Revista n.º 1066 / ISSN 1885-6039

El Minué. Miércoles Grande de la Bajada.

Martes, 12 de julio de 2005
José Guillermo Rodríguez Escudero
Publicado en el n.º 61

Mañana, día 13 de julio, es el llamado miércoles grande de las Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen de Las Nieves. Se encontraba Luis Cobiella Cuevas viviendo en Madrid en 1944 cuando recibió el encargo de componer la música y el texto de un ballet ambientado en los jardines parisinos y palatinos de Versalles. Se pretendía que fuese una obra espectacular para representarla el miércoles de la Semana Grande de la Bajada de 1945. Todos los que gestaron aquella magnífica idea fueron los desaparecidos: Alberto José Fernández García, Argelio Pérez Algarrada, Álvaro Rodríguez Fernández, Celestino Cabrera y Celio Díaz.

Foto Noticia El Minué. Miércoles Grande de la Bajada.


(...) Con menos pasado, un lucido ballet conocido por “minué” demuestra que la juventud y la belleza pueden unir términos aparentemente contrapuestos como la Virgen y Versalles; ello está, desde los albores de nuestra cultura, en la línea del Juglar de Nuestra Señora, en la línea de los Seises de Sevilla (...). (Luis Cobiella Cuevas, Pregón de la LXV Bajada de la Virgen).

 


Historia


El minué o minuete era una antigua danza francesa, oriunda de la región de Poitou, que hizo su aparición hacia 1670 y adquirió una gran popularidad. Desde que Lully lo introdujera en sus obras, este baile y la música de esta danza entraron a formar parte de prácticamente todas las óperas o ballets de la época. Más tarde, con la entronización del rey Luis XIV, el minué se introdujo en la corte y aquel compositor compuso especialmente para la realeza numerosos minués, origen de los bailes con solos. Más tarde comenzarían a interpretarse con dos parejas. El minué, de compás ternario, era al principio más bien rápido, pero en el transcurso del siglo XVII fue moderando su movimiento hasta convertirse en un baile muy comedido. También Aurelio Campmany en su obra sobre folklore español, decía que “la composición musical que se canta y se toca para acompañar al baile es de compás ternario”. Es en este siglo cuando se introduce en España. Uno de los primeros que se conoce es el que se bailó en Madrid con motivo del nacimiento de Luis I (1707-1724), primogénito del rey Felipe V y de María Luisa de Saboya.


Ya en el XVIII aparece en las suites de orquesta y de clave, en forma de dos minués acoplados. Se convirtió rápidamente en un movimiento de sinfonía, el tercero para J. Stamitz, quien lo amplió con un trío. El minué también pasó a la sonata. Es cuando su movimiento adquirió más vivacidad, hasta convertirse en el “scherzo beethoveniano”. En algunas obras de compositores románticos también se encuentran los minués, aunque de carácter arcaico. En su forma clásica, el minué, como dijimos, es ternario: “1º, exposición: a) tema con repetición; b) breve desarrollo y vuelta al tema, con repetición; 2º ,trío, con el mismo plan que la exposición; 3º, reexposición de la primera parte, sin repetición y con coda facultativa. Algunas obras más importantes contienen dos tríos…”.


La periodista Hernández Pérez nos informa de que en “1745, en Málaga, publica un libro Bartolomé Ferriol, donde se recogen varias maneras de este baile, que en ese momento, llamaban minuete, y que se siguió bailando hasta principios del siglo XIX”.

 

Minué en la Bajada de La Palma de 2000.

 


El Minué en la Bajada


Se encontraba Luis Cobiella Cuevas viviendo en Madrid en 1944 cuando recibió el encargo de componer la música y el texto de un ballet ambientado en los jardines parisinos y palatinos de Versalles. Se pretendía que fuese una obra espectacular para representarla el miércoles de la Semana Grande de la Bajada de 1945. Todos los que gestaron aquella magnífica idea fueron los desaparecidos: Alberto José Fernández García, Argelio Pérez Algarrada, Álvaro Rodríguez Fernández, Celestino Cabrera y Celio Díaz.


El primer Diputado del Común de Canarias e Hijo Predilecto de la capital palmera, don Luis Cobiella, tenía que pagar unas 16 pesetas diarias en régimen de media pensión en Madrid, “sin derecho a piano”. Gracias al instrumento que poseía su amigo el melómano don Francisco Aciego de Mendoza pudo finalmente componer el primer “Minué”, al que llegó a titular Minué, Romanza y Coro. En él, vestuario, música y coreografía del baile “rememoran esas danzas cortesanas dieciochescas”.


A pesar de ser el más reciente de los números de las Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen de Las Nieves, ya se ha convertido en un “clásico” de la programación lustral. Actualmente las fastuosas representaciones tienen lugar el miércoles de la Semana Grande y continúan hasta bien entrada la madrugada del jueves, famoso día de Enanos.


Poco después, la partitura de piano y voces llegó a Santa Cruz de La Palma y rápidamente se encargó su instrumentación. En palabras del propio músico, se preparó las partituras de la composición musical para cada uno de los instrumentos que la ejecutarían “según su existencia en plaza: flauta, dos clarinetes, saxo si bemol, dos trompetas, tromba, 2 trombones, dos violines y contrabajo (cito esto porque hubiera sido buen precedente condicionar los instrumentos a la existencia en plaza; condición que sólo se sigue en el caso de los Enanos, gracias a Dios).”

 



 


Los cuatro Minués


Este primer Minué fue representado en 1945, 1950 y 1970.


“Esta danza se viene representando desde 1945. Comprende distintos ritmos y estilos musicales, siempre clásicos, al servicio de un baile que, por atavíos y escena, pudiera situarse en pleno siglo XVIII. En todo caso no es el rigor histórico sino la invención espontánea de palmeros no profesionales lo que dicta, cada cinco años, el deseo de belleza”.


“Una de las últimas incorporaciones a estos números, es la del Minué, que se inició en 1945, y aunque dejó de hacerse en algunas Lustrales se retomó en 1965 con mayor brío, pasando en la actualidad a ser todo un clásico. Este festival de música nació de la inspiración del ilustre palmero Luis Cobiella Cuevas, y siempre ha sido su musa la que ha compuesto las partituras de este Festival del siglo XVIII, al igual que la letra del mismo”.
Fernando Leopold Prats


El Minué en 1950 aún salía a la calle durante toda la mágica noche del Miércoles Grande en una magnífica carroza, que en ese año evocaba los fastuosos y recargados jardines versallescos. La gran plataforma móvil estaba adornada con grandes arcos de los que pendían grandes arañas con velas.


El título del segundo “Minué” (1955) fue reajustado según el deseo de sus creadores. Fue titulado Festival del Siglo XVIII. El autor lo instrumentó para una orquesta un poco más amplia. Fue representado también en 1960, 1965 y 1975.


En la representación del 9 de julio de 1975 fueron catorce las parejas que representaron la danza bajo los acordes de la orquesta sinfónica de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas, siendo concejal responsable F. González Sosa. La Masa Coral de La Palma estuvo dirigida por Elías Santos.


En una curiosa carta custodiada en el Archivo General de La Palma (Archivo FSFC), firmada en abril de 1975 por el propio director de la Sociedad Coral de Santa Cruz de La Palma, Elías Santos Pinto, éste se dirigía a todos los cantantes que integran la Masa Coral antes de la Bajada. En ella recordaba a todos sus integrantes la necesidad y la obligación de asistir a todos ensayos, de los que sólo se puede “eludir por causas justificadas ante el Sr. Director Artístico de la Masa Coral”. El músico necesitaba saber exactamente cuántas personas integrarían el Coro para, entre otros asuntos, calcular “el gran gasto que supone dotar de vestuario a todos los cantantes”. Entre los numerosos actos en los que participaría esta agrupación, se encontraba el Minué. También recordaba que era una “sociedad de arraigo y solera en nuestra Isla”.


Otro de sus “Minués” lo compuso en 1980, esta vez titulado Minué de los Aires en Re, “para orquesta sinfónica completa, coro mixto, cuarteto solista y coro de niños”. Se representó también en 1985, 1995 y 2000.


El periodista Mariano Cáceres, en la prensa local, escribía en 1995 que el maestro Luis Cobiella había compuesto “cuatro obras diferentes, que se han repetido para atender las representaciones de diez lustros durante la noche del miércoles de la Semana Grande. El que se ofrece en la presente ocasión glosa la tonada popular canaria, palmera especialmente, conocida por los Aires de Lima”.


                     Danzas de jardín, parejas que bailan
                     del siglo XVIII.
                     Baile dieciochesco con sus pelucas,
                     Guantes, abanicos, joyas, pañuelitos…
                     Moda al aire de una época pasada.
                     El Minué que tieene olor a perfume de flor.
                     Música dieciochesca y a la francesa.
                     Ese ambiente de brindis a pétalos, aroma
                     Que forece a al juventud con el traje
                     Lleno de belleza y colorido de una época
                     Del siglo XVIII.
                     Parejas que sonríen en unanoche respetuosa 
                     Que se vuelve mujer de mano y beso.”
                     («El Minué», José Juan Pérez Morera).



En el tríptico informativo sobre el “Minué” que, a modo de programa, se publicó en las Fiestas Lustrales de 1980 se leía: “Plaza de Santo Domingo. Miércoles 9 de julio. Sucesivas representaciones a partir de las 10 de la noche. Música y texto: Luis Cobiella Cuevas… Diseños y Escenografía: Alberto J. Fdez. García. Vestuarios: efectuados en los talleres del Excmo. Ayuntamiento por distintas Sras. de Santa Cruz de La Palma…”. En esta edición bailaron quince parejas de jóvenes. Participaron también los coros de Niñas y la Masa Coral de La Palma, los solistas (triple, contralto, tenor y barítono), la Orquesta Sinfónica de Santa Cruz de Tenerife. Todos bajo la dirección de Luis Cobiella.


                     (...) Este cálido invento
                     se hace fiesta lustral
                     a través de anacrónicos ensueños
                     -colores, modos, luces-:
                     alegres aires sobre ritmos lentos,
                     decir ajeno en melodías propias,
                     cantar universal con verbo nuestro.

                     Esta noche es el sueño de los días
                     que desearon el lejano reino
                     de la belleza y la elegancia,
                     flor que entreabre su final secreto
                     cuando se rinde ante las damas
                     la cortesía de los caballeros.

                     La noche es un deseo de belleza
                     deseado en el tiempo
                     de la inutilidad de la hermosura
                     y la inutilidad de los deseos”.
                     (Festival del siglo XVIII. Minué de los Aires en Re).


Una de las personas que, a través de los últimos lustros, ha colaborado desinteresadamente para que el “Minué” haya sido así de exitoso, ha sido, sin lugar a dudas, la desaparecida Maica Lerín, directora del baile. “Su saber, su bondad, su educación exquisita constituyó seguro fundamento de un número que, poco a poco, va cobrando carácter tradicional”.


En 1990 ejecutó el titulado Minué de Santo Domingo, para orquesta sinfónica completa, coro mixto y coro de niños.


Es aproximadamente en el mes de marzo cuando empiezan los ensayos del baile, donde las jóvenes ya van provistas de una especie de gran armazón ligero que forma la voluminosa falda del “miriñaque”, también llamado “can-cán”.

 




Programa de la Bajada de la Virgen de 2000



Miércoles, 12 de julio.

22:00 horas, FESTIVAL DEL SIGLO XVIII “MINUÉ”. Heredero de las danzas coreadas que, desde su nacimiento, acompañaron la Bajada. Se presentó en el lustro de 1945; Luis Cobiella Cuevas, su creador, ha compuesto cuatro obras para este número fastuoso, en el Recinto Central.

En esta edición se representará “Minué de los Aires en Re”, letra y música: Luis Cobiella Cuevas; con la Orquesta y Coros de la Bajada. Solistas: Charo Vallés, soprano; Yolanda Medina del Pino, mezzosoprano; Javier Palacios, tenor; Santiago Santana, barítono. Director musical: Isabel Costes. Escenógrafo y vestuario: Juan Luis Curbelo. Coreógrafo: Víctor González Martín y José Ángel Gordillo Rodríguez.

Dos representaciones: 22:00 y 23:30.”

“Junto a estos números que podemos llamar históricos, da su nota de modernismo (¿) entre otros, el Festival Antiguo, donde el mundano, aristocrático y delicioso minué de Corte se espiritualiza y enciende magníficamente en fervores religiosos para cantar reverente las glorias de la Madre de Dios; si la gentil pavana de los “seises” sevillanos rinde pleito homenaje a la Eucaristía, este minué de los niños palmeros alaba, con su pureza artística e infantil la blancura inmaculada de las Nieves de María…”. (Manuel Henríquez Pérez, «Noticia y glosa» (1955).

“El Minué es un baile de ritmo lento y comedido, que se ajusta a la escenificación de un clima distendido y cadencioso acorde con el carácter palmero. Un espectáculo donde la armonía de los movimientos se enmarcan en un ambiente palaciego, en el que elegantes parejas de jóvenes balan danzas a Nuestra Señora de Las Nieves y los solistas cantan arias en su honor (…). En el minué se entremezcla una evocadora nostalgia del siglo XVIII con la armonía y los timbres musicales del romanticismo, sin olvidar las incursiones en la música del siglo XX. Media hora apenas para sentirnos en mitad de una corte europea del XVIII, para rememorar los actos aristocráticos del siglo”. (Mariano Cáceres,
Diario de Avisos, 1995).

La periodista María Victoria Hernández también recoge en su obra sobre las fiestas palmeras las palabras de Luis Cobiella acerca de su obra. Para él, el minué, al igual que otros números fuertes de la Bajada de la Virgen, “pueden considerarse manifestaciones festivas o artísticas puestas a lo divino; los textos de los minués desdibujan un tú que pudieran ser La Palma, la Virgen, la nostalgia, la ilusión…(…) Me temo que, en nuestro caso, la puesta a lo divino aparezca también como una puesta a lo palmero. No acabamos de saber si el horizonte que nos rodea es ilusión o de nostalgia; tal vez por ello confundamos a lo lejos la ola con el barco, la nube con la isla, La Palma con la Virgen.” (
Diario de Avisos, 13 de junio de 1995).


Bibliografía

 

COBIELLA CUEVAS, Luis. «Hilvanes», La Voz de La Palma, Especial Bajada 2000, nº 108, del 23 de junio al 7 de julio de 2000.
- Idem, Pregón de la LXV Bajada de La Virgen.

Programa oficial de la Bajada de la Virgen. Años: 1980, 2000, Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma.

HENRÍQUEZ PÉREZ, Manuel, «Noticia y glosa», La Voz de La Palma, Especial Bajada 2000, nº 108, (del 23 de junio al 7 de julio de 2000).

LEOPOLD PRATS, Fernando. «Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen de la Isla de La Palma (I)», disponible en http://www.bienmesabe.org/noticia.php?id=1944 (consultada el 15 de mayo de 2005)

PÉREZ MORERA, José Juan, «El Minué», Edición Especial de la Bajada 1980, Achamán, Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, junio-agosto, 1980.

SANTOS PINTO, Elías, Carta, manuscrito, abril 1975, Archivo General de La Palma, Archivo FSFC.

Folklores y costumbres de España, Ediciones Merino, Madrid, 1988.

HERNÁNDEZ PÉREZ, María Victoria. La Isla de La Palma. Las Fiestas y Tradiciones, C.C.P.C., 2001.

CÁCERES, Mariano, Diario de Avisos, 13 de julio de 1995.

 

 

Las fotos son de la Bajada de la Virgen del año 2000.

 

 

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