Revista nº 1040
ISSN 1885-6039

Fallece José Feo Perdomo, el último alcalde franquista de Santa Brígida.

Domingo, 17 de Junio de 2012
Pedro Socorro Santana (Cronista Oficial de la Villa de Santa Brígida)
Publicado en el número 422

El viernes 15 de junio fallecía en la capital grancanaria José Feo Perdomo (1915-2012), último alcalde de la Villa de Santa Brígida antes de la transición política. Con él desaparece uno de los precursores de la natación en Gran Canaria y fundador del Club Natación Metropole, del que era presidente de honor. Tenía 97 años.

 

A punto de llegar a centenario, la muerte le sorprendió ese día. El siglo XX fue sin duda el suyo. El protagonismo político de José Feo Perdomo se produjo, fundamentalmente, en los tiempos de la difícil transición política. Su elección como alcalde de Santa Brígida tuvo lugar en la tarde del 22 de septiembre de 1970, en una sesión que, por primera vez en muchos años, fue pública y contó con la presencia de Antonio Suárez Cárdenes, subjefe provincial del Movimiento, quien asistió al viejo salón de sesiones en representación del gobernador civil de la Provincia, Alberto Fernández Galar. Las corporaciones municipales se constituían entonces por tercios designados entre los cabezas de familia, el sindicato vertical y sus alcaldes elegidos por el gobernador civil entre destacadas personalidades de entidades, como los casos del presidente de Ciclismo, Francisco Hernández Sánchez, designado alcalde de Ingenio (1970-1983), o el propio José Feo Perdomo, por entonces presidente de la Federación Canaria de Natación.

 

El nuevo alcalde satauteño asumía la jefatura local del Movimiento y sustituía en el cargo a Pedro Déniz Batista, que había regido los destinos de Santa Brígida durante trece años, concretamente entre 1957 y 1970.

 

Desde muy joven, en plena dictadura franquista, Feo Perdomo se incorporó a las filas de Falange Española, partido en el que ocupó varios cargos como delegado de la Vieja Guardia y consejero provincial. Antes de estallar la Guerra Civil decidió formar parte del batallón de voluntarios falangistas canarios que acudió al frente de batalla, donde alcanzó el grado de alférez provisional. Poco después, en 1943, acudiría al frente de Rusia, tras alistarse como teniente voluntario en la División Azul, para combatir junto a los nazis en la II Guerra Mundial en su lucha contra los soviéticos. Por su actuación en la batalla de Krassny-Bor sería condecorado con la Cruz de Hierro de 2ª Clase Alemana y la Cruz al Mérito de Guerra del Ejército Español. El 1 de julio de 1943 sería ascendido a capitán y repatriado poco después. Al final alcanzó el grado de comandante del Ejército en calidad de retirado y asumiría, ya en 1973, la presidencia adjunto de la Hermandad de Alféreces Provisionales.

 

Su vida política en el pueblo. Es sorprendente cómo cambian los tiempos y las sensaciones, pero en aquel momento los ediles tenían cierta importancia, máxime en los pueblos pequeños, en donde su actuación fue dramática, pintoresca y caciquil, según los casos. Eran hombres más o menos populares, de constante presencia en los medios de comunicación, con un perfil político bajo, implicados en el franquismo y elegidos a través del gobernador civil, al que rendían pleitesía. Feo Perdomo, sin embargo, era afable en el trato, unido a un don especial. Este vecino del pago de El Monte, en donde también residía su amigo Julio Navarro, con el que compartió sus ideales deportivos, conocía bien el pueblo, que en esos años experimentó una gran expansión a través de las numerosas urbanizaciones que se pusieron en marcha -hasta nueve-, sobre todo en la zona de El Monte y el casco.

 

Desde su llegada a la Alcaldía de Santa Brígida Feo Perdomo se preocupó por conservar la armonía en las edificaciones, a pesar de que el proceso urbanizador en esos años era ya imparable y empezaba a orillar la zozobra. «La estética de los edificios se está cuidando bien desde hace tres años. Se ha acordado que la altura máxima sea de dos plantas, excepto casos excepcionales. Eso lo llevamos a rajatabla. Los colores también se han ordenado. Actualmente sólo se permiten tres: color teja, blanco y gris, para evitar los colorines y la anarquía. Mientras yo esté aquí, eso se llevará a rajatabla», declararía en una entrevista a La Provincia en 1974. Ese año Santa Brígida tenía casi once mil habitantes y un presupuesto de aproximadamente 27 millones de las antiguas pesetas.

 

En esos años iniciales de la década de 1970, el problema que más preocupaba a la población satauteña era la falta de agua y lo costosa que ésta estaba. Entonces, el Ayuntamiento compraba el agua de abasto a 17 pesetas y la vendía a 10 a los vecinos. La carencia de este líquido elemento, en manos de unos pocos aguatenientes, representaba un problema realmente acuciante; por tal razón uno de los primeros proyectos que llevaría a cabo sería la construcción de un depósito de aguas. Pero también las comunicaciones con los distintos barrios preocupaban a nuestros munícipes, que debieron luchar por mejorar la red viaria, sobre todo los caminos vecinales de El Gamonal y Pino Santo, dos de los barrios más olvidados entonces.

 

Uno de sus primeros logros sería la electrificación de aquellos barrios donde la luz no era aún una realidad, como el pago de Las Meleguinas y varios rincones de La Atalaya. Pero quizás los logros más llamativos del mandato político de Feo Perdomo fueron, sin duda, el aparcamiento municipal junto a la calle nueva y la creación de Florabrígida, su mejor legado, en el verano de 1975, una pequeña muestra de la belleza natural de la Villa, de esa vocación de jardín que siempre ha tenido Santa Brígida. Un espacio dedicado a las flores, plantas y pájaros, convertido con los años en un lugar de encuentro y entretenimiento de miles de vecinos y visitantes, a cuya sombra el pueblo logró el sobrenombre de la Villa de las flores.

 

Desde su inauguración, Florabrígida contó con la presencia de numerosas personalidades españolas y extranjeras, entre ellas la del presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, a quien, el 16 de junio de 1984, se le hizo entrega de un timple canario con la siguiente inscripción: La villa de Santa Brígida, Florabrígida: a don Adolfo Suárez, a quien España debe una transición pacífica con admiración.

 

Con la llegada de la democracia, Feo Perdomo desistió de presentarse a las primeras elecciones municipales y reciclarse como otros ediles de su época que se resistieron a abandonar el puesto e intentaron la batalla democrática de las municipales. Son los casos de Severiano Luján, en Artenara, de Francisco Hernández, en Ingenio, que se presentó bajo las siglas del CDS, Rogelio Santana Guerra, en Valleseco, o el propio concejal satauteño Elías Artiles Arencibia, farmacéutico del pueblo, que se quedó al borde de la mayoría absoluta con su partido Adein, en aquella maniobra política del CDS que convirtió al primer alcalde de la democracia al menos votado. La respuesta del primer edil fue de gran desconfianza en la nueva organización del poder que emanaba del pueblo: «porque he visto que sólo ha sido una lucha de intereses». Así, al menos, se lo hizo saber al periodista Ángel Tristán Pimienta en una entrevista publicada en La Provincia el jueves 15 de agosto de 1974.

 

El entonces príncipe Juan Carlos I, en el parque municipal de Santa Brígida, junto al alcalde José Feo Perdomo,

en la visita que realizó el jueves 8 de marzo de 1973

 

De este modo, tras las primeras elecciones municipales del 3 de abril de 1979, Feo Perdomo fue sustituido en la Alcaldía por José Antonio García Viera, cabeza de lista del Partido Socialista, constituyéndose el primer ayuntamiento democrático al mismo tiempo que el afamado nadador iniciaba la retirada de la vida política después de nueve años al frente del Ayuntamiento de Santa Brígida.

 

Fundador del Club Natación Metropole. En el ámbito deportivo José Feo Perdomo fue un pionero de la natación canaria y destacó como un gran nadador en su época. En 1934 fue fundador del Club Natación Metropole, junto con un grupo de amigos aficionados a este deporte, entre los que se encontraban su vecino Gustavo Julio Navarro Jaimez -cuenta con una calle en El Monte-, su hermano Sebastián, Manuel Bonnet, Fernando Navarro Valle, Guillermo Wyttembach, Enrique Martínez y algunos otros. En aquel tiempo Feo Perdomo ejercería tanto de nadador y organizador de travesías en la playa de Las Canteras como de secretario de la nueva entidad en la época dorada de los años treinta.

 

Pero la Guerra Civil quebró aquellos días de júbilos y brazadas. Terminada la guerra, el club se instala para la práctica deportiva en la piscina del hotel Metropole, entonces de veinte metros, probablemente la primera piscina de la isla, gentilmente cedida por la dirección del mencionado hotel, que dio nombre al club.

 

Y llegaron los primeros éxitos deportivos. En 1941, y contra todo pronóstico, Canarias se proclama Campeón de España Absoluto de Natación en Palma de Mallorca, con Feo Perdomo de delegado y entrenador. Llegaría a ostentar el carnet número 1 del club decano de la natación canaria y hasta la fecha ha sido el único presidente de honor de la institución. Como décimo presidente del club, protagonizó el mandato más prolongado en la larga historia de la entidad, entre 1968 y 1986.

 

Durante su presidencia se inició la construcción de la mayor parte de la céntrica sede metropolista. En uno de los agradecimientos realizados por los socios, la piscina principal de las instalaciones lleva hoy su nombre. No sólo promocionó las áreas de natación, sino que también trabajó arduamente por otras disciplinas deportivas como el baloncesto y el tenis.

 

 

Fuentes

- La Provincia, entrevista a José Feo Perdomo por el periodista Ángel Tristán, el jueves 15 de agosto de 1974.

- www.cnmetropole.com.

- Actas Municipales del Ayuntamiento de Santa Brígida (1970-1979).

- Periódicos Falange y Eco de Canarias, de 1936 a 1979.

 

 

Foto de portada: José Feo con Juan Antonio Samaranch

 

 

Comentarios
Lunes, 18 de Junio de 2012 a las 00:50 am - Conmemoria

#01 ¿Es esto en un recorte del periódico ELDÍA o de LaProvincia?

Se ve que hay quienes consideran que la despedida del mundo de los vivos es sinónimo de borrar todos los males realizados en vida.

Qué bien se sienten algunos recordando con nostalgia los viejos tiempos del nacionalcatolicismo. Tiempos en que inolvidables miembros de Falange Española, división azul... ocupaban el puesto de los alcaldes fusilados por ellos mismos en su "lucha por la libertad". Sin duda personajes a recordar para construir una democracia para los de arriba.