Fecha de Publicación: Miércoles, 21 de Abril de 2010
Sinopsis: Cuando algo se dobla, se tuerce, se comba o se inclina decimos que se ha cambado. Pero hay más. Cambar no hace solo de sinónimo de doblar, torcer, combar o inclinar; es lo que Marcial Morera llama originalidad denotativa y connotativa: el léxico canario —como el de cualquier lugar— aporta puntos de vista y matices diferentes de los que se ven en la norma estándar del idioma. De esta forma, habrá muchas ocasiones en las que no podremos sustituir el verbo cambar por aquellos, ya que las acepciones no son exactamente iguales. Así, serían imposibles construcciones como combar la cabeza o combar la vista. Otras expresiones serían cuando no está tuerto, está cambado, para referirnos al que siempre está enfermo, o se le cambó la peluca, cuando alguien se queda desconcertado con algún resultado o noticia. Sobre su origen, Morera se encarga de diferenciarlo del de combar, con el cual se suele confundir. Cambar procede del portugués cambar, viniendo a su vez de la raíz céltica cambos, que significa ‘curvo’. Por su parte, combar viene del galés cwm, que significa ‘valle profundo’.