De esta forma, la Corporación, en colaboración con el Mando de la Base Área de Gando, busca evitar la pérdida de este interesante bien patrimonial.

Los trabajos, que podrían empezar a finales de este mes, serían la primera fase de un proyecto aún más ambicioso para la recuperación del conjunto del que forma parte el templete, muy dañado por la erosión de los vientos cargados de arena del istmo de la península de Gando.

Los lazaretos del siglo XIX eran conjuntos sanitarios de control y cuarentena de pasajeros y mercancías,  indispensables en el comercio marítimo de su tiempo.

El de Gando fue inaugurado en 1897 y, entre sus edificaciones, destacan los restos de su pieza central y más representativa: el pequeño templete de estilo renacentista y construido en sillería que será objeto de intervención por el Cabildo.

El monumento está situado justo en el centro geométrico del conjunto, en el cruce de sus calles principales y sobre una plataforma circular de peldaños concéntricos. 

Originalmente, contaba con una columnata y una galería perimetrales, hoy desaparecidas. De hecho, solo se mantiene el torreón interior, de tres pisos. Construido con muros ciegos de sillares de cantería y un solo hueco (la puerta, en su frente norte), el primero tiene planta octogonal. En la segunda planta, destaca el cuerpo superior, de inspiración renacentista (cánones greco-romanos) y conformado por ocho pilares con pilastras jónicas unidos por arcos de medio y sobre los que descansa el entablamento (arquitrabe, friso y cornisa).  El tercer cuerpo, formado por un tambor circular con cornisa rematado por una cúpula semiesférica con ocho nervios de cantería, es rematado por un piñón de piedra.

Todos esos elementos dan testimonio de un diseño académico equilibrado acorde a los preceptos y proporciones clásicas y que se traducen en un conjunto bien articulado y elegante.

VALORES HISTÓRICOS. La realización del Lazareto de Gando fue impulsada por el ministro de Ultramar Fernando León y Castillo, y finalmente proyectado y construido por su hermano, el ingeniero Juan León y Castillo.

Constituye, pues, otra pieza clave del conjunto de infraestructuras que, como el Puerto de La Luz o el Faro de Maspalomas, potenciarían el desarrollo de Gran Canaria en el tráfico marítimo internacional a finales del siglo XIX.

Aunque desde 1916 evidenciaba destrozos y pérdidas, el Lazareto de Gando ha sido usado como centro de cuarentena de pasajeros, colonia sanitaria durante la epidemia de gripe de 1918,  sede de instalaciones de todo tipo en los albores de la aviación, penal de presos políticos durante la Guerra Civil o acuartelamiento.

A su importancia como equipamiento estratégico de la política sanitaria de su tiempo, hay que sumar sus valores funcionales, arquitectónicos y constructivos, su carga histórica (la decisión de ubicarlo en Gran Canaria, y no en Tenerife, ocasionó un agrio debate en Las Cortes allá por 1883), los interesantes pormenores del proyecto o la importancia de los acontecimientos históricos de los que fue escenario.