Revista nº 1040
ISSN 1885-6039

La comarca norte de Gran Canaria recupera los viñedos.

Miércoles, 29 de Junio de 2005
María Josefa Monzón
Publicado en el número 59

La comarca norte, conocida popularmente en el pasado como el granero de la isla, por su importante producción agrícola, sigue buscando en su fértil tierra su sustento y recuperando al tiempo cultivos que han formado parte de su historia.

La comarca norte, conocida popularmente en el pasado como el granero de la isla, por su importante producción agrícola, sigue buscando en su fértil tierra su sustento y recuperando al tiempo cultivos que han formado parte de su historia.

Así, en los últimos años, la comarca ha recuperado su tradición vinícola, principalmente en el municipio de Gáldar, donde en un pasado lejano se elaboró un vino de calidad.

En la zona de La Vega, en El Saucillo y en la zona de El Cerrillal se concentra la mayor parte de terrenos que en el municipio de Gáldar están destinados al cultivo de la vid.

En el municipio de La Aldea de San Nicolás también se cuenta con agricultores que en los últimos años han dado el salto a la producción vinícola, estando previsto que en este año se recoja la primera cosecha de la única plantación de viña para vinificación que existe en el municipio. Se trata de una fanegada con 2300 matas de listón negro, tempranillo y castellana, de las cuales 1500 son listón negro.

En Gáldar, la plantación de Bodegas Viejo Antón en la zona de El Cerrillar se presenta como la más extensa de la comarca con 18000 m2 de las variedades listan negra, listan blanca y malvasía, apostando por una agricultura sin la utilización de aditivos químicos en un terreno ventoso que, aunque pocos lo creen, beneficia más que perjudica el cultivo.

En estos días, las parras empiezan a mostrar la riqueza de la cosecha de estos años, pero será a finales del verano, si el calor no aprieta, cuando los viticultores de la comarca comiencen la vendimia.

Tras la recolección de la uva comenzará la producción del vino, un proceso laborioso en el que se combinan las viejas tradiciones con las nuevas tecnologías, y en el que hay que estar siempre atento.

Tras obtener el mosto, el mismo pasa al depósito de fermentación, para transformar los azúcares en alcohol, un proceso que dura de cuatro a seis días, fermentación que se realiza bajo estricto control de temperatura. En esta fase, es muy importante también la rotura del sombrero, es decir, romper la costra que crea el vino, ya que la costra aísla el oxígeno y eso impide que se consiga una buena fermentación.

Para romper el sombrero hay que coger el vino de la parte de abajo y volcarlo en la de encima, una operación que se tiene que realizar cada seis o siete horas, para poder conseguir una buena fermentación.

Tras este proceso, el vino pasa a un depósito carente de oxígeno, para que se consolide la fermentación, una fase que dura de 90 a 150 días.

La producción del vino tiene que ser, sobre todo, cuidadosa, para poder conseguir un caldo de calidad, con filtrados realizados con esmero para no perder la decantación del vino.

Cuando termine el proceso de elaboración, los nuevos caldos serán embotellados, también con máximo cuidado. Después, sólo falta el placer de degustar los vinos del norte de Gran Canaria y si es con los amigos y un trozo de queso, mucho mejor.


Este artículo fue publicado el sábado 21 de mayo de 2005 en La Provincia/ Diario de Las Palmas.

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