Revista nº 1040
ISSN 1885-6039

Nicolás Estévanez y Murphy y su poema Canarias (parte VII) en la revista Cuba y Canarias (1912).

Martes, 13 de Diciembre de 2016
Valentín Medina Rodríguez
Publicado en el número 657

La defensa romántica que hace Estévanez de los canarios prehispánicos ha servido, y lo planteo como hipótesis, para el posterior desarrollo ideológico del nacionalismo independentista canario en América (como todo lo que viene de la épica del movimiento estético regionalista).

 

 

La prensa canaria de la emigración (revistas y periódicos) es una fuente de primer orden, no solo para conocer la actuación de nuestros compatriotas en el continente americano, la propia realidad de las Islas (a través de los corresponsales que enviaban sus artículos, fotos…), sino también como objeto de análisis en sí misma.

 

He dejado escrito en otro lugar que Nicolás Estévanez y Murphy (1838-1914) representó para los migrantes canarios asentados en la América hispana todo un símbolo identitario de lo canario, sobre todo aquellos residentes en Cuba. Un escalón por debajo de los siempre nombrados Benito Pérez Galdós (1843-1920) y Leonor Pérez Cabrera (la madre del Apóstol de la independencia cubana, José Julián Martí Pérez; tinerfeña que vivió entre los años 1828 y 1907)1.

 

El respeto y la admiración que la sociedad cubana en general y los canario-cubanos en particular sintieron por Estévanez, fue correspondido por él con su amor a la Gran Antilla. En opinión de José Luis Fernández Rúa, “Cuba sería, a lo largo de su vida, un lejano ideal. Solía decir que allí le gustaría morir. Y que si alguna vez se proclamaba la segunda República, que a él lo nombraran embajador de España en La Habana”2.

 

Cuba y Canarias (La Habana) fue una revista semanal ilustrada que vio la luz por vez primera el 8 de setiembre de 1912. Se centró en la defensa de los intereses del colectivo canario en la Isla, muy especialmente de la Asociación Canaria de Beneficencia, Instrucción y Recreo de La Habana (1906)3, del pueblo cubano y de lo que acontecía en las Islas según el punto de vista de sus corresponsales, tanto articulistas como fotógrafos. Así, en el editorial "Nuestro Propósito", publicado en su número inicial, exponía4:

 

 

Al dar comienzo á publicaciones de esta índole, es ya una práctica periodística el plantear un programa.

Pero nosotros, en el presente caso, no podemos hacerlo así.

Sabemos, solo, que acometemos la empresa con fé y con entusiasmo; pero no sabemos ni á donde habremos de llegar, ni lo que hemos de hacer. Depende todo ello del acierto que tengamos para darle una orientación digna de los prestigios conquistados por la Colonia canaria de esta República; prestigios que tienen por base sólida de su asiento, la honradez y el trabajo.

“CUBA Y CANARIAS” será una Revista que tendrá por lema de su bandera, la defensa de los intereses de la colonia canaria de esta República, y los de la Asociación Canaria, sin olvidar los de este pueblo cubano con quien los canarios viven como en su propia tierra.

Alejada, en absoluto, de las contiendas de cualquier orden que puedan servir de rémora al desarrollo de la riqueza pública de ambos pueblos, ó que puedan mermar la solidaridad que existir debe entre canarios y cubanos, ó lesionar sus intereses, “CUBA Y CANARIAS” llevará siempre, como símbolo de sus propósitos, el ramo de olivo en la diestra, pregonero de la paz.

Y respecto á la Asociación Canaria, esa noble y patriótica institución que se levanta aquí como un baluarte del sentimiento isleño, seremos siempre sus más fervientes y leales devotos; decididos defensores de sus prestigios; entusiastas propagandistas de su grandeza.

En cuanto á informaciones de Canarias procuraremos tener al corriente á nuestros favorecedores de cuanto por allá ocurra, á cuyo efecto hemos nombrado corresponsales que nos enviarán correspondencias periódicamente.

Además nombramos corresponsales artísticos que nos darán, de igual modo, fotografías de los más pintorescos paisajes del Archipiélago, de costumbres isleñas, de personas notables, ó de cualquiera otro asunto que pueda dar á conocer los progresos de las islas en los distintos órdenes de la actividad humana.

 

 

Cuba y Canarias (La Habana) tuvo como director-propietario a José Tabares Sosa5. Alejandro J. Martínez fue su administrador. En la redacción pusieron su buen oficio elementos importantes de la intelectualidad canario-cubana, dos de los cuales vivían fuera de la capital. Nos referimos a Tomás Capote Pérez (residente en San Antonio de los Baños), el sacerdote José Viera y Martín (establecido en La Habana) y José Cabrera Díaz (que residía habitualmente en San Nicolás). En sus planas, por otra parte, se publicaron artículos de Manuel Fernández Cabrera, Aurelio Capote Carballo, P. J. de las Casas Pestana, M. González y Rodríguez, el Dr. Andrés Segura y Cabrera, J. Benítez y Rodríguez, Felipe González Dorta…; y poemas de Nicolás Estévanez, Juan de Melo, Tomás Felipe Camacho… Desconocemos, por el momento, cuándo dejó de publicarse, aunque Cuadriello aporta que “tuvo corta vida”6.

 

Cuando se publica el poema Canarias en su versión completa en la Revista de Canarias7 Estévanez se hallaba en España (realizó “un viaje a Madrid y Andalucía”), regresando de nuevo a París el 30 de diciembre8. Y en su querida Cuba había concluido el 10 de febrero de 1878 la Guerra de los Diez Años9 (guerra civil entre españoles, al fin y al cabo) con el Pacto de Zanjón10, e iniciada esta el 10 de octubre de 1868. Este no resolvió que la Isla alcanzara los dos objetivos primordiales que habían perseguido las fuerzas revolucionarias cubanas: la emancipación política de España y la desaparición de la esclavitud. A pesar del Real Decreto de 9 de junio de 1878, donde Cuba quedaba dividida en seis provincias con sus respectivos municipios al igual que el resto de territorios de la Península, “y de la difícil situación de las fuerzas independentistas-aún no recuperadas de la larga contienda-en agosto de 1879, a poco más de un año del cese de hostilidades y de la Protesta de Baraguá11, estallaba la llamada Guerra Chiquita-un nuevo eslabón en las luchas de Cuba por su independencia-, la que duró hasta diciembre de 1880”12.

 

Canarias es el poema más celebrado de Estévanez, y su canto VII ha sido y es el que ha concitado el mayor interés de crítica y público. Cuándo y dónde fue escrito sigue siendo un misterio para los investigadores. Ya en su momento Elfidio Alonso se hizo eco de este problema, planteándose estas dos preguntas en concreto. Él es firme partidario de su composición en la juventud del poeta. Corrían los años 1862-1863 y residía en Tenerife. No le faltan argumentos. Sin embargo, el mismo Alonso pone sobre el tapete la opinión contraria de Domingo Pérez Minik y Sebastián Padrón Acosta, que sitúan su composición en el exilio de París; es decir: desde 1876 en adelante13.

 

La defensa romántica que hace Estévanez de los canarios prehispánicos ha servido, y lo planteo como hipótesis, para el posterior desarrollo ideológico del nacionalismo independentista canario en América (como todo lo que viene de la épica del movimiento estético regionalista). Lo explico: el buen guanche, noble y defensor de la naturaleza, tuvo que enfrentarse al conquistador castellano (envilecido por la sangre y la búsqueda de fortuna durante la Conquista). La defensa de lo prehispánico insular es un punto clave en los postulados del independentismo inicial (1897 y 1924).

 

Aquí vamos a reproducir la parte VII. Expondremos al público lector la composición editada en la revista Cuba y Canarias (La Habana, núm. 3, 22-9-1912), que titula “Mi Patria”, y la que en su momento publicó la Revista de Canarias (Santa Cruz de Tenerife, 23-12-1878), que, sin duda, es la primera, y como tal traza el canon de todas las versiones posteriores.

 

 

Cuba y Canarias                 Revista de Canarias


La patria es una peña,           La patria es una peña,
la patria es una roca,           la patria es una roca,
la patria es una fuente,           la patria es una fuente,
la patria es una senda y una choza.          la patria es una senda y una choza.

Mi patria no es el mundo,          Mi patria no es el mundo;
mi patria no es Europa,          mi patria no es Europa;
mi patria es de un almendro          mi patria es de un almendro
la dulce, fresca, inolvidable sombra.          la dulce, fresca, inolvidable sombra.

A veces por el mundo         Á veces por el mundo
con mi dolor á solas         con mi dolor á solas
recuerdo de mi patria         recuerdo de mi patria
las rosadas, espléndidas auroras.         las rosadas, espléndidas auroras.

A veces con delicia         Á veces con delicia
mi corazón evoca          mi corazón evoca,
mi almendro de la infancia,         mi almendro de la infancia,
de mi patria las peñas y las rocas.         de mi patria las peñas y las rocas.

Y olvido muchas veces          Y olvido muchas veces
del mundo las zozobras,         del mundo las zozobras,
pensando de las islas         pensando de las islas
en los montes, las playas y las olas.         en los montes, las playas y las olas.

A mi no me entusiasman         Á mí no me entusiasman
Ridículas utópias,       ridículas utópias,
   ni azañas infecundas         ni hazañas infecundas
de la razón afrenta, y de la Historia.        de la razón afrenta, y de la Historia.

Ni en los Estados pienso         Ni en los Estados pienso
que duran breves horas,       que duran breves horas,
cual duran en la vida       cual duran en la vida
de los mortales las mezquinas obras.       de los mortales las mezquinas obras.

A mí no me conmueven       Á mí no me conmueven
inútiles memorias        inútiles memorias,
de pueblos que pasaron       de pueblos que pasaron
en épocas sangrientas y remotas.       en épocas sangrientas y remotas.

La sangre de mis venas,        La sangre de mis venas,
á mí no se me importa        á mí no se me importa
que venga de la Arabia        que venga del Egipto
ó de las razas célticas y godas.         ó  de las razas célticas y godas.

Mi espíritu es isleño         Mi espíritu es isleño
como las patrias rocas,        como las patrias rocas,
y vivirá cual ellas        y vivirá cual ellas
hasta que el mar anegue aquellas costas.      hasta que el mar inunde aquellas costas.

La patria es una fuente,        La patria es una fuente,
la patria es una roca,        la patria es una roca,
la patria es una cumbre,        la patria es una cumbre,
la patria es una senda y una choza.        la patria es una senda y una choza.

La patria es el espíritu,        La patria es el espíritu,
la patria es la memoria,         la patria es la memoria,
la patria es una cuna,         la patria es una cuna,
la patria es una ermita y una fosa.         la patria es una ermita y una fosa.

Mi espíritu es isleño        Mi espíritu es isleño
como las patrias costas,        como las patrias costas,
donde la mar se estrella        donde la mar se estrella
en espumas rompiéndose y en notas.        en espumas rompiéndose y en notas.

Mi patria es una isla,        Mi patria es una isla,
mi patria es una roca,        mi patria es una roca,
mi espíritu es isleño        mi espíritu es isleño
como los riscos donde ví la aurora.        como los riscos donde ví la aurora.

 

 

Nicolás Estévanez en 1864

(http://canariasenpositivo.net/)

 

 

Notas

1. Fuente en la Red: valentinmedinarodriguez.blogspot.com/.../nicolas-estevanez-murphy-poema-canarias.... Fecha de consulta: 28-11-2016. En este trabajo hacemos mención al canto I del poema Canarias.

2. FERNÁNDEZ RÚA, José Luis: “Nicolás Estévanez, hombre de acción”. Mis Memorias (1903), en Nicolás Estévanez. Obra escogida. Con prólogo de Elfidio Alonso. Colección “Clásicos Canarios”. Las Palmas de Gran Canaria: Edirca, 1985, pp.133-137, p.136.

3. MEDINA RODRÍGUEZ, Valentín: Canarias-Cuba: la aportación isleña al desarrollo asociativo español en la Gran Antilla (1804-1936). Colección “Textos Universitarios”. Las Palmas de Gran Canaria: Anroart Ediciones, S.L., 2008, pp. 247-328, principalmente.

4. Cuba y Canarias (La Habana), núm.1, 8-9-1912.

5. Por esa época José Tabares Sosa también era presidente de la Sección de Propaganda de la Asociación Canaria de Beneficencia, Instrucción y Recreo de La Habana, y  secretario de dicha sección Manuel Díaz Torres. Vid. Cuba y Canarias (La Habana), núm.3, 22-9-1912.

6. CUADRIELLO, Jorge Domingo: Los españoles en las letras cubanas durante el siglo XX. Diccionario bio-bibliográfico. Sevilla: Editorial Renacimiento, 2002, p. 241; Cuba y Canarias (La Habana), núms. 1, 2, 3 y 4, 8-9-1912, 15-9-1912, 22-9-1912 y 29-9-1912, respectivamente; FERNÁNDEZ, David W.: Los periódicos canarios en América. Colección “La Diáspora”, núm. 4, Madrid: Gobierno de Canarias / Viceconsejería de Relaciones Institucionales, 2000, pp. 43-44.; MEDINA RODRÍGUEZ, Valentín: Primer ensayo para un diccionario biográfico de canarios-cubanos (ss. XIX-XX). Arucas: Excmo. Ayuntamiento de Arucas, 2002, pp. 25-26, 28-29, 41-44, 97-98.

7. Editada en Santa Cruz de Tenerife, núm. 2, 23-12-1878.

8. Mis Memorias (1903): Ob. cit., p. 373.

9. También denominada Guerra Grande o Guerra del 68.

10. Conocido igualmente por Pacto del Zanjón o Paz de Zanjón. El incumplimiento del Pacto de Zajón fue posiblemente, en opinión de Nicolás Estévanez, el detonante de la Guerra del “98”. Así lo explica: “Los políticos y los negociantes de La Habana y Madrid criticaron vivamente el afortunado pacto del Zanjón (sic); después lo mistificaron. Hubiérase cumplido sin discusiones y sin regateos y acaso la isla de Cuba no se hubiera perdido para España. La informalidad, por no decir deslealtad, con que se procedió en lo concerniente al pacto produjo dieciocho años después la postrera insurrección”. Vid. Mis Memorias (1903): Ob. cit., p. 370.

11. La Protesta de Baraguá tiene que ver con que “el mayor general Antonio Maceo, héroe de la guerra y representante de los sectores humildes del pueblo, rechazó enérgicamente el Pacto en una entrevista sostenida con el jefe de los ejércitos españoles, general Arsenio Martínez Campos, el 15 de marzo del propio año de 1878, en un lugar de Palma Soriano (Oriente) conocido por Mangos de Baraguá”. Vid. Instituto de Historia del Movimiento Comunista y de la Revolución Socialista anexo al Comité Central del Partido Comunista de Cuba: Historia del movimiento obrero cubano, 1865-1958. La Habana: Editora Política, 1987, p. 40.

12. Instituto de Historia del Movimiento Comunista y de la Revolución Socialista anexo al Comité Central del Partido Comunista de Cuba: Ob. cit., pp. 40, 43; UBIETO, Antonio/REGLÁ, Juan/JOVER, José María/SECO, Carlos: Introducción a la Historia de España [1963]. Barcelona: Editorial Teide, 1974 [Decima edición, corregida], p. 739.

13. ALONSO, Elfidio [Canarias, 1985]: “Prólogo”, en Nicolás Estévanez. Obra escogida. Colección “Clásicos Canarios”.  Las Palmas de Gran Canaria: Edirca, 1985, pp. 7-23, pp. 11-12, 14, 19, 22-23.

 

 

Comentarios
Lunes, 19 de Diciembre de 2016 a las 14:58 pm - victorio díaz marrero

#02 Una sugerencia lectora para disfrutar del pensamiento de nuestro ilustre personaje, si lo llegan a conseguir, es el libro MIS MEMORIAS publicado por la Editorial Edirca, en su colección Clásicos Canarios del año 1985

Aprovecho, tras esta propuesta lectora, para felicitar a todo el Equipazo de la Revista y desearles Feliz Navidad y que continúen el próximo Año con su gran labor divulgativa de nuestra Cultura. Gracias y adelante.

Un saludo afectuoso desde el antiguo Menceyato de Tegueste.

Sábado, 17 de Diciembre de 2016 a las 12:39 pm - Bentayga-7

#01 Creo que yo también comparto que la defensa romántica de los indígenas -por parte de Estévanez- ha servido al independentismo canario en América (y en el Archipiélago, añadiría). ¿Será por ello la furia "desmitificadora" de los arqueólogos insulares señalando las supuestas o reales "guerras" entre indígenas canarios, el posible derecho de pernada y toda clase de reales o supuestas calamidades, que nos envían un mensaje subliminal de que Castilla vino a "salvarnos"?