Revista n.º 1080 / ISSN 1885-6039

Las Vestimentas Tradicionales: vamos a ponernos de acuerdo en lo más básico.

Lunes, 28 de junio de 2004
Ricardo Reguera
Publicado en el n.º 7

Es conveniente abordar dos aspectos fundamentales dentro de la metodología de investigación y estudio de las indumentarias tradicionales: el criterio histórico y cultural.

Vestimenta tradicional de Fuerteventura del periodo XVIII-XIX. Dibujo de Silvestre Bello de los naturales de Fuerteventura a principios del siglo XIX



En el primer artículo dedicado a las indumentarias ya apuntamos algunos temas de interés que podemos ir abordando a lo largo del tiempo. A raíz de las numerosas intervenciones surgidas con el primer artículo (aprovecho para saludar y felicitar a todos los participantes), creo que es conveniente empezar por lo más básico para ponernos de acuerdo y así poder seguir ahondando en el tema con las bases bien fundadas. En este sentido, creo conveniente abordar dos aspectos fundamentales dentro de la metodología de investigación y estudio de las indumentarias tradicionales: el criterio histórico y cultural y la terminología empleada.

El criterio histórico se fija según la consideración de la evolución que se observa en el vestuario de los aldeanos tras el paso de determinados acontecimientos históricos. En la historia de Canarias los más importantes son:


1º-. El primer hecho histórico que supuso una modificación total de las indumentarias en Canarias fue la conquista española acaecida a partir de principios del siglo XV (finales de la Edad media). Con ella, la cultura aborigen de las Islas fue rápidamente absorbida por los nuevos patrones culturales que traían los colonizadores, modificando radicalmente los usos en el vestuario, que pasaron a seguir el mismo esquema que los indumentos europeos de aquella época.

2º-. A partir de entonces los vestuarios canarios van evolucionando hasta que a mediados del siglo XVIII se considera que se han estabilizado, conformando así unas vestimentas tradicionales, peculiares y características de las Islas y por tanto diferenciadas de las de otros lugares o zonas. La concreción de esta fecha como clave en el estudio de las indumentarias que posteriormente se llamarán ‘trajes típicos’ o ‘regionales’, es corroborada por la mayor parte de los investigadores que estudian las vestimentas tradicionales en Europa bajo un marco etnográfico, teniendo como principal referente en España a Luis de Hoyos Sáinz en su obra El método etnográfico en el estudio de la indumentaria regional de España (Barcelona, 1927).

3º-. El siguiente cambio histórico sustancial ocurre bien entrado el siglo XIX, momento en el que el desarrollo industrial (con la Revolución Industrial) conlleva grandes transformaciones sociales y económicas que modifican y generalizan los usos en el vestir. Si bien ya en este periodo las modas occidentales llegan hasta las zonas rurales, todavía se aprecian numerosas prendas tradicionales en los vestidos de diario, de faena e incluso festivos de los canarios de esta etapa. La notable influencia y desarrollo de los medios de comunicación e información acaecidos durante el siglo XX, así como el posterior influjo del turismo, iniciaron el proceso de desaparición de los últimos restos de la indumentaria tradicional en Canarias aunque, sorprendentemente, aún hoy quedan algunos testigos.

Vestimenta tradicional de Fuerteventura del periodo XVIII-XIX. Dibujo de Silvestre Bello de los naturales de Fuerteventura a principios del siglo XIX
Vestimenta tradicional de Fuerteventura del periodo XVIII-XIX. Dibujo de Silvestre Bello de los naturales de Fuerteventura a principios del siglo XIX



El criterio cultural trata del estudio de las diversas influencias culturales que incidieron en la diferenciación de las vestimentas canarias. Al igual que para otros muchos aspectos de nuestra cultura insular, los indumentos no se escaparon del ecléctico influjo de lo aborigen, lo español, lo europeo, lo americano y lo africano. Las mayores o menores aportaciones de cada una de estas culturas marcarían en determinados momentos la evolución y diferenciación de los usos en el vestir de los canarios. De la cultura aborigen sólo persistieron algunos elementos muy aislados ya que, desde la conquista de las Islas, la cultura española ha sido el patrón básico predominante. Las relaciones comerciales con determinados países europeos, entre los que destacan Portugal, Inglaterra, Francia, Italia y otros países de centroeuropa, afectaron también la cultura canaria durante determinados periodos. La localización geográfica de las Islas hace que éstas estén también bajo el influjo de la cultura americana, al ser un puente de paso hacia este continente. Sobre la aportación africana hemos de señalar que la presencia en las islas Orientales de numerosos esclavos moriscos procedente de Berbería en los siglos XV y XVI tuvo que afectar de alguna manera los usos de los habitantes de estas islas en este periodo, aunque posteriormente sólo se mantuvieron relaciones puntuales con este territorio, relaciones que estaban más motivadas por su proximidad física que por sus lazos culturales.

Conociendo todo esto, para el estudio y conocimiento de las vestimentas tradicionales en Canarias se suelen considerar dos grandes periodos históricos, uno que va desde aproximadamente principios/mediados del siglo XVIII hasta mediados/finales del XIX (que podemos llamar ‘periodo XIII-XIX’) y otro que va desde aproximadamente mediados/finales del siglo XIX hasta mediados del XX (que podemos llamar ‘periodo XIX-XX’). De cualquier forma, aunque hemos acotado estas dos etapas, el paso del uso de las vestimentas propias de un periodo al del siguiente no se haría de forma radical ni forzada, sino poco a poco y espontáneamente bajo la presión de distintas influencias culturales. A estos espacios intermedios se les denomina ‘periodos o momentos de transición’.

Vestimenta tradicional de Tenerife del XIX-XX. Foto postal de las primeras décadas del siglo XX
Vestimenta tradicional de Tenerife del XIX-XX. Foto postal de las primeras décadas del siglo XX



Una vez que hemos aclarado este asunto, vayamos a otro también fundamental referido a la terminología empleada en el mundo de las vestimentas tradicionales. Uno de los elementos que más confusión ha ocasionado en los ciudadanos de las Islas es el uso de excesivos términos para definir los indumentos que en un tiempo se utilizaron en Canarias. En muchos casos se emplean expresiones cargadas de un importante rigor histórico que la población de a pie no es capaz de discernir. Por otro lado, es evidente que hasta la fecha los estudiosos de las indumentarias no se han puesto de acuerdo para regular y generalizar el uso correcto de cada uno de esos términos. De cualquier forma, debemos saber que la mayor parte de las palabras y tecnicismos que se emplean en las indumentarias pueden aclararse consultando un simple diccionario. Vayamos con nuestra propuesta.

Aunque el término ‘indumento’ posee una carga histórica más propia para realizar estudios etnográficos, consideramos que por lo corriente es más conveniente utilizar la palabra ‘vestimenta’ pues con ella se define de forma sencilla lo que queremos aludir, es decir el ‘vestido’ “prenda o conjunto de prendas exteriores con que se cubre un cuerpo” (DRAE). Si bien podríamos usar el término ‘popular’, optamos por utilizar la palabra ‘tradicional’ para definir los indumentos que, en cualquier época y situación, utilizaron de forma más o menos generalizada nuestros antepasados de cualquier condición social. En este sentido hemos de aclarar que lo tradicional no debe ceñirse sólo a lo popular, abordando tanto las prendas de uso más frecuente y común como aquellas de uso más particular y restringido. De cualquier forma, la consideración de un indumento como ‘popular’, ‘tradicional’, ‘culto’ o ‘distinguido’ es a veces algo compleja y subjetiva, pues depende del significado real dado a estos términos y de la apreciación del estudioso. En cambio, sí es determinante la condición de que, conociendo que una de las acepciones de ‘tradición’ es “doctrina, costumbre, etc., conservada en un pueblo por transmisión de padres a hijos” (DRAE), para que una prenda pueda considerarse tradicional debe haberse usado como mínimo durante dos generaciones, excluyendo por tanto los indumentos que sólo se usaron de forma puntual.

Con todo esto, hemos dado nombre a cada uno de los dos grandes periodos de tiempo en el que se estudian y reproducen los indumentos, concluyendo en denominar al primer periodo ‘vestimentas tradicionales del XVIII-XIX’, y a las del segundo ‘vestimentas tradicionales del XIX-XX’.

Esta propuesta intenta ser coherente, clara y sencilla para que pueda emplearse y entenderse por la generalidad, evitando así el uso de términos algo confusos (como llamar ‘trajes de campesinos’ sólo a los del periodo XIX-XX), las ideas falsamente asociadas (como creer que los vestidos del periodo XVIII-XIX son de gala y los del XIX-XX de faena) y los nombres excesivamente técnicos (como ‘traje de lechera de La Laguna de principios del siglo XX’).

El resultado ideal sería que los actuales ‘trajes típicos o de magos’ coincidan con las antiguas ‘vestimentas tradicionales’, como es el caso de La Palma, donde han sabido conservar y respetar sus vestidos tradicionales que, tras el paso de los años, pasaron a ser sus ‘trajes de mago’.

Esperando tus opiniones, un afectuoso saludo.

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