Como bien indica su nombre, esta fiesta que desde 1811 celebran los agricultores de las medianías del norte de Gran Canaria en el municipio de Guía, tiene como protagonistas dos elementos primordiales, a saber: la Virgen María y el campo-bosque de la isla.
En el caso mariano se trata de la advocación de la Virgen de Guía, a la que los campesinos se dirigieron en aquel aciago año, lleno de calamidades como fueron el cólera y la langosta, para que “María” les librara de la terrible plaga de cigarras que aniquilaba y destruía sus cosechas.
Cuenta la tradición oral que ante los ruegos comenzó a llover y desapareció la plaga, con lo que en agradecimiento los agricultores prometieron celebrarle una fiesta anual donde le ofrecerían los ramos de los árboles y los frutos de la tierra, como símbolos de lo que por su acción “María” hizo que la langosta no devorara. De aquí por tanto el binomio las Marías y la Rama.
No obstante esta fiesta también era denominada en el siglo XIX como “Fiesta de los Ramos”, así lo podemos ver por ejemplo en la obra Resumen Histórico Descriptivo de las Islas Canarias del médico Domingo Déniz Greck que nos dice:
En 1811 arribo a las islas una inmensa plaga de langosta. Volaba sobre ellas en espesos nublados que interceptaban los rayos del sol. Su voracidad fue espantosa y exterminó los campos.
En esta ocasión los vecinos de la Villa de Guía en la Gran Canaria, ofrecieron a su patrona N.S. de Guía, celebrarla anualmente, por la total extinción de esta plaga asoladora. Desde entonces viene la fiesta de los Ramos, que tiene lugar en uno de los domingos del mes de septiembre, en el que las gentes bajan del campo llenas de alborozo armados de ramas de árboles, y reuniéndose a la entrada del pueblo salen luego para la plaza y entran en bullicioso júbilo en la Iglesia Parroquial, ostentando sus alegres y lozana ofrenda, cuyo acto acaba de solemnizarse con una función religiosa.
La información aportada por el Dr. Déniz Greck es muy importante ya que este nació en 1808, por lo tanto es contemporáneo a los hechos que describe.
También la encontramos así denominada en el periódico El Omnibus del día 24 de septiembre de 1856: “De la Villa de Guía nos dicen lo siguiente: Celebrándose en el día 28 del corriente la fiesta que aquí llaman de las Marías o de los Ramos (...)”.
LA RAMA.
Si en algo es pintoresca esta fiesta, es precisamente por las ramas que portan los campesinos con los frutos de sus cosechas, para ofrecerlas a la Virgen de Guía, perpetuando así el voto, la promesa de sus antepasados. Cuestión esta que en el caso de Guía no hay que confundir con las “enramadas” de las iglesias, ermitas o calles, que parece sí es el caso de Agaete, que luego en los años 60 del siglo XX derivó en lo que hoy es la fiesta de ese municipio (ver Valentín Barroso. Revista Global).
Como ejemplo en el año 1821 encontramos en los libros de fábrica de la Parroquia de Santa María de Guía que en agosto el párroco anota en los mismos: “Por ocho reales de plata por despencar las palmas para la función del 15 de agosto. Por más otro peso de cortar y traer una carga de junco del Barranco de San Felipe para enramar la Iglesia en dicho día.”
Así pues, “La Rama” de Guía es la primera de Gran Canaria según los documentos que hasta ahora conocemos, frente a otras “Ramas” surgidas por mimetismo con la de Guía, como apunta el Cronista Oficial de La Aldea, Francisco Suárez Moreno (Programa de las fiestas de La Aldea 2004).
Junto a la Rama de Guía hay otros elementos inseparables a ella, y son los medios que en 1811 los campesinos tenían para ahuyentar a la cigarra, y estos fueron el ruido y el humo principalmente. Para ello utilizaron los bucios o caracolas, con las que provocaban un estridente sonido, al que unieron los tambores y cajas de guerra del Regimiento de Milicias de Guía, pues no en vano desde el siglo XVI existía en Guía un Tercio de Milicias, que en 1708 se transformó en Regimiento, con once compañías cada una con 140 hombres, es decir el Regimiento de Guía estaba formado por 1540 militares y cada Regimiento contaba con una sección de tambores.
Ya por último señalar que si esta fiesta tan popular sigue celebrándose 194 años después, ha sido porque los mayordomos de Las Marías de Guía, han sabido mantener de generación en generación, la promesa de sus antepasados, fiel a lo que fue, sin introducir elementos espurios como ha sucedido en otras fiestas o Ramas de nuestra isla.
(Para más información puede ir a http://www.fiestadelasmarias.com/).
Sergio Aguiar Castellano Licenciado en Filología Hispánica y Especialista Universitario en Archivística.