, Bibliotecas y Archivos. Unida a la iniciativa de fomentar la lectura en la sociedad canaria con el regalo por Navidad de libros canarios, es de esperar que se consiga infundir el deseo de conocer a nuestros escritores, críticos, historiadores e investigadores.

Claro es que los autores que viven y a duras penas pueden publicar (sólo lo hacen los consagrados o los que tienen amigos que canten excelencias donde las haya y donde no) dirán para sí que primero ellos que los muertos. Mantener el equilibrio parece difícil.

Por otra parte, en la escuela es donde primero se debe hacer hincapié en el amor por la lectura. Los profesores deben ser capaces de hacer ver el valor del libro, y presentarlo como algo que puede enriquecer la personalidad.

También las instituciones deben coadyuvar a ese amor por los libros. La iniciativa del Cabildo de auspiciar, en 24 tomos, la edición de las novelas de Pérez Galdós es de todo punto digna de encomio. Pero cuando ves que cada tomo te cuesta 18 euros, la cosa cambia algo. El amor por Pérez Galdós debe extenderse también a esa faceta de poder hacer más asequible las ediciones que patrocina la institución que afirma tanto amarlo.

¿Y qué pasa con los autores desconocidos, o poco editados, y que tienen algo que decir a los canarios de hoy? Parece ser que la iniciativa gubernamental va también en el sentido de que se conozcan textos de escritores imposibles ya de encontrar o nunca editados. Esperemos que no pase como alguna nueva editorial canaria, la cual está editando de nuevo a muchos de esos autores, copiando ediciones antiguas, sin corregir erratas y sin una fiable introducción; guiada, al parecer, por el simple hecho de copar el mercado, sin tener en cuenta que los textos aparezcan de una manera digna.

También es una pena contemplar la venta, en el rastro, de libros pertenecientes a bibliotecas públicas, a bibliotecas de colegios y de centros oficiales. En los centros escolares es difícil ver una biblioteca que funcione. Cuesta mucho, por lo visto, dedicar a un profesor a esas tareas de orientación de una biblioteca escolar. Hay tres elementos que hablan de una educación de calidad en un centro: la biblioteca activa, el funcionamiento de un grupo de teatro y la presencia de un coro. ¿Cuántos centros oficiales se pueden permitir este “lujo”, que debería ser una necesidad? Eso necesita dedicación, y parece que los recortes de profesorado no auspician para nada estas acciones deseables.

Que las intenciones no se queden simplemente en intenciones buenas, o en buenas intenciones.

Comentarios
Viernes, 06 de Enero de 2006 a las 20:04 pm -

#03 Sobre la obra traducida de Alonso Quesada al polaco, a la que hace referencia A. Henríquez, se puede leer algo pinchando en la siguiente dirección [url=http://www.bienmesabe.org/noticia.php?id=5674]http://www.bienmesabe.org/noticia.php?id=5674[/url]

Viernes, 06 de Enero de 2006 a las 19:23 pm - A. Henríquez J.

#02 Amigo Molinero. Gracias por tu reflexión.

La desgracia que tenemos es que hasta ahora nuestros políticos culturales, ni los empresarios del libro, parece que no han caído en la cuenta del interés de que se pueda leer a nuestros escritores, ensayistas, historiadores, etc., en otros idiomas, simplemente porque no han creído en ellos, por no decir otras cosas.

Bastó una pequeña indicación a una traductora polaca, para que sus alumnos se pusieran a traducir algo de Alonso Quesada. Te tengo que informar que, a una petición mía de que una institución pública le enviara las obras del escritor, todo fueron problemas. Al final, tuve que enviárselas yo personalmente. Eso indica que no hay sensibilidad, al menos hasta ahora, para estos asuntos.

Parece que la iniciativa de la Dirección General del Libro del Gobierno de Canarias es algo serio y pensado. Yo tengo fundadas esperanzas en que el asunto saldrá adelante.

A mí me extraña que la iniciativa privada tampoco haya dado pasos en este sentido. Posiblemente por la cicatería y el desprecio que se tiene por el trabajo intelectual, incluida la actividad de la traducción. El ejemplo que pones de la pequeña editorial alemana Zech es alentador. A ver si se cogen recortes.

Viernes, 06 de Enero de 2006 a las 12:17 pm - molinero

#01 Bien por la iniciativa, nada que criticar, lo que no entiendo es que apenas existen traducciones de autores canarios al inglés y alemán, los dos grupos de turistas más numerosos, unos 6 millones por año, y los tenemos poco menos que delante de la puerta. Cierto, hay que tomar en cuenta que la mayor parte de los turistas no vienen a leer pero calculando sólo con un 0,5% de aficionados duros a la lectura se acabaría por vender unos 30.000 libros por año, sin contabilizar las ventajas colaterales de la creación de una imagen cultural-literaria de las islas a pequeña escala, libro por libro. En la actualidad, al menos entre alemanes, se suele ver a las Canarias como islas llenas de analfabetos simpáticos cuya producción literaria no pasa de libros de cocina. Una pista para encontrar consejo profesional: en Tenerife está la minúscula editorial alemana Zech que posiblemente estaría interesada en colaboraciones. Ya edita a Rafael Arozarena, ... preguntar no más. Está en internet.