Tras visionarse la obra del cubano nacionalizado mejicano Óscar Oramas en centros internacionales del arte contemporáneo como Studio Steeve Lynch o la EVO Gallery de Estados Unidos y compartiendo galería con artistas de la talla de Richard Serra, pasando por el Centro de Bellas Artes de Tenerife y obteniendo en todos ellos un inusitado éxito, la muestra Pueblo de Pescadores se traslada a la isla del meridiano a través de la coordinación de la Galería Oramas Vicario y la organización del Cabildo de El Hierro.
El público herreño podrá disfrutar del 2 al 15 de septiembre de una de las propuestas más destacadas de este joven artista que irrumpe en el panorama internacional con una plástica centenaria que parece haber vuelto a la vida como el ave fénix: la pintura.
Habiéndose licenciado en el Instituto Superior de Diseño de La Habana, Cuba, Oramas obtiene una beca para desarrollar la maestría en Artes Visuales en la Academia de San Carlos, México DF. Desde entonces comienza una verdadera odisea plástica en la que conociendo la dificultosa situación contemporánea, Oramas se hace notar. Pasando por el figuralismo vivamente colorido, la abstracción y el monocromatismo, echa ahora la vista atrás para ver el camino recorrido, y es en ese momento donde podemos disfrutar del más exquisito Oramas, en el que sabe conjugar plenamente todos estos elementos del lenguaje utilizados hasta la fecha y construir a partir de ellos.
El resultado de este entramado estético se materializa, pues, en la muestra propuesta para esta primera quincena de septiembre en El Hierro.
Óscar Oramas tiene maestría en Artes Visuales en la Academia de San Carlos, México DF, y licenciatura en Diseño Gráfico en el Instituto Superior de Diseño de La Habana, Cuba.
La muestra “Pueblos de Pescadores” la componen telas de gran formato y trabajos sobre papel. Las formas recuerdan redes, velas, casas de cualquier poblado marinero.
Con una estética cincuentena, a lo Kline o Pollock, las telas son de un grafismo brutal, intuitivas y basadas en la espontaneidad, en la inspiración que va haciendo y deshaciendo mientras se trabaja.
En el papel, Oramas disfruta de la textura, de su olor, teje capas de acrílico que anuda con un lápiz, se divierte. Son obras de una limpieza formal casi escultórica.