Sobre el origen de las Hogueras de San Marcos
“A San Marcos cuando le iban a quemar, idearon de quemarle las barbas, entonces una tribu lo interpretó aquello como que lo iban a quemar todo. Pero después otro amigo de ellos, un alumno, les dijo que a San Marcos hay que recogerlo porque la tribu esta no va a quemarle la barba, va a quemarle el cuerpo. Acordaron después de traer unos animales feroces para que se lo comieran, en sí, carne cruda. Pero entre ellos había uno que lo ideó y dijo: «no vamos a traer el león de la selva». Y trajo una manada, un conjunto de leones, pero entre ellos había uno que era más feroz, ese fue el que se fue a las sandas, a los pies, a salvarlo. Y para ahuyentarlo, para que no le quemaran le dijo un alumno: «nada, aquí hay que hacer las hogueras con leña aromática, que la leña esa ahuyenta a los animales salvajes que se lo iban a comer» y así lo hicieron.
“Le pegaron fuego a las hogueras, alrededor de él, y se ahuyentaron todos los animales que iban a atacarle a él. Y de ahí pasó ya a la fiesta del pueblo, verdad”.
- De cómo llegó San Marcos a Agulo.
“La fiesta del pueblo viene, casi por unos piques, San Marcos no era para aquí para Agulo, San Marcos era para La Palma. Pero se presentó un mal tiempo que no pudo pasar de donde está nombrada hoy la Playa de San Marcos y estuvo cinco días el barco ahí, machacando fuera contra mar y viento. A ver si podía regresar, o sea seguir, entonces tuvo que regresar y no es que tuviera que ir a San Sebastián, que no había muelle, lo desembarcaron aquí en la playa de Agulo”.
Al Santo “lo sacaron unos señores de allí de la parte de La Montañeta, que es de aquí del pueblo de Agulo también. Y querían entre dos Fulanos, que tenían mucha pasta, comprarlo, uno u otro. Uno era de aquí de parte de Las Casas y el otro de allá. Pues nada, lo pusieron en subasta y el que más diese por él se quedaba con el Santo”.
“Y ese señor de La Montañeta tenía más poder y se quedó con él, pero siempre explicando de que le dijeran una misa y al sacarlo, en vez de venir por uso y costumbre, por aquí por donde vienen las procesiones, llevarlo allá, a donde lo compró, al de La Montañeta. Y dejarlo fuera de la casa un cuarto de hora, decir una misa, una ceremonia y después ya seguir con dirección a dar el recorrido por aquí por la parte de Las Casas”.
Las Hogueras y la Fiesta
“Después de terminar el recorrido lo ponen en la puerta de la iglesia. Y están las hogueras ya hechas, y hacen el mismo caso que le hicieron cuando la tribu esa le iban a quemar”.
“Pues nada, le hicieron 25 hogueras. Empezaron por la primera, que era la mayor y después ya va muriendo después hasta la menor. Y el papel que se lleva a hacer como la tribu esa, era saltarla: saltar las hogueras esas alrededor. Y después de saltarlas ponían al santo dentro y seguían bailando el baile del tambor y Viva San Marcos. En fin, romances a San Marcos. Después seguía la orquesta, de esas callejeras. Y le cantaban también «Viva San Marcos Evangelista que ya lo pusimos en nuestra ermita». Ese fue el final cuando lo entregaron ahí”.
“Pues luego, ese señor de la Ayala de La Montañeta, en la Playa de San Marcos, le puso el nombre, porque la mujer de él, casualmente, se encontró un botón y había como imitando a un santo y le hicieron el nicho en la Playa de San Marcos. Y le celebraban, que lo dejó dicho él, a los 8 días la octava y llevarlo a la playa, dejarlo allí un tiempo y después traerlo a la parroquia. Y esa es la fiesta de San Marcos”.
“Bueno, allá por los años, no sé yo cuento desde mi edad, desde el año 25, pues voy a poner del 30 para acá ha sido la fiesta siempre igual”.
“El 25 de abril y después el ocho de mayo es en la playa”.
“El 25 de abril se celebra aquí en Agulo, que es lo mismo que le cuento. La procesión va allí al señor que lo compró y después sigue para acá, a dar el recorrido aquí en las casas”.
Leña que se utiliza en las Hogueras
“La leña de sabina, que es leña aromática que ahuyentó los salvajes, los animales salvajes, para que no se lo comiesen a él. Con leña de sabina, que dejaba mucho aroma. Lo cual otras maderas no dejan, si dejan su sabor a lo que es, pero la sabina es muy olorosa. Se da mucho aquí en La Gomera”.
“Esa leña, había promesas, había devotas al santo y le pagaban dinero a un Fulano, para que trajera unos poquitos de rolos de madera de esa. Se abrían y después se hacían en las hogueritas éstas”.
“Eso lo compraba, por ejemplo, yo mismo y le decía a un Fulano, si yo no podía, «mira ve a buscarme un poquito de sabina, que debo una promesa a San Marcos para hacerle la hoguera».
“El que compraba la madera, la sabina, ese era el que debía la promesa y nosotros lo hacíamos gratuitamente para después saltar las hogueras”.
Saltando las Hogueras
“Los chicos de aquí del pueblo y las chicas también colaboraban en la cosa esa. En hacer las hogueras. De 10 a 10 m. se hacía una. Y se hacían 25 alrededor de la iglesia. Después nos poníamos en fila y saltábamos la hoguera todos alrededor. De la más grande hasta la más pequeña. Y San Marcos fue puesto en la puerta de la ermita, en la iglesia, como la persona que está asomada para ver lo que le hicieron a él, el sacrificio que le iban a hacer para quemarlo”.
“Y por eso el león lo nombraron después el salvador de él que es el que tiene hoy de reliquia, que es el que está a los pies él, que está en las sandas. Ese fue quien salvó todo”.
“Cada uno encendía dos o tres, íbamos a echar un poco de queroseno, y con los charascos menudos de los mismos ramos o de la misma sabina, tiene unos cabitos finitos que prenden enseguida. Y levanta la llama, y eso tiene como una gomilla, la misma sabina es como si fuese una goma y eso prendía enseguida”.
“A cuatro o cinco metros de alto. Y dejábamos que se aplacaran un poquito para poderlas saltar, porque si no quemaba a uno pelos y todo. Y usábamos como unos cucuruchos en la cabeza, como medio balón en la cabeza para poderlas saltar, para que no quemáramos el pelo y las piernas y todo”.
“Hubo un accidente en uno que casi se quema si no le sacan, porque venían uno de arriba y otro de abajo, que estaba prohibido. Era en fila, todos a la derecha y dar vueltas así. Pero uno que estaba un poco tomao, se mete y tropieza, y cayó dentro de la hoguera, pero no le pasó nada. Un poco quemarse la piel”.
“Pero era muy precioso, venía mucha gente, porque eso lo miran como una cosa de salvajes, de salvajada. El pegar fuego a un santo y el prender ese fuego así y lo mira la gente".
“Cualquiera, todos, chicos, grandes, jóvenes, viejos… al que le nacía el saltarla por capricho. El más avanzado ya en edad esperaba a que se aplacase ya la hoguera para poderla saltar sobre un pie nada más. Pero nosotros la juventud como teníamos esa fuerza grande y potencia, pues saltábamos a lo alto”.
“El Santo lo ponían en el hueco de la puerta de la parroquia y después venía el repique de campanas. Y entonces íbamos saltándolas las hogueras todos los chicos y luego pues seguías pues el baile de tambores alrededor caminando, pero no sobre las hogueras sino por los vacíos alrededor de toda la plaza, tomando el baile tambores”.
“Eso es como la reliquia esa que hicieron cuando los animales esos, en la tribu imitando eso. El saltarla era como aplacar el fuego, sí en vez de apagarlo, pues paseando sobre ella, se aplacaba el fuego para no quemar las barbas a San Marcos”.
“La señal era el terminar de por sí. Ellas iban muriendo poco a poco, lentamente, mientras más madera había, más duraba. Pero esperaban a que se quemara la última para finalizar ya la quemaduría de las hogueras para recoger el santo dentro de la iglesia. Después dejaban las puertas abiertas y el santo dentro del altar”.
“Y después a bailar con las orquestas ya de músicas populares”.
¿Quiénes saltaban las Hogueras?
“Bueno, cuando estaba todo prendido, cuando prendían todas, que estaban todas prendidas ya se empezaba a desfilar sobre ellas, hasta finalizar sobre el fuego, se iba saltando. Se iba aplacando el fuego y los viejitos también saltaban a razón de la capacidad de llama”.
“Mujeres, no. Mujeres no saltaban nunca, si hubiese sido en esta época de hoy sí, pero en aquellos años eran todo… porque ahora usan pantalones las mujeres, pero antes no llevaban más que la bata. Y nosotros llevábamos pantalón corto”.
Después de las Hogueras
“Al otro día se recogían las cenizas, que caía su carbón. Todo eso lo recogían después para cocinar en las casas, gente que madrugaba y recogían todas las brasas esas y cocinaban con ellas. Después se barría la calle y cogían la misma ceniza que quedaba para abono de las plataneras. Que eso contenía una sal, que alimentaba la mata de plátano. Y después ya continuaban los bailes”.
“Y después seguía el baile de tambor en una pista, en la plaza de allá y en la de acá era el baile de cuerda”.
“Por aquella época se decía eso de "¡Viva San Marcos Evangelista!", que lo pusimos en la ermita. Y después lo repetían todo el vocerío. A San Marcos Evangelista que lo pusimos en la ermita”.
El Día de San Marcos
“Se vivía estupendo, muy alegre, el día de San Marcos, se hacían amasijos, se hacían trajes, se hacía ropas buenas para lucir ese día, que era el Día del Patrón. El Santo Patrón eso era un festival grande”.
19:17, PC. “Yo ya no la saltaba porque yo perdí la pierna a los once años, pero desde muy pequeño la saltaba, desde nueve años… gateando se puede decir, hacía uno la imitación de que saltaba las hogueras. Y aún así, faltándome la pierna llegué a saltar, porque tenía unas copitas y me empuyaron los muchachas para pasar el rato”.
La Fiesta de San Marcos en la actualidad
"Igual, la fiesta es igual. No ha aumentado en más arte, ni en más nada, sino la reliquia esa. Desde que yo la conocía hasta estas fechas es igual. La sobiera, el repique de campanas, el santo en la puerta, chacras y tambores. Y después dos pistas de baile, una de chacras y tambores y la otra de cuerda o de aire”.
“Sí hoy más facilidad y más aumento, para reverdecerlo más claro hay más forma ahora”.
”Anteriormente las calles eran de piedra, empedradas, que decíamos. Y se hacían ahí. Y para que no reventara la piedra, porque la piedra viva con el fuego estallaba, se le hacía se enfundaba la hoguera, se ponía tierra, se sembraba una capa tierra a la altura de un dedo para que no dejara huella en la calle”.
Se ponen las mismas hogueras pero en menos espacio para no estropear el suelo de la plaza que fue enlosada hace unos años.
“Tiene mucho mérito, porque como son los patrones eso se derriten por ir a las fiestas esas, a la de la Mercedes y a la de San Marcos. Es una fiesta muy nombrada y viene mucha gente de fuera, de Tenerife y de aquí de la isla toda”.
“Vienen unos en promesa, otros por ver cómo es la fiesta. Sí ver algo distinto a otros sitios, a otros lugares. Esa misma de las hogueras eso es muy popular, para nosotros no porque lo hemos visto siempre. Pero otras personas que no lo han visto… pero han venido desde Tenerife a ver las hogueras y a verlas saltar y meterse también ellos a saltarlas”.
Fuentes
. Entrevista a José García Suárez: fue realizada por el colectivo Tagaragunche en la preparación de la serie documental La Gomera, hablando con la memoria.
. Imágenes de las hogueras tomadas de la página www.agulo.net