Revista nº 1037
ISSN 1885-6039

Apertura de las bodegas, por San Andrés.

Sábado, 30 de Noviembre de 2013
Antonio Betancor
Publicado en el número 498

Bueno... se liban solo en algunos lugares, puesto que la fecha elegida por los bodegueros canarios para la apertura de las bodegas para catar los nuevos caldos, es la del 30 de noviembre, día de San Andrés, Santo por el que muchos isleños sienten gran devoción...

 

... Bueno tengo dudas si es devoción al Santo o a la cita obligada en las bodegas de los amigos y allegados para “dar el visto bueno” a los nuevos y ricos caldos de las islas. Se dice de San Andrés, que le gustaba tanto el vino (se le considera el Baco de los cristianos), que llegó tarde el Día de Todos los Santos, el primero de noviembre, y fue castigado a celebrar su día a final de mes, el 30.

 

Pero en las Islas, otros empiezan a libar antes que San Andrés. Por ejemplo, los herreños, que lo hacen desde que celebran el día de San Simón, el 28 de octubre, con tremenda fiesta en Sabinosa que se prolonga hasta primeros de noviembre con todos Los Santos y Los Finaos, fundamentalmente en Frontera. Fiesta de tres días sin parar, donde no permiten la intromisión de música que pretenden imponer los forasteros que acuden a este jolgorio cada vez más. Todos los de fuera han de adaptarse a lo que hay que ya es bastante y muy bueno. Y además, le brindan con buen vino y carne de carnero a la braza sabrosísima. Y si el cuerpo aguanta (que aguanta) dejan que los de fuera se sumen a la Tafeña, un encuentro multitudinario de los herreños la víspera de Todos los Santos, celebrando los Finaos (que no Halloween como pretenden imponer cada vez más los que manejan la economía), con degustación de los nuevos vinos de la tierra, acompañado de carne de cochino y castañas asadas.

 

También comienzan a probar los vinos del año antes del 30 de noviembre en la isla de La Palma. Lo hacen por San Martín, el 11 de noviembre. Comistraje y beberío por todo lo alto en las múltiples bodegas familiares existentes en la isla bonita. Una fecha que coincide con el inicio de la matanza de cochinos. Familiares y amigos se dan cita el 11 de noviembre, aplicándose aquello de “a cada cochino le llega su San Martín”, puesto que además de los nuevos vinos palmeros, se degusta la carne fresca que proporciona el cochino engordado con esmero durante todo el año para la ocasión.

 

El resto de las islas sí que son fieles a San Andrés. O por lo menos, eso se pretende.

 

Los gomeros abren de par en par sus bodegas en esa fecha, el 30 de noviembre, sobre todo en Vallehermoso, Tamargada, Alojera... Carne, sobre todo de cochino, castañas, nueces, y desde luego, ricos vinos, los nuevos de la tierra del poeta Pedro García Cabrera.

 

Los que más devoción profesan a San Andrés, son los bodegueros de la isla de Tenerife. Ya sabemos cómo presumen (y con razón) de contar con una bodeguita particular en la que atesorar el caldo que dan las uvas cuidadas durante todo el año en las no menos cuidadas tierras tinerfeñas.

 

De Norte a Sur, todas las bodegas de Tenerife tienen a sus visitantes y sus buenos comistrajes: garbanzas, carne-fiesta, pescado salado, castañas... Y música de parrandas. Con suficiente antelación son invitados los mejores parranderos de la isla a probar los vinos de las cientos de bodegas repartidas por toda la isla. Éstos, los tocadores y cantadores, se tienen que organizar para estar en varias bodegas la misma noche, para no quedar a mal con nadie. Y claro, nos podemos imaginar cómo se termina... De parranda durante varios días.

 

Algo parecido ocurre en la isla majorera, donde a pesar de que en Fuerteventura, todavía es poca la producción vitivinícola, esperan al 30 de noviembre para empezar a catar los nuevos vinos que proporcionan las parras de varias bodegas localizadas fundamentalmente en La Ampuyenta (Puerto del Rosario); Pájara y Antigua. Poca producción, pero suficiente para celebrar fiestillas en las bodegas particulares, donde se da buena cuenta de carne cochino, garbanzas, pescado salado, caldo millo, potaje de chícharos, batatas fritas... Y música, música del rico legado musical que atesora el pueblo majorero que ponen los mejores tocadores y cantadores de la isla. Parranderos que como les cuadre, cruzan la bocaina desde Corralejo y se plantan en Playa Blanca, en Lanzarote, para vivir también la apertura de las bodegas conejeras. Además de las bodegas que ya son importantes industrias, en Lanzarote existen cientos de bodegas particulares donde también se producen buenos vinos: Haría, San Bartolomé, Masdache, La Geria... Aunque los bodegueros industrializados realizan su fiesta en el mes de Junio, con ocasión de la festividad de La Magdalena, los bodegueros pequeños, los de las bodegas familiares, son fieles a San Andrés, y dan a probar los nuevos vinos a partir del 30 de Noviembre. Por ejemplo, en La Vegueta, en La Finca, una propiedad particular con su correspondiente bodega, se da cita un buen número de amigos que están todo el día bebiendo y comiendo: caldo millo; potaje de chícharos; carne de cochino; morcillas, castañas... Y hasta se atreven a sacar a San Andrés en procesión, con el lógico temor de que la imagen del Santo pueda quedar deteriorada.

 

A esta cultura que hemos creado en Canarias en torno al vino también se suma la isla de Gran Canaria, que de unos años para acá, ha recuperado una tradición vitivinícola perdida (entre otras cuestiones) por especular con terrenos que en su día fueron importantísimos en plantaciones de vides. Son tan nuevos en esta cuestión los productores en la isla de Gran Canaria, que no acaban de decidirse del todo en celebrar la apertura de las bodegas con una fiesta-degustación con familiares y amigos en estas fechas. Es el caso de Las Bodegas de Las Tirajanas, situadas en San Bartolomé, en Tunte, que deja la celebración para la denominada Fiesta de la Vendimia, coincidiendo con la que se organiza entre Mayo y Junio dedicada al turista. Sin embargo, sus máximos responsables sí que se reúnen por San Andrés, de puertas adentro con familiares y amigos, y se están pensando ampliar la invitación a los amigos.

 

Lo mismo ocurre con la bodega municipal de Aguimes, Señorío de Agüimes, de gran prestigio, que reúne cada año la producción de entre 25 y 50 agricultores de la zona. No existe tradición de abrir la bodega el día de San Andrés, pero se lo están pensando, y a lo mejor vemos a final de éste mes un fiestón en las instalaciones de la Bodega, en la zona de las Crucitas, frente al Instituto de Agüimes.

 

Tampoco son muy amantes de San Andrés los responsables de la Bodega Insular de Gran Canaria, situada en la Vega de San Mateo, ni los de la Casa del Vino de Santa Brígida, que recogen la cosecha de muchos agricultores de la isla, sobre todo los que no tienen bodega propia.

 

 

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