Revista n.º 1072 / ISSN 1885-6039

Chanito Isidrón: una leyenda del punto cubano.

Jueves, 17 de noviembre de 2005
Miguel Ángel Hernández Méndez
Publicado en el n.º 79

Recuerdo en casa un disco de puntos cubanos traído de Venezuela. Sólo Chanito Isidrón y el Jilguero de Cienfuegos, se atrevían a hacerle sombra a los discos de corridos mejicanos. Sus décimas venían de un tiempo que ya tenía aureola casi mítica. La de la emigración a Cuba de nuestros abuelos. Una Cuba que ellos nos habían hecho sentir también nuestra.

Foto Noticia Chanito Isidrón: una leyenda del punto cubano.




Un campo maravilloso/ lindo sol que reverbera/ sublime brisa campera/ cielo azul y suelo hermoso./ Un valle verde y gracioso/ una montaña intrincada/ una límpida cañada/ y una espléndida vivienda/ toda esta es la hacienda/ de don Patricio Moncada...


Así comenzaba esta historia, “culebrón” versificado (123 décimas, ¡1230 versos!), que tan popular se hizo en Cuba y en Canarias. Aquí son más conocidas como las "Décimas de Camilo y Estrella" pero su título original es Amores Montaraces y su autor Chanito Isidrón que, en 1938, con esta obra, se convirtió en fundador de la novela en décimas para ser cantada. Le siguieron Arturo y Magdalena (1939); Abnegación (1941) y Diario de una huérfana (1943). Dejó inéditas: La huella fatal (1943); Más allá del amor (1944) y Los trágicos amores de Gloria Rangel, esta última publicada parcialmente en 1986. La radio cubana contribuyó extraordinariamente a la difusión de estas obras pero fue "Camilo y Estrella" la que se consagró en la memoria del pueblo cubano y canario. Aún recuerdo cómo en casa guardábamos con devoción una libreta donde mi abuelo (que pasó 32 años en Cuba) las tenía apuntadas. Esas décimas constituían nuestros pequeños tesoros.


Cipriano Isidrón Torres, “Chanito”, era un pichón de isleño, como comúnmente se les llama en Cuba a los hijos de padres canarios. Nacido en Calabazar de Sagua, antigua provincia de Las Villas en 1903, comenzó a improvisar desde los ocho años, siendo figura imprescindible en todas las fiestas a las que concurrían cantadores de fama. En 1931 abandonó las faenas agrícolas que había conocido desde la niñez y se lanzó con su guitarra a recorrer los pueblos villaclareños, donde empezó a llamársele “el elegante poeta de Las Villas”. La voz y la guitarra de Chanito Isidrón transitaron gloriosamente los caminos de Cuba durante más de medio siglo y se sembraron unánimes en el corazón de su pueblo.


Se inició, en 1936, en la radio de Santa Clara, y su nombre fue conociéndose a través de programas dedicados especialmente al campesinado. Ya nuevos y mayores empeños requerirían su presencia cuando La Cadena Azul, que llegó a convertirse en la cadena radial más escuchada de Cuba, lo contrató para escribir novelas guajiras hechas en décimas y cantadas. La época de oro de la radiodifusión cubana -años 40 y 50- lo tuvo como principal protagonista en sus programas estelares destinados a la música guajira: “Buscando el Príncipe de Punto Cubano”, cuyo tronó ocupó, y “Dímelo cantando”.


El impacto de esta presencia lo describió certeramente el poeta y narrador Félix Pita Rodríguez con estas palabras: Recuerdo con precisión el hecho, porque aquel poeta de tan honda raíz popular, de inspiración siempre fresca y cargada de intención, fue para mí un poco como una revelación en aquel inolvidable programa “¡Dímelo cantando!”. Todo lo cubano era para mí entonces como un redescubrimiento. Muchas cosas sabidas, me aparecían de pronto con sus perfiles verdaderos. El humor agresivo de Chanito Isidrón era como una explosión de rebeldía, de protesta, de anuncio de futuro”.


Cuentan que un día escuchó mencionar el nombre de Manuel Cuquillo -el gran poeta palmero- y un día se apareció en la tienda del Troncón -propiedad de Cuquillo-. Desde entonces surgió una intensa amistad entre ambos poetas que se complementó con diferentes canturías.


El compositor cabiguanense Arturo Alonso Días dedicó unas décimas a Cuquillo: Chanito Isidrón decía/ que Cuquillo siempre fue/ hijo del Cucalambé/ que en su décima tenía/ el alma que le ponía/ su profunda inspiración,/ su lenguaje, su dicción;/ todo el que lo conoció/ sabe que Cuba le dio/ alma, vida y corazón.


El investigador cubano Rafael Alcides dijo de Chanito: Cuando yo era un niño campesino, ya Chanito era un dios del canto. Después crecí, dejé de ser campesino y Chanito Isidrón siguió siendo un dios. Pero ya nadie de aquellos tiempos -ni de los que vengan después- osaría especificar... del canto. Un tractorista que, según dicen, recuperó la vista “pidiéndoselo” a Chanito, me dijo el año pasado que hoy Chanito vela con su alegría y su guitarra en la “seca” y en la primavera, protege en los partos animales y muchachas; y en los atardeceres y en las mañanas, suele a veces improvisar -siempre ocurrente como él solo- “a través” de los nuevos decimistas radiales”.


La última proeza de Chanito Isidrón fue escribir la saga del héroe legendario Manuel García, Rey de los Campos de Cuba (1985) -biografía poética del “bandolero social” hijo de isleños que luchó por la independencia de Cuba- en el que la épica vuelve a escribirse en versos. En su estudio introductorio, a esa edición, el poeta y crítico Virgilio López Lemus señala: Es raro que este protagonista (que realizó hazañas similares a las de afamados “caballeros” europeos inmortalizados en cantos épicos glorificadores), no tuvieran su saga en versos. Ya existe: Chanito Isidrón la ha realizado.


Fallecido el 22-7-1987 y poeta de una fabulosa capacidad narrativa, Chanito Isidrón será siempre para su pueblo la imagen elegante y sonriente de su más alto trovador; él pudo hacer suya la memorable frase de Montaigne: “No hago nada sin alegría”.



MI 75 ANIVERSARIO


Ya inició el último cuarto
de siglo de haber nacido
y mi madre haber sufrido
el ¡ay! del último parto.
Si lo olvido reparto
en etapas prudenciales
son tres las más esenciales,
y la final será ésta
que coronará mi testa
con las nieves invernales.

Y yo, Cipriano Isidrón
-quizás si mi nombre asombre,
porque quien me puso el nombre
no me tuvo compasión.
Pero hay una explicación
por muchos desconocida
y es que mi madre querida
que se llamaba Cipriana,
años cumplió la mañana
en que me trajo a la vida.

Por esa causa al chiquito
denominaron Cipriano;
el Cipriano bajó a Chano
y Chano vino a Chanito.
Muchas manos han escrito:
“Señores Chano y Sidrón”,
figurándose que son
dos, como Diana y Apolo,
sin saber que es uno solo
largo, flaco y narizón.

Y no me equivoco. Ya estoy
en el momento supremo
de la vida y no le temo
si el último tumbo doy.
¿La tumba me llama? Voy
con mi modesto equipaje
a realizar ese viaje
de precisión absoluta
y con la hoja de ruta
en el bolsillo del traje.



FUENTES:

- Testimonios recogidos en La Gomera.
- Chanito Isidrón: Manuel García, Rey de los campos de Cuba. Prólogo de Vicente López Lemus, Ed. Letras Cubanas, La Habana, 1989.
- Chanito Isidrón: “Dímelo cantando”. Selección y presentación de Raúl Luis. Ed. Letras Cubanas, La Habana, 1994.
- En internet: http://www.lajiribilla.cu. “El elegante poeta de Las Villas cumple 100 años”.


DISCOGRAFÍA BÁSICA:

- Décimas Guajiras. Vol I y II. Chanito Isidrón con las guitarras de Ojeda. Producciones Gema. Venezuela.
- Chanito Isidrón. Su voz y sus décimas (décimas dichas, no cantadas, con su gracejo único).
- Décimas jocosas. Chanito Isidrón con el Conj. Campo Alegre. Areíto.

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