Revista nº 1040
ISSN 1885-6039

Talio Noda, Maestro.

Jueves, 12 de Enero de 2012
Mary Carmen Naranjo
Publicado en el número 400

En el año 1973, en septiembre, con el comienzo de un nuevo curso, se inundaron las aulas de Teror de aire fresco, que traía nuevos aromas, vivencias, sensaciones… Llegaba Talio Noda Gómez, profesor de Música y Plástica. Oriundo de la isla de La Palma, del pueblo de Tazacorte...

 

A comienzos de los años 70 del pasado siglo, en Teror (Gran Canaria), la vida fluía, como en cualquier municipio de medianías, con parsimonia y acorde a los cánones de la época. La mayoría de su gente se dedicaba fundamentalmente a la agricultura y ganadería, fuera del casco; al comercio y servicios en el centro. Muchos trabajaban empleados en la fábrica Nik, como repartidores o en el proceso de producción del producto; en la empresa Eidetesa e incluso algunos lo hacían en la Fuente Agria, embotellando el agua o como guardianes.

 

La chiquillería asistía rutinariamente a la escuela. Una escuela que carecía de infraestructura adecuada. Al casco acudían alumnos del pueblo y de los barrios aledaños (Los Llanos, El Hoyo, El Álamo, El Rincón…), así como de otros pagos más alejados (Arbejales, San Isidro, El Palmar, Miraflor) e incluso de otros municipios (Valleseco, Arucas).

 

En el centro urbano se hallaban esparcidos diversos garajes, bajos de edificios y otros locales habilitados como aulas, con la dotación mínima que permite dar clases: viejos pupitres, sillas, pizarra, mesa del profesor y poco más. Eran espacios fríos, húmedos, sin ventilación y con iluminación artificial; inhóspitos y nada motivadores.

 

El alumnado estaba segregado por sexos. Los recreos se hacían en plena vía pública, por donde transitaban personas y coches. Y los recursos educativos de los que se disponían eran los libros de texto y algún que otro material reprografiado con la vieja multicopista, que estaba instalada en Aldea Blanca, centro neurálgico del Colegio Nacional. Este se regía por la recién estrenada Ley General de Educación 1970 que reivindicaba la escuela como factor de igualación social. Ello simplificó la interrelación del alumnado sin distinción de clases.

 

 

Tenía el Colegio Nacional un claustro de profesores exquisito. Unos más estrictos que otros, algunos más serios, otros muy exigentes, pero todos unos grandes profesionales: afables, abiertos y accesibles, cordiales, acogedores y entregados a su labor. Destacaban entre otros, D. Sebastián Grimón, D. Ramón Suárez, D. Cándido González, D. Cristín, D. Andrés Acosta, D. Antonio y Dña. Isabel Romero, Dña. Luz Marina Salgado, Dña María de los Ángeles Pascua, Sta. María Dolores Acosta… bajo la dirección de D. Antonio Peña Rivero. Todos ellos, pese a la juventud de algunos, gozaban del respeto y admiración de nuestros padres.

 

Sin embargo, en el año 1973, en septiembre, con el comienzo de un nuevo curso, se inundaron las aulas de Teror de aire fresco, que traía nuevos aromas, vivencias, sensaciones… Llegaba Talio Noda Gómez, profesor de Música y Plástica. Oriundo de la isla de La Palma, del pueblo de Tazacorte. Era un maestro joven, moderno, guapo, con barba, nada convencional, crítico, inconformista, revolucionario y que además cantaba y tocaba varios instrumentos, entre ellos la guitarra, el timple y la flauta. Con estas cualidades en seguida hizo las delicias del alumnado. No tardó en revolucionar las aulas: es el primer maestro que permitió a sus alumnos-as tutearle y llamarle por su nombre, para escándalo de los otros.

 

Como las clases se daban en jornada partida ese año, aprovechó el intervalo del mediodía para enseñar, a quien quiso, a tocar un instrumento (guitarra, timple). Asistían a estas clases varones (al principio reticentes porque era el tiempo que dedicaban para jugar al fútbol) e incorporó a las chicas con posterioridad, naciendo así el Coro del Colegio Nacional que pasearía sus canciones y su trabajo por distintos municipios grancanarios (Valleseco, Artenara, Juncalillo, Agaete…), amén de otros conciertos que el grupo dio en el pueblo con distintos fines. Esto fue el inicio de la coeducación, pues previo a las actuaciones estaban los ensayos, los sábados por la mañana.

 

En las clases de Plástica introdujo algunas novedades: no se usaba libro, se dedicó parte del currículo a la Historia del Arte y fue fundamental el dibujo y el conocimiento de las técnicas que esta disciplina requiere. Tras unas explicaciones teóricas en el aula, lanzaba al alumnado a la práctica, al aire libre, siempre que la climatología lo permitía. La Plaza del Pino, la Alameda, los alrededores de la Iglesia, el Parque Chino… eran los lugares más usuales para las mismas. Cuando no era posible se hacía en el aula, con objetos reales: jarrones, libros, bodegones…

 

En el extinto Cine-Pabellón Victoria, organizaba proyecciones de diapositivas en las que mostraba y comentaba obras y artistas de las épocas que estudiábamos en Historia del Arte, en todas sus categorías (arquitectura, escultura y pintura). Una nueva oportunidad que permitía la relación entre los chicos y las chicas, pues aglutinaba para la ocasión las clases de un mismo nivel o de varios.

 

En el área de Música las novedades fueron igualmente llamativas. Talio instruía a sus alumnos-as en el solfeo, materializado en la flauta; en la historia de la música y en el estudio del folklore, propiciando que el alumnado investigara y rescatara su entorno, a través de los mayores del lugar, el acervo cultural y tradicional del municipio. Con esta tarea, Talio pretendía inculcar a sus alumnos-as saber escuchar a los mayores, aprovechando que a estos les gusta hablar y contar historias, así como el respeto a los mismos y a las tradiciones. Personalmente me llevó por el camino del folklore, aprendí mucho y fue una referencia para mi trabajo periodístico (José Vicente Marrero). Al igual que en Historia del Arte, el alumno-a debía elaborar un trabajo de campo y exponerlo al resto de los compañeros. De ahí que Carlos Santana Ferrera afirme que te das cuenta cómo es fácil recordar lo que aprendimos con cariño, con cercanía, con un trato diferente al resto de profesores…

 

 

Esa pasión que Talio transmitía por la música se traduce en que actualmente es un referente en esta materia en el municipio. No en vano, muchos de sus alumnos están integrados, o lo han estado, en agrupaciones musicales de distinta índole (banda, folklore…), otros continúan su labor como profesores de música en los colegios y otros son verdaderos estudiosos y conocedores del folklore, como es el caso de Peyo Benítez, quien afirma que Talio le llevó a interesarme por la cultura, por otras culturas, a sentir la música, a respetar.

 

Talio completaba su trabajo de aula con lo que hoy denominamos actividades complementarias y extraescolares. Lo extraordinario de las mismas era el horario y la actividad en sí. Queda grabado en la memoria de nuestra generación el Coro de Michigan, que él trajo a cantar a la Iglesia y que previamente estuvo en Aldea Blanca, donde nos congregamos para hablar con algunos de sus integrantes en inglés, tarea a la que contribuyeron D. Cristín y él mismo con las traducciones. Igualmente nos llevaba al Teatro Pérez Galdós, por la noche, a ver los ensayos generales de la ópera. O las caminatas que se organizaban algunos fines de semana a Barranco Hondo (Juncalillo), La Milagrosa, Firgas… Y como colofón de todas ellas, el Viaje de Fin de Curso, el primero que se realizaba en el colegio. Fue, como no podía ser de otra manera, a la isla de La Palma, en aquellos correíllos que hacían escala en Tenerife y que nada más pisarlos ya estabas mareado. Para la mayoría era la primera vez que salíamos de la isla y la ilusión y el entusiasmo vencían cualquier contratiempo que se presentara. Fue una experiencia aún viva en la retina y en el corazón de muchos, pese al tiempo transcurrido y a carecer de documentos fotográficos que lo recuerden.

 

Eran las actividades que se realizaban fuera del aula las que ejercían un enorme poder socializador del grupo, propiciando las relaciones entre chicos y chicas, favoreciendo la creación de vínculos afectivos y fomentando la convivencia entre diferentes realidades sociales y culturales. Los más tímidos tuvieron gracias a ellas su oportunidad de integración y apertura y todos desarrollamos en ellas nuestras habilidades sociales. Fuera del aula Talio mantuvo una relación cercana con los chicos, a los que escuchaba sin emitir juicios y asesoraba en sus conflictos de adolescentes, emocionales, existenciales, generacionales y familiares. En muchos casos esta relación aún persiste, siendo muchos de ellos hoy sus amigos.

 

¿Qué movía a Talio a hacer todo esto? Ningún método educativo funciona si el maestro-a no pone ilusión. Y él aquí iba sobrado. Tenía vocación, amaba lo que hacía y tenía un fabuloso elenco de compañeros que secundaban sus iniciativas. En su mente un único objetivo: que al menos un alumno-a humilde fuera médico, abogado, ingeniero… Uno, solo uno, era su meta y que fuera humilde, porque daba por hecho que los de clase acomodada lo serían. Médicos, licenciados en Historia, maestros, ingenieros, filólogos, pedagogos, biólogos, artistas, empleados de banca, empresarios, emprendedores, trabajadores… es su balance. Pero por encima de todo, buena gente. Este es el legado de cinco años de trabajo en el municipio, de su entrega, que fue posible gracias al sostén de sus compañeros, al apoyo de D. Antonio Peña, que pese a sus diferencias, siempre le admiró, y al reconocimiento y respeto que nuestros padres le profesaban.

 

Talio fue, en definitiva, un revolucionario de los que rompen sin dañar; de los que, desde el respeto, cambió mentalidades; de los que, con su ejemplo y coherencia mostró que había otras posibilidades; de los que no impuso ni fomentó las potencialidades de personas y/o grupos… (Eño Egea Molina). Talio ha sido uno de los afectos compartidos entre los de mi generación. Un recurso para empatizar en los momentos en que rememoramos nuestra adolescencia en Teror (Miguel Ángel Sánchez Rivero). Con él tuvimos libertad, respeto, éxito y responsabilidad; aprendimos a crecer con todo ello. Cada cual tiene su época y todas son entrañables para quienes las vivieron. Esta fue mágica para mi generación y para él fue su época dorada.

 

Hoy, en nuestros colegios, nuestras aulas son espaciosas, luminosas, ventiladas, ricamente decoradas (cortinas, cartelería, imágenes, posters…) y están dotadas con la última tecnología: PDI, ordenadores, cámaras fotográficas, información al instante (internet)… Pero, ¿son nuestros alumnos tan felices como lo fue la generación que Talio formó?

 

 

Foto de portada: retrato de Talio Noda realizado por Aitor Quintana

 

 

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Comentarios
Lunes, 08 de Septiembre de 2014 a las 18:30 pm - nicanor jose hernandez reyes

#09 hola Talio no se si te acuerdas de mi, pues estuvimos juntos en el

grupo sancocho y yo tocaba el contrabajo y yo vivo desde hace unos

veinticinco años en Belgica pero nunca me olvido de la buena gente

y tu eres unas de ellas, por eso te deseo lo mejor para ti y que sigas

con tu trabajo en pos del folklore canario

muchos besos de nica

Martes, 13 de Noviembre de 2012 a las 13:58 pm - Alicia

#08 Gran maestro, gracias Talio!

Martes, 22 de Mayo de 2012 a las 08:48 am - Pepe R.

#07 Que bien has sabido reflejar la personalidad de Talio. Lo conozco desde la epoca en que daba clases, y he compartido con el muchos acontecimientos, junto tambien a sus hermanas Luisa y la fallecida Zenaida. Un fuerte abrazo para Talio que se mereceria un homenaje de las 7 islas, a las que el ha querido por igual. De el tendriamos que imitar los canarios el amor por igual a Canarias y el saber sacar todo lo bueno que tiene cada una de ellas, en musica, tradiciones, raices.....Felicidades Talio!

Domingo, 15 de Abril de 2012 a las 19:37 pm - maite mateo

#06 Un artículo muy bonito de verdad has sabido estampar en él toda una realidad, la que muchos vivimos y que aún después de tanto años podemos revivir como si fuera ayer, que gratos recuerdos que hacen estremecer nuestros corazones,eño, aurora, josé daniel,el niche, manolo el mesme, calixto y fernando con sus guitarras, rafaela socorro con su pincel y tantos otros compañeros que hoy forman parte de ese recuerdo, y Don talio, don Cristín, Purificación ,,,,,,,,,,,,gracias a todos estar ahí

Viernes, 13 de Enero de 2012 a las 09:59 am - José Guillermo Rodríguez Escudero

#05 Enhorabuena, Mari Carmen. Gran artículo para una gran personaje y mejor persona. Un abrazo desde La Palma, orgullosa de tener a Talio Noda entre sus ilustres Hijos.

Viernes, 13 de Enero de 2012 a las 01:20 am - Eugenio Egea Molina

#04 Mary Carmen, un artículo excelente en el que has sabido entrelazar una época y un personaje. Magnífica semblanza del amigo y del maestro Talio Noda, desde el cariño compartido, resaltando su labor meritoria en la que varias generaciones tuvieron un buen modelo que potenció unos profundos valores e innovó tantas cosas que afectó y perviven en las gentes y el pueblo de Teror.

Viernes, 13 de Enero de 2012 a las 01:09 am - Solángel de sancho doñoro

#03 Mis felicitaciones por tu artículo sobre nuestro querido Talio, Mari Carmen, compañero mío, de aquellos años a los que haces referencia, y buenísimo profesor. Pero lo más importante para mí, fue que conocí a una buenísima persona , que además de preocuparse de enseñar a sus alumnos la parte pedagógica, que le competía, tenía siempre las mejores y dulces palabras de estímulo, hacia sus compañer@s, entre las que me encuentro. Él fue el primero que valoró mis primeros pinitos, en la música de cantaautora.

Desde aquí, un beso para ti.

Viernes, 13 de Enero de 2012 a las 00:25 am - pepe bolaños-(grupo sancocho

#02 De acuerdo contigo Peyo benitez,enhorabuena a Maricarmen por el magnifico articulo.Envidio a todos esos alumnos que estubiero a su alrededor,recibiendo de esa biblioteca andante que es Talio,sus conocimientos,y su buen hacer.Nosotros tambien conocimos a Talio por esas fechas,ya que llego de la mano de otro maestro como es Domingo Rodriguez,que hicieron magisterio juntos.Llego al grupo Sancocho y se integro como si hubiera estado toda la vida,Participo del resurgir de la música canaria,y siguió con su investigacion,que no ha parado hasta hoy.Muy buenas anecdotas tenemos juntos que por respeto a su persona no las digo,pero estan ahí,(que nos quiten lo bailado Talio)Bonita las visitas a sus hermanas en Madera y Corcho que haciamos juntos.Las jornadas que pasamos en la Aldea cantado y tocando,Talio siempre seras una estrella dejando estela por donde vayas.Desde estas paginas recibe un fuerte abrazo,y deseandote verte pronto

Saludos de mi esposa maría

Jueves, 12 de Enero de 2012 a las 22:18 pm - Peyo Benítez

#01 Enhorabuena de nuevo Mary Carmen por tu artículo. Precioso el retrato de Talio por Aitor.

Efectivamente Talio Noda dejó huellas en nuestro pueblo que aún son pisadas por muchos de nosotros y afloran.

Muchas gracias.