Sábado, 12 de febrero de 2005
Canarias Ahora .com
Publicado en el n.º 39
La Guancha, situado en el municipio grancanario de Gáldar, es el yacimiento costero 'mejor conservado de Canarias y próximamente los arqueólogos recomenzarán las excavaciones a partir de los recursos económicos que genere la apertura del Parque de la Cueva Pintada.
El director del programa de investigaciones arqueológicas de La Cueva, Jorge Onrubia, afirma que el objetivo es dar un "tratamiento unificado a la Gáldar indígena" y "comparar el asentamiento de la costa de finales de los siglos XIV y XV con el interior del municipio", tras las exploraciones realizadas con la financiación que la Cueva Pintada produzca "para la conservación también de otros yacimientos de la isla".
Actualmente, la necrópolis está en un "estado lamentable de dejadez y abandono" pese a ser "el yacimiento más importante en su género en Gran Canaria y el más espectacular que ha llegado hasta nosotros", destaca el profesor titular de Prehistoria en la Universidad de Castilla La Mancha, Jorge Onrubia.
Además de por las seis estructuras funerarias, el conjunto de La Guancha está formado por cerca de veinte casas construidas en piedra seca, "agrupadas la mayoría entre sí, definiendo un entramado que varios expertos han calificado como proto-urbano", explica el arqueólogo Javier Velasco.
La necrópolis forma parte de un complejo arqueológico de gran magnitud que, según el comisario provincial de Arqueología, Jiménez Sánchez, alcanzaría los 75.000 metros cuadrados.
El mayor de los monumentos funerarios que integra es el Túmulo de La Guancha, que fue excavado en 1934 y hace tres años se investigó en el complejo por última vez. Ahora hay un proyecto con el objetivo de "poner en valor el yacimiento para convertirlo en visitable, adecentarlo, protegerlo y que se integre con la Cueva Pintada", manifiesta Onrubia.
El Túmulo de La Guancha representa una gran construcción de piedra seca de tendencia circular, en cuyo interior se localizaron 43 enterramientos con una "evidente ordenación jerárquica del espacio funerario con una disposición concéntrica relacionado con el "torrón" central de piedra", señala Velasco.
Los expertos no descartan con firmeza la existencia de otras construcciones de superficie aún ocultas bajo tierra y que tan sólo puedan ser puestas de manifiesto por nuevos proyectos de investigación arqueológica.
En este sentido, la arqueóloga Carmen Gloria Rodríguez asegura que se puede realizar una "prospección geofísica" en la zona y si se realiza una "limpieza superficial de 15 centímetros se ponen a la luz muchas estructuras".
[b]Falta de recursos y de voluntad" institucional.[/b]
Este tipo de investigaciones no se han realizado antes porque "el patrimonio exige financiación", aclara Jorge Onrubia, y, al contar con unos recursos limitados, se estableció como "prioritaria" la actuación en la Cueva Pintada por su "estado alarmante".
Onrubia se queja de que las manifestaciones de los políticos, destacando la importancia del conocimiento y preservación de las señas de identidad de Canarias, no se corresponden con la necesaria atención presupuestaria para evitar el deterioro al que está sometido el patrimonio arqueológico, monumental y documental.
Este profesor indica que "Gáldar desde el punto de vista simbólico fue la sede de la monarquía isleña en el plano político y religioso". Se trata de un municipio donde el "turismo arqueológico es fundamental", pero Onrubia advierte que "hay una falta de recursos y de voluntad del Cabildo grancanario, el Ayuntamiento y el Gobierno autónomo".
Para Javier Velasco, "La Guancha junto con la Cueva Pintada han constituido durante años una parte fundamental de algunas explicaciones globales del proceso de poblamiento prehistórico de la isla y, por tanto, en estrecha relación con los modelos de organización social, política y económica propuestos por algunos autores".
Las investigaciones futuras ratificarán que La Guancha es un ejemplo paradigmático de los mausoleos de los aborígenes, las residencias de guaires y harimaguadas, así como los túmulos colectivos, que han sido interpretados como panteones familiares en los que se daba sepultura a los miembros de la casta dirigente de la sociedad prehistórica de Gran Canaria.