Revista nº 1037
ISSN 1885-6039

CAMACHO Y PÉREZ-GALDÓS, Guillermo (1898-1995).

Miércoles, 04 de Junio de 2014
Jorge Rodríguez Padrón
Publicado en el número 525

Historiador n. en Santa Cruz de Tenerife y m. en Los Realejos (Tenerife). Realiza sus primeros estudios en el colegio de los PP del Corazón de María de la capital tinerfeña. La familia se traslada pronto a Las Palmas de Gran Canaria y ello lo lleva a estudiar en el Colegio de San Agustín*.

 

Interrumpe sus estudios e ingresa en la Academia de Infantería de Toledo. Durante el tiempo que permanece allí, visitará en Madrid a su tío abuelo Benito Pérez Galdós*. En 1919 es ya alférez y participará en el desembarco de Alhucemas. Ascendido a capitán en 1928, sigue estudios en la Escuela de Estado Mayor (Madrid). Destinado a Marruecos, una caída del caballo le produjo la amputación de una pierna y se ve forzado a pasar a la reserva, aunque todavía servirá un tiempo en el Servicio de Topografía del Ejército. Entre 1936 y 1939 presta servicios auxiliares en el Gobierno Militar de Las Palmas de Gran Canaria. Tras la guerra civil, concluye sus estudios de bachillerato y, en 1944, obtiene la licenciatura en Filolofía y Letras por la Universidad de La Laguna (Tenerife). Regresa a Las Palmas de Gran Canaria y se dedica exclusivamente a la enseñanza. Ejerce como profesor de Historia, de Filosofía y de Lenguas Clásicas en diversos colegios de la ciudad: San Ignacio de Loyola, Viera y Clavijo, Sagrado Corazón, Teresianas… Al propio tiempo, se dedica a la investigación histórica y, entre 1939 y 1973, publicará el fruto de esos trabajos, relacionados siempre con temas históricos y nobiliarios y sobre aspectos geográficos de las Islas, en la revista El Museo Canario* y en el Anuario de Estudios Atlánticos*. Pensionado por el Cabildo Insular de Gran Canaria, trabajará junto al profesor Joaquín Blanco*, en el archivo provincial de la ciudad. Algunos de los títulos de dichos trabajos: La Hacienda de los Príncipes (1943), La iglesia de Santiago del Realejo de Arriba (1950), El cultivo de la caña y la industria azucarera en Gran Canaria, 1510-1535 (1961), La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción del Realejo de Abajo (1970), Ascendencia de los Pérez Galdós, con especial estudio de las ramas cubanas de la familia (1973).

 

 

Comentarios
Lunes, 28 de Mayo de 2018 a las 14:58 pm - A.

#02 Agustín Espinosa, el autor de Crimen, no fue expulsado del cuerpo de catedráticos, sino alejado de su instituto de Las Palmas al institudo de la Isla de La Palma. A.

Viernes, 25 de Mayo de 2018 a las 14:56 pm - A.

#01 Uno de los "servicios auxiliares en el Gobierno Militar de Las Palmas de Gran Canaria" fue el participar en la Comisión Depuradora C de la Provincia de Las Palmas. Su firma aparece en los informes y propuestas de separación del servicio de los profesores incursos en desafección al nuevo régimen de Franco, junto a la de su presidente, el Gobernador Civil Antonio García López (de procedencia militar), el cura Manuel Socorro Pérez, el también cura y canónigo José Azofra del Campo, y Sebastián de la Nuez Aguilar (que tuvo cargos en el Cabildo Insular de Las Palmas). Al cura Socorro y al militar retirado Camacho-Pérez Galdós los vemos votando en contra de un acuerdo de la Comisión en un expediente de depuración. Manuel Socorro Pérez escribe una carta privada al Jefe de Enseñanza Superior y Media, entonces en Vitoria, manifestándose en contra de la opinión de la Comisión, que había recomendado no proponer la ratificación de suspensión de empleo y sueldo a un profesor (el catedrático Gonzalo Pérez Casanova), y además pedía la revisión de su expediente; y rogando se le separara definitivamente de la enseñanza, como así sucedió. En la carta, con fecha de 30 de septiembre de 1938, “III Año Triunfal”, con membrete de la Dirección del Instituto de 2.ª Enseñanza de Las Palmas, se argumentaba que otro profesor con menos “delito” había sido ya trasladado a otro Centro: “Además, por razones menos graves ha sido ya trasladado a otro Centro el Sr. Espinosa [el catedrático Agustín Espinosa García], el cual resulta ahora más castigado, a pesar de no haber pertenecido al Frente Popular” [acabaría también siendo expulsado]. La carta acaba con este párrafo: “Siento que sea yo el que tenga que romper lanzas contra un compañero y contra el parecer de algunos miembros de la Comisión Depuradora; pero un deber de conciencia que me impone el cargo de Director, la opinión del Claustro algo alarmada, por cierto, y la rigurosa reserva con que estos asuntos se llevan en ese Ministerio me obligan a informar a V. E. sobre las contingencias de este caso, cuya resolución aceptaré muy complacido”.