Icod de los Vinos es en si mismo Patrimonio Histórico Artístico, dada la singularidad de su casco urbano, pero sobresale entre otras edificaciones la Iglesia Matriz de San Marcos, situada en la Plaza de Lorenzo Cáceres y también junto a la Plaza de La Pila donde se encuentra el singular ejemplar de palmera con siete brazos y forma de abanico o candelabro, que junto al Drago Milenario constituyen dos de los símbolos naturales de Canarias por su exuberante naturaleza. Drago cuya savia generó su magnífica leyenda, que junto a otras como la de Amarca ,…. constituyen otro enorme legado ancestral de nuestra cultura. Dicho entorno histórico artístico aumenta su esplendor con la llegada de la Fiesta del Cristo y la Semana Santa, donde Icod muestra no sólo su fervor religioso, sino sus magníficas y reconocidas obras de arte.
El matrimonio entre Icod y sus vinos es ya historia centenaria, cuyo presente y esperanzador futuro con la creación del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ycoden-Daute–Isora no debe perder el norte de conservar grandes los grandes elementos etnográficos de nuestra cultura patrimonial como pueden ser la conservación de los viejos y entrañables lagares y bodegas. Y como buen matrimonio, los vinos icodenses están fuertemente ligados a una arraigada tradición gastronómica, mescolanza de aportaciones aborígenes y de nuestros emigrantes. Debido a ello, Icod dispone de una amplia cultura gastronómica, sobresaliendo, no sólo por sus propios productos agrícolas, sino también por los productos de la mar, de ahí sus conocidas viejas sancochadas con papas arrugadas y mojo, así como sus carnes de cerdo, conejos, etc… además de la tradicional repostería, platos que podemos encontrar en las casas icodenses y en los muchos y buenos restaurantes de la zona. (Testimonio de tradición heredado de padres a hijos).
Otro aspecto de esa relación de Icod con sus vinos estriba también en ese vínculo de los vinos con su más original manifestación festiva como son las famosas Tablas de San Andrés tradición celebrada en los últimos días de Noviembre, oficialmente el 29 víspera del propio día de San Andrés. Tal fiesta consiste en echarse sobre tablas o tablones de madera de tea por las empinadas calles de nuestro municipio. A estas tablas se les suele untar en su parte inferior sebo animal, grasas, aceites, velas, etc… para que el deslizamiento sea mayor y por consiguiente también la velocidad. La espectacularidad de la fiesta se centra en las calles del Plano y San Antonio, siendo también el resto de las empinadas calles icodenses un entrañable motivo de encuentro con esta tradición. Las tablas de San Andrés como cualquier acontecimiento vivo, siempre está en un proceso de evolución, de incorporación de nuevos elementos de desplazamiento, etc… que a pesar del magnífico espectáculo visual que supone debe ser motivo de reflexión y debate sobre la preservación de tal identidad, considerada la más autóctona de la ciudad. El origen de esta tradición se remonta al siglo XVI, según nos comenta el famoso investigador icodense D. Juan Gómez Luis-Ravelo reconociendo que esta tradición nace y se desarrolla con ocasión de un trabajo cotidiano, el del transporte maderero para luego, al desaparecer éste, evolucionar y convertirse en expresión festiva que se vincula con posterioridad a la fiesta del apóstol San Andrés y al estreno del vino nuevo 1. De alguna manera, esta apertura oficial de las bodegas se ha trasladado a la calle, acompañada de las castañas asadas propias de esas fechas.
Otra tradición ancestral arraigada a este pueblo es Los Hachitos de San Juan que están relacionados con ese origen pagano del culto al fuego en el solsticio de verano. Antiguamente esta especie de candelabros con fuego eran de madera de pino, hoy en día son estandartes de madera con distintas formas de corazón, circulos, triángulos,etc... rodeados por una tela metálica cubierta de múltiples figuras decoradas con cintas, flores, o frutas naturales de la zona. Los estandartes están rematados en sus laterales con cacharras donde se prende fuego a las antorchas, todo este proceso evolutivo ha quedado reflejado en la siguiente copla, Con bolitas de petróleo los caminos se iluminan, ya se acabó la tea con que los hachos se hacían. Fernández Falcón (1978). Al caer la noche se prenden fuego las hogueras y empieza el recorrido festivo desde La Vega hasta El Amparo, que son los barrios altos del municipio con lo que la noche se convierte en un volcán de fuego al lanzar montaña abajo los hachitos simulando dibujos que escenifican el descenso de la lava. Todo el recorrido está amenizado por el majestuoso ritmo y baile del Tajaraste, como nos cuenta otro joven investigador icodense, Estanislao González, El baile no falta en cualquier alto del camino, interpretándose ahora sólo el –corrido-, pero las letras de –a cuatro- se mantienen vivas, incluso, cuando encontrándose con el santo que sale a su encuentro, se entonan delante de éste con toda su carga antirreligiosa.2
También el pago de EL Amparo se vuelve a convertir en cuna de otra tradición icodense La Romería del Poleo que es la celebración en la que se sube al monte a recoger el poleo para adornar la festividad de la patrón, una vez más acompañados por la tradicional Orquesta del Poleo al compás del tajaraste. Dicho poleo es traído para decorar el pórtico de la Iglesia de Nuestra Señora de El Amparo, engalanando la parte central con el llamado bollo que es un enorme bizcocho recubierto por los llamados alfeñiques que son también figuritas de azúcar. En las esquinas se colocan las madamas que son grandes muñecos de pan. Todo ello acompañados de cintas de colores, cestas de frutas, palma y el ya famoso poleo. La celebración de Los cestos y bollos de Santa Bárbara es otro canto alegórico a la extraordinaria agricultura de la zona. Los cestos decorados con frutas y verduras son cargados y colocados por las jóvenes solteras del barrio junto a los enormes cestos que se encuentran en el artesonado del pórtico de la Iglesia. Los bollos son las figuras de azúcar simulando animales, adornados con cintas multicolores.
Otra tradición viva en el pueblo icodense, pese a las prohibiciones, es la figura de El Diablo y la Diabla de Las Angustias. En esta fiesta estos "personajes" recorren las calles del barrio asustando a los chiquillos. Tal celebración tiene lugar a mitad de Septiembre con motivo de la festividad de Las Angustias.
Además de este amplio catálogo de tradiciones ancestrales Icod de los Vinos ofrece otras importantes manifestaciones populares fruto de la inmensa riqueza de su patrimonio popular, entre otras cabe señalar las siguientes, los Guanches de La Candelaria, la Romería de San Isidro en le Barrio de La Mancha, etc.. que se ven reflejadas también en el nuevo impulso que ha adquirido la celebración de la fiesta del Patrón del municipio San Marcos Evangelista, con su ya tradicional Paseo de las Tradiciones y Fiesta Canaria.
Fruto de este espectacular patrimonio de cultura popular son también Las comedias de El Amparo que ya desde los años 30 escribía Don Hermenegildo Socas. Estas parodias típicas de nuestro humor socarrón no han perdido la entrañable tradición costumbrista de nuestro vigente teatro popular. Icod también mantiene vivo su folclore musical a ritmo de tajaraste acompañado por el pito o la flauta, hoy en día casi sustituída por el acordeón, las castañuelas, y el tambor donde se recopilan los cantos de relaciones bailados en dos parejas, de ahí el nombre de baile a cuatro o el ya popular tajaraste de El Amparo o también conocido por Baile Corrido dado que tiene un ritmo similar a baile sentado o de a cuatro pero mucho más vivo y bailándose con las filas paralelas de hombres y mujeres.
Como herencia de este legado musical han surgido en los últimos 40 años grandes grupos de música tradicional que han sido santo y seña del folclore en Canarias, entre otros Los Chincanayros, Cheo y Pelicar, Bencheque, Agarfa, etc…. siendo no sólo referentes vivos de nuestra música con sagas familiares como los Socas, sino también aportando manifestaciones de rescate y conservación de nuestra inmensa riqueza musical. También Icod de los Vinos es cuna de grandes artesanos fundamentalmente la cestería tradicional y el mimbre, entre otras.
Por último, desde estas páginas virtuales, sólo nos cabe apoyar todas las iniciativas que se están realizando o se lleven a cabo en el futuro para que Icod disponga de un Museo Etnográfico de las Tradiciones, no sólo que testimonie su reconocido patrimonio con una espléndida carta etnográfica, sino que exhiba, en si mismo, todo el esplendor de sus tradiciones.
1 Gómez Luis-Ravelo,Juan. (1987), "Las tablas de San Andrés en Icod, una tradición del siglo XVI " Diario de Avisos ( Sta. C. de Tenerife) 29 de Noviembre.
2 González González, Estanislao (1984) " Baile sentado o de a cuatro: reminiscencias de un baile de brujas " El Día ( Sta, C. de Tenerife) 1984.