Revista n.º 1089 / ISSN 1885-6039

La Flor del Olivar.

Viernes, 25 de noviembre de 2005
Agustín Aguiar y colaboradores
Publicado en el n.º 80

En época de deshojar las mazarocas de Millo para rellenar los colchones de fajina, era habitual que las familias se reunieran por la noche para hacer ese trabajo, por lo que el momento era propicio para toda clase de cuentos y leyendas. Eran los más pequeños, quienes más disfrutaban escuchando relatos de brujas y fantasmas, o historias de aventuras de príncipes y reyes. De aquellos cuentos de siempre, quizás éste que vamos a narrar sea uno de los más conocidos: La Flor del Olivar.

Foto Noticia La Flor del Olivar.



(Ver la leyenda.)

Narrador: Una vez había un rey que tenía tres hijos. Era muy viejo. Un día llamó a sus tres hijos y les habló así:

Rey: Antes de morir quiero saber a cuál de vosotros voy a dejar mi reino. Vais a marchar por el mundo en busca de la flor del olivar. El que la traiga será el heredero.

Narrador: Salieron los tres hijos del palacio y emprendieron el camino. Marcharon juntos hasta que llegaron al lugar donde el camino se partía entre ramales. En este sitio habló el mayor y dijo:

Hermano: Que cada uno vaya por su camino. Dentro de tres años volveremos a encontrarnos en este mismo sitio, y sabremos cuál de nosotros ha tenido la fortuna de encontrar la flor del olivar.

Narrador: Y se separaron. El más pequeño de los tres, decidido, siguió el camino hacia delante; pero puesto que era pequeño adelantaba muy poco; y vio que la noche se le echaba encima; tuvo miedo y se puso a llorar. Llorando iba cuando una mujer le salió al camino preguntándole:

Mujer: ¿Por qué lloras?

Niño: Porque mi padre me ha mandado en busca de la flor del olivar, y está cayendo la noche, y no podré encontrarla nunca.

Mujer: No te apures, ven conmigo que yo te la buscaré.

Narrador: Y guiado por aquella mujer se perdió por los caminos que daban la vuelta al mundo. Pasaron los tres años, y según habían prometido al separarse, se reunieron en el mismo sitio los tres hermanos. El más pequeño llevaba la flor del olivar pero no lo decía, porque la mujer le había advertido que si descubría lo que llevaba, sus hermanos le darían muerte.

Hermano: Nosotros no traemos la flor del olivar, ¿la traes tú?

Niño: Yo no.

Hermano: Sí, tú la traes.

Narrador: Se lanzaron los dos sobre él, lo registraron y dieron con la flor del olivar que llevaba escondida... Allí mismo le dieron muerte, y al borde del camino lo enterraron. Pero al enterrarlo le dejaron el dedo chico fuera. Después se marcharon al palacio del rey, su padre. Del dedo chico del pequeño príncipe nació una caña. Pasó por allí un día un pastor con sus ovejas, se hizo una flauta con aquella caña pequeña y empezó a tocarla. Pero en vez de notas musicales salía de la flauta una voz misteriosa que decía:

Niño: Pita, pita, pastorcillo
No me dejes de pitar
Mis hermanos me mataron,
Por la flor del olivar.

Narrador: Y el pastorcillo, todo maravillado por lo que la flauta decía, se fue con ella a la ciudad. Entró tocando por las calles. Pasó por delante del palacio del rey. Y el rey oyó la voz de la flauta. Mandó a llamar al pastor y cogiendo la flauta la tocó. Y la flauta le dijo:

Niño: Pita, pita, pastorcillo
No me dejes de pitar
Mis hermanos me mataron,
Por la flor del olivar.

Narrador: Se maravilló el rey, y dándole la flauta a la reina le dijo que la tocara ella también. Y la flauta dijo:

Niño: Pita, pita, pastorcillo
No me dejes de pitar
Mis hermanos me mataron,
Por la flor del olivar.

Narrador: Desconfiado el rey llamó a sus dos hijos. Mandó al mayor que tocara. Y la flauta dijo:

Pita, pita, hermano mío
No me dejes de pitar
Que tu mismo me mataste,
Por la flor del olivar.

Narrador: Mandó el rey que tocara el otro. Y la flauta dijo:

Niño: Pita, pita, hermano mío
No me dejes de pitar
Que si tú no me mataste,
Me ayudaste a enterrar.

Narrador: Descubierto por la flauta el terrible delito cometido por los hijos del rey, éste mandó a encerrarlos para siempre en la torre más alta de su castillo, castigando así a los malos hermanos que por heredar un reino, no dudaron en dar muerte a su hermano.



Créditos.

El cuento “La Flor del Olivar” forma parte del extraordinario trabajo, doble CD o DVD, que lleva por título El patio de mi casa, una meticulosa y brillante recopilación de cuentos, juegos, canciones, música y danzas del ayer, que bajo la tutela de Agustín Aguiar, uno de los grandes estandartes de la música tradicional en Canarias y un grupo de jóvenes entusiastas, les ha llevado a conseguir no sólo el reconocimiento en nuestras islas, sino también a conseguir premios nacionales e internacionales.

En esta ocasión el reparto de colaboradores que han prestado su voz en “La Flor del Olivar” son:

1. Narrador: Moncho Henríquez.
2. Rey: Ulises Guillermo Hernández Díaz.
3. Hermano1: José Miguel de Salamanca.
4. Mujer: Paula Díaz.
5. El Niño: Carlota Pimentel.
6. Hermano 2: Agustín Aguiar.



Desde estas “dulces” páginas de BienMeSabe.org, nuestro más sincero agradecimiento y reconocimiento a todas aquellas personas, especialmente a Agustín Aguiar, que han convertido nuestros sueños y nuestra memoria en recuerdo vivo, en testimonio sonoro y visual para nuestras próximas generaciones.

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