El último número de la publicación impulsada por el historiador Antonio Rumeu de Armas, fallecido hace seis años, aporta un total de veinticinco trabajos de investigación incluidos en las secciones  de Historia, Literatura, Filología, Historia Económica y Social y Bellas Artes, además de un apunte realizado por su actual director, Antonio de Béthencourt Massieu, sobre la amistad entre Rumeu y Cioranescu.

La publicación puede definirse como “la obra periódica científica más importante y trascendental que se edita en la actualidad en Canarias”, según Larry Álvarez,  para quien su aportación “ha sido manifestarse hasta la fecha como una herramienta imprescindible y nada despreciable, para entender la concepción atlántica de los archipiélagos y la trascendencia del Océano para el pasado, presente y futuro de las Islas Canarias como puente entre los tres continentes”.

Entre las 900 páginas del número 58 del Anuario de Estudios Atlánticos figuran colaboraciones de una treintena de estudiosos de media docena de universidades españolas y americanas, entre ellas las dos canarias, así como de profesionales e investigadores independientes que desarrollan su tarea ajenos al ámbito institucional.

En la actualidad el Anuario está abierto al público en general y puede, con facilidad, ser consultado, pues no sólo pertenece a centros como LATINDEX, REDALYC, REDIAL e ISOC (CINDOC, C.S.I.C.), sino que puede consultarse, vía Internet, en la denominada Memoria Digital de Canarias de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). Es más, también adquiriendo el Índice Analítico de Autores y Materias (2006) en el que se inserta un Cd-Rom que tiene el contenido íntegro de los cincuenta y dos primeros números.

Hasta el presente número, ha contado con más de 390 colaboradores de los más de 800 artículos a lo largo de casi 40.000 páginas de textos científicos referentes a Ciencias Humanas, Sociales, Científicas y de la Naturaleza. Según su director, esta edición que fue premiada por el Gobierno de Canarias con la Medalla de Oro de Canarias en el año 2002, “ha conseguido superar a cuantas publicaciones de este tipo se producen en las Islas, consolidando de esta manera un prestigio exterior incuestionable”.

Como recuerda Béthencourt, fue Rumeu quien en 1954, al ser fundada la Casa de Colón en Las Palmas de Gran Canaria, y siendo él miembro de su Patronato, sugirió la publicación de una revista de estudios atlánticos y no canarios o insulares, atendiendo al espíritu e ideario que marcó toda su labor investigadora, que no fue otra que la de entender desde un principio el Océano Atlántico como una unidad.

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